No ha habido ni una petición realizada por los partidos que quieren romper España que Sánchez haya denegado
Esquerra Republicana de Catalunya es un partido agradecido. Sánchez cumplió con su promesa de crear una «mesa» y en menos de horas 24 el partido independentista dio luz verde al techo de gasto y la senda de déficit, que son el primer paso para la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado. Sánchez va camino de cumplir dos años como presidente del Gobierno y no ha gobernado un solo día con presupuestos presentados por su partido. La clave ahora está en lo que dijo ayer Gabriel Rufián antes de que sus republicanos catalanes anunciasen su respaldo tácito a ese techo de gasto: «ERC siempre cumple sus acuerdos».
Lo que se celebró el miércoles por la tarde en La Moncloa no
tenía como objetivo buscar «vías de solución» en Cataluña. Al menos no en la mente del convocante, el presidente del Gobierno. Lo que buscaba allí Sánchez es consolidarse en el Gobierno. Y para eso todos sabemos que tiene que hacer concesiones porque él es el presidente del Gobierno con menos diputados en su grupo parlamentario desde la restauración de 1975. El rollo buenista del paseo por los jardines -como si fueran un grupo de amigos de toda la vida- con un recorrido calculado para el tiro de cámara es propio de la perfecta agitación y propaganda cinematográfica que perpetraba Leni Riefenstahl para el régimen nazi. El paseo entre antorchas de aquellas juventudes se ha sustituido esta vez, sutilmente, por el caminar bajo el arco formado por los plátanos del jardín. ¡Qué sutileza! Al menos no tuvieron el valor de corresponder al recibimiento que hizo Torra a Sánchez en Barcelona con un cuerpo paramilitar rindiéndole honores cuasi de ordenanza. Salvo por eso, Quim Torra y sus hoy rivales de ERC lograron con creces su objetivo: que el presidente de la Generalidad fuese recibido en la sede de la Presidencia del Gobierno del Reino de España en igualdad de condiciones. Y que se le permitiese emplear las mismas facilidades que usan los jefes de Estado extranjeros que visitan el Palacio de la Moncloa.
Los independentistas catalanes están ahora obligados a mantener el respaldo parlamentario a Sánchez. O, lo que es lo mismo, tienen que impedir su caída. Aunque esa caída es virtualmente imposible porque para derribar al Gobierno hace falta una mayoría alternativa y los independentistas y nacionalistas vascos y catalanes saben que éste es el régimen soñado por ellos para conseguir su objetivo final. En esta fiesta hay barra libre. Desde que Sánchez anunció su acuerdo con Podemos tras las últimas elecciones no ha habido ni una sola petición realizada por los partidos que quieren romper España que Sánchez les haya denegado. Jamás soñaron los nacionalistas vascos que se pudiera romper la caja única de la Seguridad Social para que ellos se llevaran su parte. Pero ahora lo han conseguido.
El objetivo de Sánchez es aprobar unos presupuestos con el apoyo de quien sea. Sabedores de la riqueza de la ubre que amamanta en esta barra libre, hasta el Partido Regionalista de Cantabria, que tan dignamente negó su apoyo cuando Sánchez se alió a los independentistas, ha vuelto raudo para beneficiarse del nuevo caudal que mana. A nadie puede sorprender lo que nos espera. Ya lo dijimos cuando fue derrocado Rajoy en junio de 2018: por primera vez en Occidente un país está regido por un Gobierno sostenido por los que quieren destruir ese país. Éste es el resultado. Que nadie diga que no era previsible. Y lo que nos espera....Ramón Pérez-Maura
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