Bien porque la cultura postmoderna ha degenerado en la búsqueda constante del placer inmediato, bien porque el relativismo se ha convertido en la nueva religión, bien porque tienen un rostro de cemento, los ayuntamientos gobernados por la izquierda parecen decididos a impulsar la felicidad artificial del pueblo por la vía de la estimulación química (en Zaragoza se subvencionan folletos que enseñan a consumir drogas) o manual (en Torremolinos se imparten talleres de masturbación femenina y de masajes eróticos entre hombres).
El proyecto de ingeniería social de la izquierda no se pierde en disquisiciones y va directo al grano: a las mujeres se les recomienda el «autocoñocimiento», lo que viene a ser el sírvase usted misma de toda la vida, o el «Afrodita y su manita», según los carteles anunciadores. Para las relaciones entre hombres, la recomendación responde al mismo patrón: «Tú me das cremita, yo te doy…», reza el cartel. Termina con tres puntos suspensivos que dejan al criterio particular de cada cual imaginar lo que ocurre después de la cremita, aunque, tal como está redactado el enunciado, el «yo te doy» no deja lugar a muchas dudas. Los talleres los organiza la ONG Apoyo+, que no descarta emprender acciones legales contra los autores de algunos comentarios homófobos en las redes. No es mi intención meterme en ningún jardín privado, pero si los talleres de «Afrodita y su manita» y «Tú me das cremita» han sido subvencionados con dinero público, supongo que podrá cuestionarse –desde el máximo respeto a la orientación de ellas y de ellos– la naturaleza y fines de un programa que, bajo el pretexto de la conmemoración del Día Europeo de la Salud Sexual, defiende un concepto de sexualidad inspirado en esa ideología de género que la izquierda pretende convertir en dogma.
A los talleres de masturbación femenina y de masajes eróticos entre hombres de Torremolinos les sobra grasa y crema y les falta altura para comprender que hay maneras distintas de entender y vivir la sexualidad que las que ellos promueven. Con el dinero de todos, la izquierda pretende imponernos su particular concepción del sexo y el género, lo que, además de un ataque a la libertad de pensamiento, quiebra el principio de neutralidad de las instituciones del Estado, que no puede hacer suyas banderas de determinadas ideologías. Lo más grave de todo es que la estrategia de quienes piden respeto responde a esa a visión totalitaria que arremete contra quienes no estamos de acuerdo con que desde los ayuntamientos se subvencionen campañas y talleres de «autocoñocimiento» y ungüentos. Si «Afrodita y su manita» y «Tú me das cremita» son los lemas de la campaña de Salud Sexual de la izquierda, la manita y la cremita que se las paguen con su dinero. Por cierto, para la próxima no estaría de más un taller conjunto ellas-ellos. Al fin y al cabo, no será postmoderno, pero sigue estando de rabiosa actualidad....http://www.abc.es/MRF
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