Salas de los Barrios, Lombillo y Villar de los Barrios se asoman estos días a la ventana de Televisión Española después de que un equipo de rodaje visitara en las últimas semanas las tres localidades. El espacio Aquí la Tierra, de La 1 tenía previsto emitir ayer a el programa de media hora dedicado a Salas, en un recorrido realizado por la reportera Lucía Mbomio, que acompañada por la vecina Avelina Barredo, ha probado los bollos y almendrados y la limonada de Semana Santa en su bodega de la plaza del pueblo.
Para hoy miércoles, de 20.30 a 21.00 horas, está previsto que el cocinero berciano Juan Carlos Aldonza elabore en la plaza del Herrador de Villar de los Barrios una empanada berciana. Y para el miércoles 19, según informa la Asociación Cultural Bierzo Vivo y su promotor Nicolás de la Carrera, el espacio de TVE estará dedicado a Lombillo, donde la hostelera Margot Fernández, que regenta el Mesón Las Tinajas, preparará un botillo con el toque de Los Barrios, porque incluirá fariñote, androlla y bertones.
Los tres pueblos acogen del 25 al 27 de agosto el Festival Villar de los Mundos.
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San Martín monta a caballo, empuña una espada mientras se gira hacia atrás en un amago de escorzo, viste capa y lujosos ropajes medievales que reproducen los pliegues de las telas con todo detalle, y luce un rostro aniñado, de facciones suaves y media melena rizada. Es uno de los últimos tesoros del Bierzo, y seguramente se encuentre entre los más desconocidos a pesar de que su valor en el mercado bien podría superar el millón de euros. Lo talló un artista anónimo en el siglo XV, en una época donde el Gótico tardío anunciaba el Renacimiento, y hace más de un siglo que dejó la comarca —vendido en 1908 por 3.000 pesetas de la época para sufragar el arreglo del tejado de la iglesia del monasterio de Carracedo— e inició un periplo que en 1927 lo llevó a la sede de la Hispanic Society of America en Nueva York. Noventa años después de su salida de España, el San Martín de Carracedo, uno de los mejores ejemplos de arte medieval del Bierzo, recala estos días en el Museo del Prado dentro de la muestra ‘Visiones del Mundo Hispánico, Tesoros de la Hispanic Society of America’ que hasta el 10 de septiembre y con el patrocinio de la Fundación BBVA mostrará 213 piezas aseguradas por un valor de más de 471 millones de euros.
A lomos del caballo que ha montado desde hace cinco siglos —la talla del animal es más tosca— la figura de San Martín de Carracedo ha vuelto a cruza el Atlántico para recalar durante cinco meses a cuatrocientos kilómetros del lugar al que pertenecía. Pero el 10 de septiembre, de nuevo embalada, regresará a la sede de la Hispanic Society, fundada en Manhattan por el coleccionista Archer Milton Huntington (1870-1955).
La historia de la talla policromada comienza a mediados del siglo XV en el entorno del monasterio de Carracedo, cuando un artista anónimo reproduce la figura del santo para la iglesia de San Martín, en la linde con Cacabelos. Según relata el historiador Vicente Fernández, la talla, de gran valor artístico por la riqueza de matices de su jinete, perdió en algún momento al mendigo que la completaba. Después de 1860, recaló en la iglesia del monasterio de Carracedo, derribado por ruina su templo de origen, hasta que en 1908 y previo permiso del obispo de Astorga, el párroco Emilio Prieto la vendió al conde de las Almenas, el coleccionista de arte Juan Manuel de Palacios.
Un conde en apuros
Empeñado en construir una mansión en Torrelodones donde albergar su colección, el conde se vio sin dinero para concluir su proyecto y en 1927 consiguió permiso del Gobierno español para trasladar a Nueva York hasta 447 de sus piezas, incluyendo al San Martín. Al llegar a la Gran Manzana, sin embargo, enseguida puso publicidad en el New York Times para anunciar «la mayor colección de arte español a la venta», cuenta Fernández. Hoy en día, con la legislación actual, sería inviable que alguien expatriara joyas del arte medieval como el San Martín para su venta a un coleccionista extranjero, pero en 1927 De Palacios lo hizo y la talla de Carracedelo acabó en los fondos de Huntington. Vicente Fernández, que incluye la talla en el libro sobre la historia de Carracedelo que en 2011 coescribió con Miguel J. García, José Antonio Balboa y Carlos Fernández no esconde el sabor agridulce que le deja el regreso temporal de la talla. «Está mal que esté en Nueva York, pero al menos se encuentra en un escaparate mundial y muchas personas pueden verlo», afirma. La Hispanic Society cuenta con 18.000 piezas y es un referente en la divulgación de la cultura de España.
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MRF
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