Se suman a los 330 nombres que actuaron en las checas de Madrid
La lista de fusilados por el franquismo en el cementerio La Almudena entre 1939 y 1944, a los que el Gobierno de Carmena proyecta levantar un monumento, incluye los nombres de personas implicadas en asesinatos en numerosas localidades de Madrid, Toledo y Ávila. Así, a los 330 «chequistas» de Madrid capital identificados por el investigador Manuel García Muñoz, contratado por el propio equipo municipal, se suman otros 300 nombres de miembros de los comités revolucionarios acusados de la muerte de centenares de personas en decenas de pueblos de nuestra región.
La lista adelantada por ABC sobre los 330 «chequistas» que figurarían en el proyectado memorial de La Almudena se circunscribía a quienes formaron parte de las checas de Madrid capital o intervinieron en las matanzas de Paracuellos, Torrejón y Aravaca. Así aparecen recogidos en el libro «Los fusilamientos de la Almudena», publicado en 2012 por Manuel García Muñoz, investigador que ha sido contratado por el Gobierno de Carmena para identificar a los homenajeados en el monumento previsto en el camposanto madrileño.
Un nuevo examen de la lista publicada por García Muñoz en relación con la represión republicana en localidades de Madrid, así como en pueblos de Ávila y Toledo, arroja un número mayor de posibles homenajeados por el Gobierno de Carmena que pudieron verse implicados en crímenes contra centenares de personas inermes en los primeros meses de la Guerra Civil.
A tenor de la relación elaborada por García Muñoz en 2012 y la lista presentada por el equipo contratado por Mauricio Valiente, tercer teniente de alcalde, el memorial incluiría al menos a otros 300 implicados en violaciones de los derechos humanos durante la contienda.
La mayoría de ellos formaron parte de los comités revolucionarios locales o comités de salud pública que se hicieron con el control de sus localidades desde la sublevación militar del 18 de julio de 1936. Estos comités, en los que estaban representadas las distintas fuerzas del Frente Popular, decidían en muchos casos a qué personas del pueblo había que asesinar.
Alcaldes, concejales y jueces
Los representantes, afiliados o simpatizantes de partidos derechistas, así como militares o guardias civiles, fueron objetivo preferente de los criminales. Entre sus víctimas figuraban también alcaldes, como los de Aravaca, Cercedilla, Colmenar de Oreja, Chinchón, Las Rozas y Torrelaguna, así como concejales y jueces, que eran los representantes de la legalidad republicana en sus localidades. Caso emblemático es el del juez de instrucción de Colmenar Viejo, Alejandro Royo, asesinado después de que evitara el asalto por las milicias de la cárcel del pueblo donde estaban presos los vecinos derechistas.
Asimismo, la represión en los pueblos se cebó sobre los sacerdotes y religiosos. El párroco de San Martín de la Vega fue asesinado junto a su hermana de 25 años, que fue violada, y sus padres ancianos, labradores. El nombre de Sebastián Brea Muñoz, un campesino de San Martín de la Vega a quien se adjudicaron estos hechos, figuraría en el memorial.
En Pozuelo de Alarcón fueron martirizados veintidós religiosos oblatos y en Carabanchel doce hermanos hospitalarios del Instituto de San José. Al comité de San Lorenzo de El Escorial se le acusó de colaborar en la detención de los setenta y cuatro agustinos del monasterio, asesinados después en Paracuellos. También fueron eliminados numerosos sacristanes y hasta organistas de iglesia, como el de Valdemoro.
Los maestros, considerados generalmente como víctimas predilectas de los franquistas, tampoco se libraron de la crueldad de los comités revolucionarios de los pueblos de Madrid. Maestros de Los Molinos, El Escorial, San Lorenzo de El Escorial o Torrelaguna cayeron asesinados por los frentepopulistas.
Además de propietarios, industriales, comerciantes, médicos, veterinarios o abogados, los comités revolucionarios ejecutaron a personas humildes, como labradores, albañiles, jornaleros o pastores. En Galapagar, de los 17 asesinatos por el comité, 7 eran jornaleros.
Los cabecillas
La lista de nombres del futuro memorial de La Almudena incluye a algunos de los cabecillas de estos comités revolucionarios, como Guillermo Iglesias González, del comité de Aravaca, acusado de 18 asesinatos; Leoncio Caballero Escohotado, de Galapagar, con 17 muertes; Mariano Cuadrado Fuentes, de Torrelodones, con 6 crímenes; o Pablo Ramírez Sancho, de Pinilla del Valle, que ejecutó al cura y a un empresario.
