Una abuela de 54 años y su nieto de 4 años resultaron intoxicados por monóxido de carbono, desprendido por una calefacción de carbón, en el barrio de La Cemba de Ponferrada. Por fortuna solo ingresaron en el Hospital del Bierzo para recibir seguimiento y establizarlos por completo, tras ser encontrados aturdidos en la vivienda por los servicios de emergencia sanitaria.
Un vecino se dio cuenta de que algo no iba bien y llamó a los servicios sanitarios. Cuando llegaron al lugar en el bajo de una casa situada en la cuarta Travesía de La Cemba, a la altura de número 2, los índices de monóxido de carbono dentro de la vivienda eran muy elevados.
Había 300 partes por millón de monóxido, una cantidad muy elevada con peligro para la vida. Según contaban ayer lo bomberos de Ponferrada, con 30 ó 40 partes por millón ya es una cifra amplia y peligrosa.
Los bomberos apagaron la caldera y ventilaron la vivienda, con lo que el peligro quedaba despejado. El susto fue mayúsculo para los dos afectados y sus conocidos.
Ayer por la tarde, también en Ponferrada se volvía a dar otro caso de intoxicados por monóxido de carbono. En este caso por una calefección de gas ciudad, en la parte alta de la ciudad.
En concreto el suceso tenía lugar en la calle Infanta Teresa. Un matrimonio de avanzada edad se vieron intoxicados y aturdidos por la inhalación del gas tóxico.
Al lugar se desplazaron dos ambulancias y también los bomberos, que ventilaron la vivienda. El matrimonio (la mujer estaba peor) fue trasladado cada uno en una ambulancia al Hospital del Bierzo.
Los bomberos han contabilizado en lo que va de invierno al menos catorce casos de intoxicaciones por monóxido desprendido por la mala combustión de calderas..
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«A mí me tenéis que pagar todo por adelantado, que no os conozco». Es la respuesta que les dio el dueño del restaurante Ponferrada Park, Alberto Villaverde, a dos supuestos ciudadanos rumanos que acudieron a su establecimiento para concertar la celebración de un bautizo una semana antes de que los invitados a una fiesta similar en Bembibre se dieran a la fuga el pasado lunes sin abonar la cuenta de 2.000 euros que tenían pendiente.
A Villaverde no le convenció el fajo de billetes hasta sumar 900 euros que las dos personas que acudieron a su establecimiento le mostraron para dejárselo como señal. «Mi temor no era que no fuera a cobrar, sino que montará algún escándalo, porque hace unos años ya tuve una mala experiencia con un grupo muy numeroso al que la policía tuvo que desalojar», relataba ayer a este periódico. Al hostelero le mostraron un documento de identidad rumano, pero luego no volvieron con el contrato firmado.
El pasado lunes, ante la posibilidad de que se le presentarán 120 personas a cenar de repente y sin nada que ofrecerles, él mismo se encargo de llamar al teléfono de contacto que le dejaron para advertirles de que no les tenía nada preparado, por si acaso. «Me dijeron que no me preocuparan, que lo iban a celebrar en otro sitio, y al final mira lo que pasó ese día en Bembibre», explicó el hostelero.
El caso de Ponferrada Park, donde presumiblemente acudió el mismo grupo que finalmente celebró el bautizo en Bembibre, ya había tenido un antecedente en El Rincón de Pepín, en la boda concertada para el jueves 16 de febrero que se prolongó hasta las seis de la mañana y donde, según el encargado, 140 personas dieron la espantada dejando sin pagar una factura de al menos 7.000 euros.
En las redes sociales, hosteleros han descubierto fotografías de la celebración en El Rincón de Pepín de quienes habían querido contratar el bautizo. Algunas de las peticiones que le hicieron a Ponferrada Park, como las 30 botellas de whisky que debían estar preparadas para servirse a los invitados de la celebración, y los 900 euros de señal ,también coinciden con lo que se pidió y se ofreció en el Hostal El Carmen de Bembibre.
Investigación policial
La Guardia Civil y la Policía Nacional cotejaban ayer información y trataban de verificar que, tanto en el caso de el Hostal El Carmen de Bembibre como en el de el restaurante El Rincón de Pepín de Ponferrada se trata del mismo grupo o al menos de una parte. Los agentes también comprobaban que quienes contrataron las dos celebraciones, el padre del novio y el padrino del bautizo son realmente ciudadanos rumanos, como aseguraban los documentos que presentaron. Se trata, en cualquier caso, de personas sin domicilio estable, de etnia gitana, lo que dificulta su localización. Las personas que contrataron las dos celebraciones podrían ser acusadas de sendos delitos de estafa si se confirman los indicios de que actuaron con evidente intención de engañar.
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MRF
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