No Al Olvido

jueves, 31 de mayo de 2018

# Tráfico..Circuitos: casi 100 kilómetros para correr con tu coche sin temor al radar y desde 15 euros


Más de una veintena de instalaciones permiten rodar y soltar adrenalina en España en condiciones de seguridad


Acelerar al máximo sin temor a multas ni radares. Más de una veintena de circuitos repartidos por toda la geografía española, especialmente concentradas en el centro de la Península y el Levante, garantizan a los aficionados al motor poder disfrutar de su pasión en condiciones controladas y seguras. En total, 27 pistas que suman poco más de 93.000 metros, abiertas para rodar con vehículos particulares, como motocicletas, scúteres, coches o incluso camiones o karts, o con la opción de alquilar deportivos para quién desee un extra de sensaciones.
Entre la selección se encuentran trazados de todas las formas y longitudes: desde los 950 metros de el de Arenas de San Juan, en Ciudad Real, hasta los 9.000 del circuito España, en pleno desierto de Tabernas (Almeria), que cuando culmine su remodelación será el mayor del país, y uno de los mayores de Europa. También denominaciones históricas, que comparten asfalto con particulares entre competición y competición, como el barcelonés de Montmeló, hogar del Gran Premio de España, o el madrileño del Jarama, escenario de 9 grandes premios de Fórmula 1 entre 1968 y 1981 y actual sede del Europeo de Camiones.
«Un circuito se puede alquilar el circuito a título particular o através de un promotor», explica Ignacio Fernández, director del Jarama. Esto último es aconsejable para minimizar el impacto sobre el bolsillo que requiere el necesario despliegue de medidas de seguridad, que incluyen una UVI móvil, personal sanitario, una grúa y varios comisarios a pie de pista y en la sala de control. «Aunque nosotros ofrecemos la posibilidad de que un particular alquile la pista, es mas caro, porque el coste del dispositivo es igual para una persona que para diez». Por eso lo más habitual es un track day, una jornada organizada en la que los usuarios pueden disfrutar del trazado durante varias horas, por turnos o a la vez.
«Mis tios se compraron dos motos y cada fin de semana iban a un circuito: era su afición»
Los precios varían enormemente entre un trazado u otro. Parten desde los 15 euros por 20 minutos del más barato, el de Villaverde de Medina, en Valladolid, y pueden alcanzar los 8.000 en un gran circuito en fin de semana, incluyendo también el preceptivo seguro. De ahí también la conveniencia de ponerse de acuerdo con otros aficionados, lo que permiten rebajar la cifra a unos más asequibles 100 o 150 euros al compartir los gastos. «No es como sacar una entrada para ir al cine, sino que se confecciona una tabla de precios en función del tipo de coche que quiere salir a pista, experiencia y nivel de los pilotos, o el número de vueltas que quieran dar», precisa Fernández.

Cultura de circuito

Emilio Fernández no es piloto, pero ha rodado en circuito en varias ocasiones. «He estado con un Lamborghini Gallardo, y con un Hummer», explica, mientras asegura que prefiere aprovechar la ocasión para probar otros coches que no sean el suyo de diario. «Tambien he hecho drifting (derrapar en ángulo con la dirección del movimiento), en un circuito privado, con un BMW traccion trasera». Cuenta que en los propios circuitos hay mecánicos y hasta gente que vende ruedas de segunda mano «para dar unas vueltas».
Emilio procede de una familia de amantes del motor, y describe que existe una auténtica «cultura de circuito» entre los amantes de la velocidad. «Mis tios se compraron un remolque y dos motos, y su entretenimiento era ese: se iban a Cheste, a Alcañiz, cada fin de semana, a dar vueltas con la moto. Allí se desfogaban: era su entretenimiento».
«Sí es verdad que no sucede igual que en otros países de nuestro entorno, como Reino Unido, dónde hay una mayor tradición por el mundo del motor y por los circuitos. Es algo que nos obliga a esforzarnos un poco más para tener cierto protagonismo», asegura Ignacio Fernández. Por este motivo, el Jarama, que este año celebra su cincuenta aniversario y se encuentra en pleno proceso de reforma de sus instalaciones, se está reinventando como un centro de ocio para toda la familia, al mismo tiempo que se posiciona como centro de convenciones.
«La base de un circuito tiene que ser la competición, pero no exclusivamente la competición. Nosotros somos y queremos ser un espacio de ocio para los aficionados, incluyendo los que no quieren disfrutar de un día de pista», explica.
Para ellos hay espacios con simuladores, áreas de karting o jornadas de puertas abiertas, donde se explica cómo funcionan todos los resortes del trazado y las celebraciones de actividades tan diversas como eventos de empresa y cumpleaños son cada vez más habituales. «Todo ello contribuye a ir creando afición», resalta Ignacio Fernández.

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