En el conjunto de Europa, el coste del cibercrimen se situó por encima de los 23.300 millones de euros y los españoles perdieron en 2017 más de 1.750 millones de euros por culpa de los ciberataques
La ciberseguridad es uno de los mayores desafíos de nuestra época. Ante el auge y popularidad de internet y los productos conectados,el temor a sufrir un robo de información o caer en las garras de grupos de ciberdelincuentes va en aumento. Y la idea es clara: nadie está exento de sufrir un ataque. Es cierto que existe una perpeción entre los consumidores de creer que están seguros online, pero si algo se ha evidenciado en el último año es que no, que seguimos sin poner medidas de contención, pasando de largo a las contraseñas robustas y que siempre hay alguien que encuentra un agujero por el que entrar.
A lo largo de 2017, los ciberdelincuentes robando unos 146.300 millones de euros, una cifra que se sustrajo a 978 millones de consumidores de veinte países, entre ellos España. En este periodo, 16,2 millones de españoles fueron víctimas de la ciberdelincuencia, lo que representa casi la mitad (49%) de la población adulta online, según desvela el informe Norton Cyber Security Insights 2017.
En el conjunto de Europa, el coste del cibercrimen se situó por encima de los 23.300 millones de euros, una cifra que supera la suma del PIB de diez países europeos. Los españoles, según destaca el estudio, perdieron más de 1.750 millones de euros -65,53 euros por víctima- en los últimos doce meses a causa del cibercrimeny como consecuencia de algún tipo de incidencia en materia de seguridad informática Cada víctima, además, perdió 22,1 horas (casi tres jornadas de trabajo) a consecuencia de los actos cometidos por los ciberdelincuentes. Un año en el que se produjo diversos ataques globales como Wannacry, que afectó a importantes empresas del planeta, entre ellas la sede de Telefónica en España.
Los usuarios siguen pensando que no va con ellos
Las víctimas del cibercrimen comparten un perfil similar, según los expertos. Suelen ser usuarios que confían en sí mismos y que utilizan a diario múltiples dispositivos, tanto en casa como sobre la marcha: más del 31% de las víctimas de la ciberdelincuencia en España posee un dispositivo inteligente para ver contenidos «streaming» frente al 19% de los españoles que no han sido víctimas de delitos online. Las víctimas tienen casi el doble de posibilidades de poseer un dispositivo para el hogar conectado y de comprar con asiduidad a través del móvil cuando están fuera de casa que los consumidores que no han sido víctimas.
Sin embargo, las víctimas de los ciberdelitos son también más propensas a dejar agujeros de seguridad, dejando abiertas sus «puertas traseras» virtuales: las víctimas del cibercrimen admiten haber compartido al menos una de sus contraseñas con otras personas (algo que hace el 36% frente al 20% de las no víctimas), echando así por tierras sus esfuerzos de seguridad.
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