Su obsesivo delirio que solo puede derivar, de cumplirse, en pesadilla para todos nosotros es gobernar. Sin importarle que perdió, y de segundas, las elecciones por más de 2,5 millones de votos, mas de 10 puntos y 52 escaños de diferencia, que solo dispone de 85, menos de ¼ de la Cámara, que necesitaría el préstamo de un numero mayor de todos ellos, 91, para llegar a la Moncloa y que esos escaños provienen de la izquierda mas extrema y lo que es aún más grave también de quienes tienen claro su objetivo: descuartizar a fecha fija a España. ¿O no ha oído a Puigdemont, a Homs, a Rufían o a Tarda?. Perro a Sanchez nada de ello le importa. A Pedro solo le interesa salvar su sillón en Ferraz y ya levita si además se sienta en el de la Moncloa.
Esa es la amenaza que Pedro Sánchez está decidido a explicitar el próximo día 1de octubre. Una amenaza que el y su sanedrín de Ferraz, Hernando, Luena y Veracruz, han maquinado contra los propios dirigentes de su partido que tienen mando en territorios y dirigen las federaciones y donde aún persiste un voto solido al PSOE. Pero es ante todo una amenaza contra todos nosotros, contra la Constitución y contra España. Porque no cabe otra calificación cuando lo que se pretende es un gobierno de tales características donde a la amalgama podemita, también partidaria de expropiarnos la soberanía nacional al conjunto de todos los españoles, con la falacia propagandistica del “derecho a decidir” por cachos, se han de unir obligatoriamente quienes sin tapujos lo que persiguen es la secesión de España violando cuantas de nuestras leyes y derechos consideren necesario.
Ambos, extrema izquierda y separatistas, ven en Sanchez su autentico mirlo blanco, el mejor candidato para lograr sus fines. Por el lado de Podemos, asaltar asidos a su pértiga los cielos, pues ellos serían quien tendrían la sartén por el mango y a un presidente prisionero que se convertiría además en su mejor instrumento para su otro objetivo: liquidar al PSOE como fuerza hegemónica en la izquierda y sustituirlo. Por el lado de los independentistas no podía ser mayor la pera dulce que un gobierno de España sometido a sus designios y votos. Vamos que sería el propio Presidente de España quien les facilitaría la mesa y la cuchilla para iniciar el descuartizamiento.
Y ello es solo una parte. Esta la otra, la del desastre económico, laboral, social y de convivencia que se haría irremediable y nos devolvería a angustias aún más terribles que las sufridas en la palabra crisis. ¿O es que alguien en su sano juicio-iluminados y revolucionarios chavistas aparte- considera que el trabajo, el crecimiento económico, la inversión y la creación de riqueza no iban a comenzar a desplomarse de inmediato?. ¿Alguien cree de verdad que Europa, el mundo y la economía iban a depositar u n gramo de confianza y un solo billete en semejante engendro?
La amenaza de Sánchez es real y, lo peor, factible. Porque quienes pueden pararle, su propio partido, no se atreven, tienen miedo de que el enfrenta miento abierto con el secretario general suponga la ruptura del PSOE y además y sobre todo porque el Sanedrín cuenta, o cree contar, con un arma definitiva, la apelación a una militancia, cada vez más reducida pero cada vez más sectaria y radical, envenenada por un odio revivido hacia “la derecha” y que antes que tolerar lo que es su victoria prefiere aliarse no solo con esa extrema izquierda sino con lo más rancio del separatismo y hasta si fuera preciso con los filoetarras de Bildu cuyos héroes jaleados hoy en los ayuntamientos eran quienes asesinaban ayer a sus concejales. Todo ello y en cualquiera de los casos mejor, por lo visto, que el malvado Rajoy y la satánica y corrupta derecha. Antes con Tarda, con Rufían y con Otegui, compañeros y compañeras.
El peligro es pues real. Sánchez puede salirse de nuevo con la suya ante no el silencio pero si el acobardado balido de los corderos. Aunque algo, sin duda, pesarán las urnas del domingo. Quizás en la mayoría absoluta de Feijoo puede haber algo de antídoto, lo mismo que habría de elixir para Sánchez en el caso de que la perdiera. Tal vez el derrumbe del PSE de Mendia y de Patxi Lopez sirva para la reflexión , aunque ya tiene el parapeto de que habrán sacado algo mejor resultado del que les auguraba la peor de las encuestas. Pero todo indica que Sánchez proseguirá en su desbocada carrera hacia el precipicio al que quiere conducirnos a todos. Porque si finalmente lo perpetra el 2017 alumbrara la peor y más dramática situación por la que España haya de atravesar desde el final de la Dictadura. Porque y , hay que llamar a las cosas por su nombre, si se consuma el despropósito será la puerta de una autentica traición: a la Constitución y a España. Que, eso también. No tardaría en pagar luego y a no mucho tardar su partido, reducido a escombros, en las urnas y que pagaría el propio Sánchez. Y Sánchez puede que incluso más allá de las urnas.
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MRF
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