Las localidades con mayor número de víctimas de los comités frentepopulistas a los que pertenecieron los fusilados en La Almudena son Carabanchel Alto (acusado de 80 asesinatos), Pozuelo de Alarcón (60), Getafe (59), Villarejo de Salvanés (57), San Lorenzo de El Escorial (55), Ciempozuelos (50), Fuencarral (44), Carabanchel Bajo (43), Arganda del Rey (39), Morata de Tajuña (38), Navalcarnero (31), Torrelaguna (31), Móstoles (29), Collado Villalba (28), Alcorcón (26), Cercedilla (25), Colmenar Viejo (24), Pinto (24), Valdemoro (24), Chinchón (21), Colmenar de Oreja (21), Aravaca (18), Fuentidueña de Tajo (18), Galapagar (17), Guadarrama (17), Alcobendas (16), Brea de Tajo (16), Perales de Tajuña (15), El Escorial (13), Hortaleza (13), Los Molinos (12), San Martín de la Vega (12), Carabaña (9), Valdemorillo (9), Torrelodones (6), Collado Mediano (5), El Pardo (5), Majadahonda (5), Gascones (5), Alcobendas (4), Tielmes (4), Parla (3), Algete (3), Zarzalejo (3), Bustarviejo (2) o Pinilla del Valle (2).
Asimismo figurarían en el memorial los nombres de miembros de comités revolucionarios de localidades de Toledo, como La Torre de Esteban Hambrán (acusado de 31 asesinatos), Santa Olalla (17), Recas (16) o Yepes (9). También incluiría a los comités de varios pueblos de Ávila, como los de Las Navas del Marqués (acusado de 28 asesinatos), Hoyo de Pinares (20), Sotillo de La Adrada (10) o Peguerinos (9).
Uno de los casos más escalofriantes de los fusilados en La Almudena recogidos por Manuel García Muñoz es el de los hermanos Félix y Francisco García de la Morena, que declararon ser autores de numerosos asesinatos en Colmenar Viejo, incluido el de su padre, que estaba detenido por “fascista”.
La lista del futuro memorial contiene también los nombres de encausados y ejecutados por la justicia franquista por su implicación en el asesinato de combatientes de unidades del ejército republicano desplegadas en la región de Madrid. Solían ser soldados elegidos para ser asesinados por ser contrarios a la ideología de sus comisarios o superiores, no sólo por derechistas, sino también por ser anarquistas o poumistas. Después de ser muertos, se les incluía en el parte como muertos al intentar desertar.
El investigador García Muñoz anota casos como el de Martín Alcalá Ruiz, comisario del 114 batallón, acusado de asesinar a varios soldados con el pretexto de querer pasarse al enemigo. También cita al capitán Saturnino Gil Matallana, acusado de dar muerte a un soldado de su compañía y de poner su cadáver en las alambradas simulando que intentaba pasarse al enemigo. También será honrado en el memorial Antonio Sánchez Muñoz, comisario político del Batallón Alpino, que ordenó asesinar a dos soldados pretextando que intentaban pasarse al enemigo.
Guardias civiles aniquiladores
Asimismo hay varios guardias civiles a quienes se acusó de haber dado muerte a decenas de compañeros detenidos en la checa Espartacus de la calle Santa Engracia por derechistas. Los detenidos fueron fusilados en el cementerio del Este, hoy de La Almudena, donde se proyecta levantar el memorial en honor a sus verdugos, entre los que figuran en el listado Lázaro Aguilera Blanco y Víctor Rincón Moreno.
No deja de ser sobrecogedor que el memorial proyectado por el gobierno de Ahora Madrid vaya a incluir también otros nombres de miembros de los piquetes de ejecución que actuaron en el mismo cementerio de La Almudena. El historiador Manuel García Muñoz, contratado por Mauricio Valiente, cita en su libro a Antonio Barrios Carrazón, José Fraile Jiménez o Antonio Sánchez Egea como ejecutores en el antiguo cementerio del Este. El caso de este último es quizás el más llamativo, dado que fue acusado de detener y asesinar en el mismo lugar a familiares que buscaban identificar a las víctimas ya fusiladas. El corolario a su siniestra actuación podría ser un monumento con su nombre en el mismo lugar de sus crímenes......http://www.abc.es/ MRF
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