Si hay un político en España que carece de sentido de
la lealtad al Estado ese es Sánchez, el hombre que
teme a las urnas, a pesar del augurio de Tezanos.
Con ese antecedente, gobierna con 84 escaños, en un
Parlamento de 300 diputados y se atreve a reprochar a
Casado y a Rivera su supuesta escasa lealtad al Estado.
Hace falta tener una mala relación con la realidad, para
osar, desde las filas socialistas, a hacer semejante afirmación.
Quien no es leal con el Estado democrático es él, que debería
convocar ya elecciones y gobierna de la manera más sectaria que
se recuerde. Si Sánchez conjugase de alguna forma la idea de
lealtad al Estado, no declararía secreto el uso privado de
aviones públicos; ni aceptaría la manipulación de Tezanos en el
CIS; ni mantendría a Rosa María Mateo al frente de Radio Televisión
Española y ya le hubiese pedido a la ministra de Justicia su dimisión,
además de no falsear las grandes cifras del proyecto de Presupuestos
Generales o entenderse, por un plato de lentejas, con los
golpistas catalanes… Lealtad al Estado, dice Sánchez...Bieito Rubido
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