Una de las pocas iconografías de Satanás, expuesta en el altar de la ermita del este pueblo de Balboa, tiene base nueva de madera tras perder las piernas.
Es la reveladora metáfora de la agonía de los pueblos. Hasta al demonio de Parajís se lo come la carcoma, ese insecto de color oscuro, que con sus mandíbulas se alimenta excavando galerías en la madera seca de esta talla, única de la imaginería religiosa. La misma escultura sacra que comparte protagonismo con el Ángel de la Guarda en el altar de la ermita de esta aldea del municipio de Balboa.
Cae la tarde en Parajís y las sombras alcanzan al pueblo, rodeado de castaños, agua y verde prado. Huele a humo de madera de chimenea y un grupo de mirlos y jilgueros cantan en sus últimos paseos del día.
La única mujer que aparece por la calle se brinda a enseñar la ermita. «¡Mira, se lo comió el bicho, la carcoma!», exclama y señala con el dedo a O Demín, como popularmente lo conocen en el Bierzo Oeste, en su terminología de fusión gallega.
La talla del demonio de Parajís perdió las piernas hace ya años. De hecho, echando la vista a las fotos de archivo, la imagen aparece en el altar apoyado de manera inusual detrás de un triángulo de madera pintado de blanco. Aquí, al Lucifer sólo se le veía de la cintura hacia arriba. Eso sí, con la guadaña y sus amenazadores dientes negros, que un día estuvieron pintados de rojo, y con la boca abierta.
Pero ahora, a la talla del demonio sin piernas le han buscado un apaño. Hace un tiempo, el reconocido escultor Domingo de Cantejeira le acopló una base de madera noble. Y así, aunque O Demín sigue sin tener piernas, al menos se sostiene erguido y ofrece en el altar otro porte junto a su inseparable y quizás complementario Ángel Custodio de la Guarda, simbolizando de esta forma las fuerzas del bien y del mal. De hecho, por el lado del bien, el Ángel de la Guarda de Parajís aparece en su imaginería con la Cruz en alto y protegiendo a un niño desnudo a sus pies, representando un alma limpia, perseguida por el demonio que tiene al lado.
En Parajís o en el resto de los pueblos del contorno, cuando se habla de su demonio, saltan de inmediato las leyendas. El respeto, el temor y el miedo se mezclan a partes proporcionales.
Cuentan que un año se sacó en procesión la talla del demonio y hubo alguna que otra chanza con él. El asunto fue tal, que la imagen terminó por los suelos y en los meses sucesivos la gente que participó enfermó y fue muriendo de una manera que muchos ven como extraña. Por eso, desde entonces, O Demín no sale en procesión. Por respeto. Los lugareños lo saben bien y dicen que a este demonio no se le quiere ni bien ni mal, sino todo lo contrario. Eso sí, no se le debe querer mal. Porque forma parte de un todo histórico de tradición, acrecentando también así la imagen del carácter gallego, del hombre o mujer en medio de una escalera que no se sabe muy bien si la sube o la baja.
Revisando por encima en el ordenador la historia sobre esta temática a través de «San Google», se encuentran datos reveladores: En el año 800 se celebraba en Inglaterra una fiesta dedicada a los Ángeles de la Guarda, que se fue repitiendo con los años. Allá por el siglo XVII, con Paulo V de Papa, esta festividad se extendió en 1608 a toda la cristiandad, para celebrala finalmente cada 2 de octubre. De hecho, en el pueblo berciano de Parajís, la romería la festejan los primeros domingos de octubre. Y ahí siguen, con la ermita arreglada, con tejado de pizarra, paredes y suelo nuevo.
Hace unos años a alguien le dio por robar dentro de esta capilla. Pero a nadie se le ocurrió llevarse la talla del demonio, la de O Demín, como sí ha sucedido con otra imaginería sacra en cientos de iglesias de toda España. Aquel hurto se centró sólo en las pequeñas limosnas que estaban a la vista desde la ventana lateral de este templo. Alguien se llevó los pocos euros rompiendo uno de los barrotes de hierro del ventanal que da al sur, pero a O Demín, ni tocarlo. Eso sí, los apenas veinte euros estaban debajo de la talla.
Cuentan que en esa misma ola de robos, también entraron en la ermita de Villafeile, en el mismo Ayuntamiento de Balboa, pero con una mayor carga de falta de respeto. Y por eso, hay quien interpreta que el propio demonio es protector de su iglesia de Parajís.
Sea como fuere, con interpretaciones para todo, el imaginario colectivo mantiene una actitud de no atravesar las líneas rojas de los descreídos. Y así, hablando con el paisanaje de los pueblos de esta zona, cuentan que hasta el propio escultor de Cantejeira, encargado de hacerle los arreglos de madera a las desaparecidas piernas del demonio, se tomó sus propias precauciones de respeto...MANUEL FÉLIX
La asociación de castañicultores ha detectado agallas en Moldes.
La asociación de castañicultores de los Tres Valles, en el Bierzo Oeste pidió ayer a la Junta de Castilla y León que agilice la suelta del Torymus Sinensis, el bicho que permite controlar y combatir la avispilla del castaño. El colectivo espera que se lleve a cabo antes del verano después de comprobar un importante incremento de agallas en las zonas donde, el año pasado, aparecieron los primeros indicios de avispilla en el Bierzo. Es el caso de sotos de castaños en el pueblo de Moldes, en el municipio de Barjas, según confirmó el presidente de los Tres Valles, José Luis García. En las otras zonas donde también apareció la avispilla, en los municipios de Balboa, Trabadelo y Vega de Valcarce; la floración está más retrasada y “habrá que esperar aún unos días para comprobar si allí también se registran más agallas de avispilla”.
El colectivo celebró, ayer, su asamblea anual, en Vega de Valcarce. En esa reunión, los Tres Valles han insistido en que el objetivo es “seguir concienciando a los dueños de sotos para que se mantengan vigilantes y así acotar la presencia de avispilla en el Bierzo” advirtió José Luis García. Y es que, según García, “sólo así se podrá llevar a cabo una lucha eficaz contra esta plaga que puede acabar con los sotos de castaños”. Al tiempo, la asociación confía en que la Junta de Castilla y León realice, antes del verano, esa primera suelta del Torymus Sinensis comprometida. En la reunión, también se valoraron los resultados buenos resultados de los últimos tratamientos desarrollados para luchar contra el chancro, otra de las plagas que amenaza a los castaños del Bierzo.
El porcentaje de mujeres que acuden a Proyecto Hombre para tratar su adicción al alcohol y otras drogas es mucho menor respecto a los hombres: un 16% frente a un 84%. «La cuestión de género se refleja también en las adicciones, con una mayor dificultad para la población femenina a la hora de acceder a programas de tratamiento», explica Elena Presencio, directora de la Asociación Proyecto Hombre. «La problemática de las mujeres es muy diferente en muchos aspectos, más grave y requiere una atención específica», añade Pedro Pedrero, presidente del Comité de Jornadas de la Asociación Proyecto Hombre. La ONG celebra sus XX Jornadas bajo el título: «Proyecto Género: Visión Integral de la Intervención en Adicciones». El objetivo de es doble: presentar formas de intervención a la luz de la investigación científica; y promover la reflexión respecto al abordaje del género en el trabajo con adicciones...http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/ MRF

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