Pablo Iglesias lo ha vuelto a hacer. Adelantarse. Y en la jornada que el líder del PSOE había señalado en rojo para presentarse como alternativa. Tras el mal trago de Rajoy.
Cuando hace quince días Pedro Sánchez y Pablo Iglesias
reunieron en el Congreso a sus equipos de forma conjunta, de la cita
salieron dos conclusiones claves para la unidad de acción que ambos
líderes dicen buscar contra el PP. La primera, la mesa de coordinación parlamentaria a la que PSOE y Podemos se han comprometido a llevar, de forma previa, todas sus iniciativas parlamentarias de oposición.
Pero, más importante aún, Sánchez e Iglesias acordaron establecer una línea caliente entre sus respectivas portavoces, Margarita Robles e Irene Montero.
El objetivo: que ambas dirigentes comunicaran de forma previa a su
interlocutor las propuestas que sus líderes iban a anunciar en cada
momento. Es decir, que estos no se enteraran por los medios de
comunicación.
Como ya sucedió con el paquete de medidas que Podemos presentó hace una semana en materia de empleo juvenil -arrebatando la principal bandera de Sánchez tras su regreso-, este jueves la indignación se palpa entre los dirigentes socialistas por el "aprovechamiento" que Pablo Iglesias ha hecho de la declaración de Mariano Rajoy en la Audiencia Nacional por el caso Gürtel.
Una vez más, el líder morado se erigió este miércoles en líder de la oposición y se adelantó a Sánchez
para comparecer ante los periodistas con su propia agenda sobre el
asunto: petición de comparencia del presidente ante el Pleno del
Congreso y volver a explorar junto al PSOE la posibilidad de articular una segunda moción de censura. "Esperamos que el PSOE ser sume", vino a decir Iglesias.
Después, con el menú ya sobre la mesa, compareció Sánchez para reclamar a Rajoy
su dimisión inmediata. Pero en las preguntas de los informadores tuvo
que hacer frente a los deberes que ya le había dejado Iglesias minutos
antes. "El PSOE marca su propia estrategia como líder de la oposición que es", dijo, visiblemente molesto.
Y es que un sector de la ejecutiva federal considera que Iglesias "ha vuelto a tomar el pelo" a Sánchez con la complicidad de su portavoz, Irene Montero, que no tuvo la deferencia de avisar a Margarita Robles de la iniciativa de su partido.
De hecho, no fue hasta las once de la noche, cuando el número tres del PSOE, José Luis Ábalos, se sumó al carro de Podemos al confirmar que también los socialistas exigirán la comparencia de Rajoy ante el Pleno de la Cámara Baja. Este jueves, Sánchez e Iglesias volverán a descolgar el teléfono. Pero ya saben que su propósito de acercamiento no funciona.
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MRF
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