No Al Olvido

lunes, 29 de enero de 2018

# Bierzo.Ponferrada..Una cuarta parte de los alcohólicos tratados en Beda son reincidentes..Otero promete luz y taquígrafos a su tiempo con el Festival del Botillo..Asobecat nombra ‘Berciano ilustre 2018’ a la empresa Embutidos Santa Cruz de Montes..La joya oculta de los trenes del Bierzo !!!!





60 personas han iniciado un tratamiento en el último año y sigue al alza el número de mujeres.

El Centro de Tratamiento del Alcoholismo de Beda Bierzo atendió, en el último año, a un centenar de usuarios nuevos, la mayoría personas con problemas de consumo, pero también familiares que buscan información. De ellos, alrededor de 60 se decidieron a iniciar un tratamiento para poder poner freno a su dependencia. Una decisión firme para seguir adelante que no siempre llega a buen puerto. Una cuarta parte de los pacientes que inician el camino hacia la cura con Beda ya han estado en el centro con anterioridad y dejaron el programa bien porque empezaron a notar mejoría y consideraron que no hacía falta llegar hasta el final —dura entre 18 y 24 meses—, bien porque aún estando en tratamiento empiezan a tener recaídas constantes y lo dejan; o bien, que también los hay aunque en menor medida, personas que completaron el programa pero han vuelto a reincidir en el consumo de alcohol. En el último año, han sido 37 los abandonos.
De hecho, aunque no haya sido directamente con Beda Bierzo, la gran mayoría de los alcohólicos ya han intentando en más de una ocasión iniciar un tratamiento, ya sea a través de su médico de familia o de un psiquiatra. «El 71% de las personas que hemos visto ya habían intentando un tratamiento previo», explicó la coordinadora del programa de Beda, María Bretaña, para quien también resulta llamativo que el 70% de los consumidores de alcohol que se ponen en cura —es decir, siete de cada diez— tiene antecedentes familiares de alcoholismo (padres, tíos, abuelos, etcétera).
Uno de los principales muros que tiene que sortear una persona con problemas con el alcohol es el estigma social. Un factor determinante en el retraso del inicio de tratamiento y especialmente influyente en el caso de las mujeres. Y es que todavía hoy día y pese a los progresos en materia de género, ver a una mujer ebria continúa teniendo connotaciones más negativas que si el que está borracho es el hombre.
«Si hay vergüenza, en mujeres mucho más. Las mujeres, sobre todo de mediana edad, siguen pensando que les desprestigia más que a un hombre, que está peor visto en la sociedad y por eso, tradicionalmente, han retrasado el comienzo de cualquier tratamiento, intentando mantener el problema oculto», apuntó la coordinadora de Beda, emplazando a la sociedad a cambiar el chip. «Es la sociedad la que tiene que reaccionar y ver esto como lo que es, una enfermedad, un problema psicosocial», aseguró Bretaña.
Pero por suerte, las cosas están cambiando y cada vez son más las mujeres que piden ayuda para salir del agujero oscuro del alcohol. Si hace diez años, sólo una de cada cuatro pacientes en tratamiento eran mujeres, ese porcentaje se ha elevado hasta el 34%, es decir, casi el doble. Un incremento ligado no sólo a la mayor conciencia del problema, sino también y no hay que olvidarlo a que cada vez las mujeres empiezan a consumir alcohol a edades más tempranas y el problema con el consumo se precipita.
Hay prejuicios con el sexo y también con la condición social y, generalmente, el alcoholismo se vincula a personas sin techo o con problemas económicos. Nada más alejado de la realidad. De hecho, la mayoría de las personas que iniciaron tratamiento en Beda en el último año tienen trabajo (46%) y viven en un entorno normalizado, perfectamente integrados en la sociedad. Eso sí, siguen siendo mayoritariamente hombres (66%) y, al menos en 2017, mayoritariamente solteros (47%), con estudios primarios o ESO (45%). Precisamente en el nivel formativo sí puede parecer relevante que únicamente un 7% de los usuarios de Beda tienen estudios universitarios.
La venta de las entradas para el Festival del Botillo de Bembibre está dando mucho de que hablar en la capital del Bierzo Alto, después de haber sido el detonante de la última guerra abierta entre PP y PSOE. El alcalde, José Manuel Otero, recogió ayer la pelota lanzada unas horas antes por los socialistas, que han llegado a amenazarle con llevarle a los juzgados por difamación. El regidor se mantiene en sus trece y asegura que dará cuenta de la organización del evento a su debido tiempo.
«Las cuentas de la organización de cualquier evento se entregan tras el cierre contable del mismo y en el Patronato de Fiestas, nunca por partes y a destiempo a capricho de nadie. Se hará con luz y taquígrafos», dijo el regidor, insistiendo en que él no invita a nadie, sino que son compromisos institucionales del Ayuntamiento.
La Asociación de Bercianos en Cataluña (Asobecat) celebra el día 17 de febrero el ya tradicional Festival del Botillo de Cataluña, que en su décimo quinta edición reconocerá el trabajo de la empresa Embutidos Santa Cruz de Montes y del Ayuntamiento de Bembibre. La primera será homenajeada, este año, como ‘Berciano ilustre 2018’ y en el Ayuntamiento de la capital del Bierzo Alto —organizadora del festival del botillo de más renombre— se llevará el reconocimiento al que cada año opta algún pueblo del Bierzo. Éste estará representado por su alcalde, José Manuel Otero.
Los actos del Botillo de Asobecat comenzarán a las 19.00 horas y, tras la cena, habrá una actuación musical del grupo Music Machine. El lugar escogido para la celebración de esta cita culinaria es el Hotel Front Air Congress, ubicado en la localidad de Sant Boi de Llobregat, en Barcelona. El precio de la entrada es de 35 euros.

