Una de las páginas más vergonzosas y negras de
la actualidad política española
la protagonizan los partidos supuestamente
«progresistas» de las Islas Baleares,
al negarse a que el Parlamento autonómico
investigue el caso de prostitución
de menores tutelados por un organismo público.
Si el responsable de esa institución perteneciera
al Partido Popular, tal vez tendríamos maratón
televisivo en varias cadenas españolas y a
Carmen Calvo, en procesión, muy indignada ante
tamaña infamia. Pero no, resulta que son
los aperturistas de izquierdas quienes
han decidido infravalorar la inocencia de
esos menores baleares. Les han robado la adolescencia y,
ahora, esos políticos les hurtan también
la dignidad. Al ciudadano perplejo
de la calle -el que mantiene con sus impuestos
el tinglado del que viven todos-,
le sigue asombrando la falta de empatía
con esos menores prostituidos en
Palma de Mallorca. Necesito una sola respuesta de
la vicepresidenta Calvo o de la ministra de
Igualdad, la señora Montero. ¿Por qué este caso
no es relevante para ellos? Pido una sola razón.
¿A que no se atreven a contestar?
Bieito Rubido
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