Dentro
 de cuatro mil millones de años, el Sol agotará su combustible, crecerá 
hasta convertirse en una estrella gigante roja, engullirá los planetas 
interiores del Sistema Solar (Mercurio, Venus, la Tierra y quizá Marte) y
 abrasará al resto. Pero no nos pongamos nerviosos. La humanidad se 
habrá extinguido mucho antes de eso por el impacto de un meteorito 
gigante. ¿Quieren fechas? Ocurrirá con casi total seguridad antes de 
cien millones de años.
Suponiendo
 que hayamos logrado esquivar la extinción, más nos valdrá haber 
perfeccionado la tecnología que nos permita mudarnos cerca de las 
estrellas más próximas porque la vida en lo que quede de nuestro 
vecindario, que para entonces estará inundado de radiación, será 
imposible.
En
 cinco mil millones de años, la Vía Láctea colisionará con la galaxia de
 Andrómeda. “Colisionar” es en realidad una palabra excesiva porque el 
universo está mucho más vacío de lo que parece a simple vista, así que 
la probabilidad de que una estrella de Andrómeda choque con una de la 
Vía Láctea es de apenas una entre cien mil. Las dos galaxias, más bien, 
se fusionarán en una sola galaxia elíptica.
En
 veinte mil millones de años, el universo podría frenar su expansión, 
contraerse y morir, convirtiéndose en el germen de un nuevo universo. 
Pero ese no es el modelo por el que la mayoría de los astrofísicos 
apuestan hoy en día. El final de todo lo que conocemos será el 
contrario: el universo seguirá aumentando su tamaño, expandiéndose a 
cada vez mayor velocidad y agotando su energía hasta morir congelado.
En un billón de años, nuestro universo dejará de crear nuevas estrellas.
En
 dos billones de años, las galaxias vecinas se habrán alejado tanto de 
nosotros que ya no podremos verlas ni recibir información de ellas. 
Nadie sabrá jamás que algún día existieron Mozart, o Napoleón, o Darwin,
 o La La Land. Nadie sabrá jamás que en un rincón del universo una forma
 de vida inteligente creó tanta belleza en un periodo tan corto de 
tiempo.
En 100 billones de años comenzará la Era Degenerada del universo.
Dentro
 de 
10.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000
 de años, sólo quedarán agujeros negros en nuestro universo. Su muerte 
será inconcebiblemente lenta.
Pero
 el proceso descrito en los párrafos anteriores es sólo un parpadeo 
comparado con lo que ocurrirá después. Tras la muerte del último agujero
 negro comenzará la Era Oscura. El universo será un lugar 
inimaginablemente enorme, apagado y vacío. Su temperatura será cercana 
al cero absoluto (-273,15 grados), la llamada muerte térmica. Para 
entonces sólo quedarán algunas partículas, que formarán átomos de 
positronio. Esas partículas orbitarán con radios mayores que el tamaño 
actual de nuestro universo. La nada será infinita.
Hay que joderse. MRF-http://www.elmanifiesto.com/
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