El Ministerio de Fomento incluye la instalación en 1954 de la primera mesa de Control de Tráfico Centralizado en la vieja estación de Ponferrada, que evitaba los choques de trenes con el aumento del transporte de carbón, como una de las 25 efemérides de la historia del ferrocarril en España.

Ocupa una esquina del Museo del Ferrocarril en la lonja de las locomotoras de vapor y muy pocos visitantes reparan en ella. Pero la mesa de Control de Tráfico Centralizado (CTC) que Renfe instaló en la vieja estación de Ponferrada en el año 1954 para regular el creciente tráfico de trenes de carbón y de pasajeros en la línea que une Brañuelas con la capital berciana, es una de las piezas más valiosas de la historia del ferrocarril en España y también en Europa porque fue la primera en funcionar. Y así lo ha reconocido el Ministerio de Fomento al recopilar en su web oficial las veinticinco efemérides relacionadas con el tren en sus dos siglos de historia.
En el listado, que arranca con el primer ferrocarril entre Stockton y Darlington en la Gran Bretaña de 1825 y el primer ferrocarril español en la línea de La Habana a Güines, en la isla de Cuba, no figura ninguna otra efeméride relacionada con el Bierzo. Ni siquiera la inauguración del tren minero entre Ponferrada y Villablino del que está a punto de cumplirse el centenario, una «obra insólita» según la calificaron en la época, porque estuvo concluida en apenas 11 meses, figura en el listado.
«El CTC de Ponferrada formó parte del plan de mejoras para la evacuación del carbón en las minas leonesas después de la Segunda Guerra Mundial y en los años de la autarquía económica», cuenta el secretario de la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana, Daniel Pérez Lanuza, que destaca que la instalación fue «la primera montada en vía única en línea general», aunque el primer CTC español «se montó en el Metro de Madrid, en el tramo entre Ópera y Puerta del Sol en 1942 por la misma empresa americana».
Y esa empresa no era otra que la General Railway Signal Company, ubicada en Rochester, en el estado de Nueva York.
El CTC fue clave para evitar accidentes ferroviarios en una línea cada vez más saturada por la evacuación del carbón, una industria en auge que tenía que convivir con el transporte de viajeros. Y en el Bierzo había dos terribles antecedentes; el accidente del túnel de Las Fragas entre Ponferrada y San Miguel de las Dueñas a finales de junio de 1936, poco antes del estallido de la Guerra Civil, que dejó una veintena de muertos, y sobre todo la catástrofe del tren correo en el túnel número 20 de la línea, que el 3 de enero de 1944 dejaba una cifra de muertos que, según las fuentes oscila entre los doscientos y los ochocientos y al día de hoy sigue siendo la mayor tragedia de la historia de los ferrocarriles en España.
Lanuza, sin embargo, no cree que hubiera una relación directa entre los dos accidentes y las gestiones iniciadas en 1947 con General Railway Signal para instalar el CTC «Los problemas financieros y políticos por la falta de reconocimiento del gobierno franquista retrasaron la puesta a punto de la instalación hasta el mes de abril de 1954, que tuvo lugar gracias a la colaboración de Marconi Española», cuentan Manuel Álvarez, Mike Bent, el propio Lanuza y Lluis Prieto en su libro El Ferrocarril de Ponferrada a Villablino y la minería en el Bierzo, editado en el año 2000.
El CTC, añaden, «tenía el puesto de mando en Ponferrada y controlaba todas las señales y estaciones hasta Brañuelas». Y eso eran 32 agujas en total y 50 señales luminosas «Estas señales eran muy características, pues poseían un sólo foco y un sistema mecánico cambiaba las lentes», explican los autores. La señales avanzadas de entrada y salida de las estaciones sí contaban con un segundo foco para anunciar precaución y régimen de maniobras.
Si parece claro que influyera en dotar a la línea berciana de un equipo pionero la inminente puesta en servido del tráfico de hierro procedente del Coto Wagner.
Hoy, acabada la extracción del hierro y prácticamente también la de carbón, la línea se contorla desde un único punto en León hasta la señal de entrada de Monforte de Lemos. Y la mesa de control, en su día un equipo pionero, ha sido traslada al Museo del Ferrocarril, a la sombra de las locomotoras del vapor del viejo tren minero a Villablino, que nunca tuvo bajo su control.....http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/   MRF

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