Es inconcebible que solo una menor explotada en Mallorca haya cambiado de vida: las demás siguen en las mismas manos
El pensador irlandés Edmund Burke advertía ya en el siglo XVIII que «para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada». Es difícil saber si los máximos responsables del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales y del Gobierno balear son personas de bien o no. Pero lo que sí ha constatado la explotación de menores en Mallorca es que los responsables de tutelar a estas pobres criaturas se cruzaron de brazos al conocer los primeros casos de prostitución. Y que al hacerlo dejaron el campo libre para que el mal triunfara y lo que eran situaciones esporádicas se convirtieran en lo que hoy califican algunos trabajadores sociales de la isla como una situación «generalizada».
Es
completamente inaceptable que ante esta responsabilidad, imposible de negar salvo por lo que Burke consideraría un hombre de mal, los menores tutelados en Mallorca sigan en las mismas inoperantes manos. Manos que cuando recibían el informe de un caso de prostitución de alguna niña de sus centros pedían un nuevo dossier en lugar de adoptar medidas. Y así, pidiendo documentación sobre la documentación, justificaban su inmerecido sueldo y lograban conciliar el sueño por la noche. Ni aplicaban los protocolos ni reunían a las comisiones de atención. Ahí tienen al presidente del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales, Javier de Juan, un diplomado en empresariales puesto a dedo por ser secretario de Programas de los socialistas de Baleares. Y a su segundo en el Instituto, Jaume Tortella, un licenciado en filología catalana, profesor de latín en secundaria, colocado por ser secretario de Educación de la misma formación. ¿Cómo pueden seguir estos dos genios de la protección social en sus puestos una vez destapado el escándalo, conocida su negligencia y su pertenencia al aparato como único mérito? ¿Es que no hay profesionales capaces en la isla?
El mantenimiento en el cargo de Juan y Tortella revela que el PSOE sigue mirando hacia otro lado ante la explotación de las menores tuteladas. Conclusión que refrenda el hecho de que socialistas y podemitas se negaran a abrir una comisión de investigación sobre lo sucedido y propusieran crear una comisión de expertos teledirigida. Digo teledirigida porque no pretendían que este órgano llegara a la verdad sino que emitiera conclusiones a su dictado. Para lograrlo intentaron poner al frente del mismo a un amigo de Francina Armengol, el catedrático Jorge Carlos Fernández del Valle. El mismo que cobró una suma estratosférica en 2008 por diseñar un sistema de evaluación y registro del acogimiento residencial que se ha demostrado completamente inoperante. Fernández del Valle estaba dispuesto a hacerse cargo de la comisión trucada pero ante la presión de la oposición ha terminado por darle vergüenza. Señores de PSOE y Podemos a ver si se enteran de una vez de que esto no es un juego político, esto son las vidas rotas, destrozadas, de uno de los colectivos más vulnerables que hay en la sociedad: los niños desamparados.
En estos momentos, solo una de las menores ha sido trasladada a la Península para sacarla de esa red de pesadilla. Las demás tuteladas explotadas siguen en los centros del Instituto Mallorquín, en las mismas manos, mientras los responsables intentan salvar la cara creando una comisión de expertos que proponga medidas para que esto no vuelva a pasar el día de mañana. ¿Acaso no tienen alma ni corazón? ¡No busquen qué hacer para que esto no se repita en el futuro, intervengan para que esas niñas y niños dejen de sufrir hoy, ya, ahora mismo!.....Ana I. Sánchez
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