«Ramadan karem. Un saludo a la comunidad musulmana en España». Ese fue el mensaje de Pablo Iglesias a los creyentes en Alá y su profeta Mahoma cuando comenzó el mes santo para los musulmanes. A los saludos se unió Alberto Garzón, tan preterido en Unidos Podemos que puede explayarse en las redes sociales a todas horas porque sus tareas en el Grupo parlamentario le permiten perfectamente centrarse en todo tipo de preces y filípicas progres. El liquidador de las históricas siglas de IU felicita como nadie y secundó, por tanto, a su jefe: «Ayer comenzó el Ramadán. Desde un espíritu laico deseo un tiempo de alegría para todas las personas musulmanas». No podían faltar en estas aleluyas Ramón Espinar, portavoz podemita en el Senado, gran consumidor de cocacola en pleno boicot populista al refresco y aguililla para los «pelotazos» inmobiliarios: «Hoy comienza el Ramadam para miles de musulmanes que viven en nuestro país. Ramadam Karim para todos». Y por si faltaba alguien en la fiesta, allí acudió también Pedro Sánchez para mandar «un gran abrazo a toda la ciudadanía de confesión musulmana, en especial a la española, en este mes de reflexión y solidaridad #ramadamkarim».
El caso es que escrito con m o con n, con tilde o sin ella, o con el remoquete de karim o karem, que de todas las maneras lo escriben, a la izquierda española no les suele faltar tiempo para felicitar el ramadán a los musulmanes. Seguramente les trae sin cuidado el credo de Alá, pero así marcan distancias y hacen de menos a los católicos y a la Iglesia, que parece que de eso se trata. Es como cuando, en su primer año en el Palacio de Cibeles, Carmena «lamentó» no poder estar en la procesión de la Paloma, que en el devocionario madrileño actúa como patrona popular de la ciudad, «y es una pena porque tampoco ese día no podré estar en una fiesta peruana muy bonita a la que me habían invitado». La misma importancia concedía la alcaldesa a uno y otro acto. Aunque al final se fue a la playa pues «solo» era fiesta mayor en la capital de España.
Hoy resucita Cristo y se acaba la Semana Santa para los cristianos. Diez días han transcurrido desde el Viernes de Dolores, vísperas, junto a la Navidad, de la conmemoración más universal y duradera en el tiempo que haya conocido la Humanidad. Se terminan estos días santos, cuajados de buenos deseos de entrega al prójimo, de piedad y de perdón, y este batallón de almas perplejas sigue sin escuchar a los anteriormente citados felicitar a los millones de católicos en su semana más importante como tal. Total, según las cifras que maneja el CIS, son más de 30 millones de españoles (alrededor del 70% de la población) a los que se les hace el feo. Mucho mejor felicitar la fecha y su fiesta a los musulmanes de aquí, que son el 2 por ciento de la población, según las cuentas del Real Instituto Elcano.
Dios es omnipotente pero con esta tropa sectaria va a tener que echar el resto.....Álvaro Martínez
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