Muchos
dirigentes regionales del partido morado se preguntan por el insólito
acercamiento a Emiliano García-Page en su momento de mayor debilidad
política. Y miran a Madrid con una sospecha.
En los últimos meses, al líder de Podemos, Pablo Iglesias, se le ha llenado la boca de hablar de la llamada "trama", de las puertas giratorias
y de los negocios privados de los exministros. Sin embargo, ha callado
sobre las polémicas actividades de uno de esos miembros del Gobierno, el
extitular de Defensa y expresidente del Congreso, José Bono.
En los últimos días, algunos medios de comunicación han denunciado las labores de mediación que Bono ha realizado en Guinea Ecuatorial para algunas empresas españolas, dada su amistad con el dictador Teodoro Obiang. Cabe recordar que el que fuera ministro con José Luis Rodríguez Zapatero ha asesorado, junto con su extitular de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, en la supuesta redacción de una Constitución para Guinea, una Carta Magna que no acaba de ver la luz.
Justo ahora que las bases de Podemos en Castilla-La Mancha votan -la consulta finaliza este lunes- el acuerdo presupuestario y la posible entrada en el Gobierno de Emiliano García-Page, entre los militantes de a pie se ha instalado una sensación de indignación por la "protección" que, a su juicio, la dirección nacional del partido morado brinda a Bono.
Ninguna iniciativa parlamentaria ha habido sobre
este asunto en el Congreso y tampoco en el parlamento regional, pese a
que algunos dirigentes así lo han solicitado, según ha sabido ESdiario. De hecho, en las redes sociales, algunos militantes han apelado precisamente a las actividades de Bono para justificar su rechazo al acuerdo con Page:
#PodemosSerAlternativa en CLM y en el resto del estado, apoyar los presupuestos no es necesariamente formar gobierno, #ConEstePsoeNO
Muchos en Podemos lo tienen claro: Bono es un "político de la casta" protegido por su líder. ¿Las razones? Bono fue abogado del padre de Iglesias, Manuel Iglesias, durante la dictadura.
De hecho, Bono aprovechó su amistad con el padre del líder de Podemos para organizar el primer encuentro cara a cara entre Iglesias y Pedro Sánchez, en su anterior etapa al frente del PSOE.
Fue en el domicilio de Bono, en la madrileña calle Velázquez, donde el exministro albergó la cena en la que además de ambos líderes, estuvieron Íñigo Errejón, el propio Bono y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliamo García-Page. Esta cena, que Sánchez ocultó a su ejecutiva, provocó la primera brecha y los primeros recelos entre el secretario general y sus barones.
Incluso hay algunos que creen en Podemos Castilla-La Mancha que la larga mano de Bono está detrás del insólito acercamiento del partido morado a Page,
justo en su momento de mayor debilidad política, cuando estaba hace
apenas tres semanas en la disyuntiva de prorrogar los presupuestos o adelantar las elecciones autónomicas, con todas las encuestas en contra.
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MRF
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