En declaraciones al programa «Converses» de COPE Cataluña y Andorra, el dramaturgo catalán sostuvo ayer que no existe otra vía que la de la fuerza ante lo que considera «un modus vivendi que sustituye la religión por un dios que es Cataluña». Sostiene que «aún es peor, porque se ha convertido en una secta, y desmontarla es muy difícil porque necesitamos especialistas, gente preparada no en político, sino en sectas». Para Boadella, el «virus del nacionalismo viene de hace años, del catalanismo que está basado en la mirada de superioridad sobre los españoles a un paso de la xenofobia».
En ese punto, recuerda a Salvador Espriu y su poema «Ensayo de cántico en el templo», en el que el poeta exclama: «¡Cómo me gustaría alejarme, hacia el norte, donde dicen que la gente es limpia y noble, culta, rica, libre, despierta y feliz!». Boadella explica que la secta se ha construido a través de los medios de comunicación y también en el mundo de la educación, la cultura y que ha llegado a «contaminar el sindicalismo, que debe tener la sensación de que el nacionalismo es de izquierdas y defiende la libertad, cuando es todo lo contrario: es la ultraderecha, lo más reaccionario y antisolidario».
Contraprogramación
Para combatir el independentismo catalán, Boadella recuerda que una parte importante de la sociedad catalana no es independentista y por eso reclama una contraprogramación a los medios públicos catalanes, en especial para TV3. Se trataría, según explica, de poner en marcha «una televisión para unos millones de habitantes que no son nacionalistas». «No se trata de hacer propaganda antinacionalista» , afirma. Para el dramaturgo, es cuestión de «traer de nuevo la democracia». El presidente de Tabarnia en el exilio considera que en el territorio catalán no se muestra una realidad democrática, y asegura que «la democracia ha desaparecido de Cataluña».
En
la pasada «diada» de Sant Jordi en Barcelona, Boadella tuvo que
pedir protección policial para poder firmar libros de su última obra, «¡Viva Tabarnia!» (Espasa), a bordo de un catamarán anclado en el puerto. «No me fiaba de que me vinieran a montar un cirio», ha asegurado. No ha ocultado que tener que pedir protección para firmar libros en el territorio donde nació y triunfo teatralmente se le antoja «de una enorme gravedad».
El dramaturgo ha explicado que en Cataluña tiene una cierta prudencia e incluso miedo, y que ya ha recibido avisos. «En Jafre
me echan bolsas de basura al jardín, me pintan la pared de casa y me cortan los cipreses junto a la puerta», explicó. Pese a la gravedad de la situación, Boadella se lo toma con filosofía e ironiza:
«Mientras no me pinten la cara, perfecto», ha dicho. Sobre el asunto de los encarcelamientos de artistas, considera «natural» que los artistas transgredan la corrección política. «Tienen que romper ciertas cosas, pero tienen que saber el riesgo que eso significa», explica.....http://www.abc.es/ MRF
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