Los contactos y las reuniones se van a multiplicar estos días. Los dirigentes críticos con el líder socialista quieren acudir al Comité Federal del sábado con un plan concreto.
"No está en juego el futuro de Sánchez, lo que ahora está en riesgo es la supervivencia del PSOE
como el partido que hemos conocido". Estas palabras de un dirigente de
una agrupación provincial del socialismo andaluz demuestran bien a las
claras el estado de "estupor general" que sacude a sus dirigentes tras
el último órdago, oficializado este lunes, de su secretario general. Y
eso que en las federaciones críticas el anuncio de primarias y congreso
en diciembre no les ha pillado por sorpresa. Desde hace días, el runrún
sobre la maniobra a la desesperada de Pedro Sánchez era de conocimiento general.
Los fieles a Sánchez aplauden su audacia: "no hay mejor defensa que un buen ataque", ironizan
"Ellos tienen los generales pero nosotros a los soldados", afirmaba hace unos días a ESdiario un diputado de la guardia pretoriana del líder, que ya vaticinaba los movimientos que se iban a producir tras la previsible debacle electoral en Galicia y el País Vasco. Sánchez
y los suyos, conocedores del nefasto resultado que se avecinaba, ya
decidieron la pasada semana diseñar su propia hoja de ruta bajo una
premisa de orden militar: "no hay mejor defensa que un buen ataque",
debió pensar el líder y sus pretorianos. O aquella otra de "quien da primero, da dos veces".
La baza de los "tiempos"
Como la única estrategia de Ferraz -pese a
los pésimos resultados del 20D y 26J- ha sido en los últimos meses ir
ganando tiempo para la continuidad de Sánchez, a costa del bloqueo político interminable, en el entorno de Susana Díaz -que ha convocado a los suyos este jueves- se temía una maniobra del secretario general destinada a mantener el statu quo
hasta la inevitable llegada de las terceras elecciones. Y la
convocatoria de las primarias el próximo 23 de octubre van destinadas a
ese único fin. Sánchez cree que con la complicidad de
las bases no sólo será reelegido secretario general sino también
candidato de nuevo en esos terceros comicios.
Ahora, a costa de salvar su cargo, el líder ha llevado al PSOE
a una endiablada situación a poco más de un mes de que acabe el plazo
para la disolución de las Cortes. Y fuerza a los barones a dar un golpe de mano
que puede abrir en canal al socialismo español. Esta es la
diabólica situación a la que este sábado se van a enfrentar los cerca de
300 integrantes del Comité Federal que debería aprobar el calendario
propuesto este lunes por Sánchez.
En primer lugar los críticos deberán
conformar un frente común y alinear en él a todos sus representantes. A
ello se han puesto desde este mismo lunes. Se niegan al adelanto del
Congreso y proponen el fin del bloqueo Susana Díaz (Andalucía), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Javier Fernández (Asturias), Ximo Puig (Valencia) y Javier Lambán (Aragón).
Frente a ellos, aliados de Sánchez son Miquel Iceta (Cataluña), Francina Armengol (Baleares), Sara Hernández (Madrid), Roberto Jimenez (Navarra), Eva Díaz Tezanos (Cantabria), Cesar Luena (La Rioja), Idoia Mendía (País Vasco) y Joaquín Fernandez Leiceaga (Galicia).
El "golpe de mano"
Sin embargo, es muy difícil establecer el
reparto de equilibrios entre los 300 miembros del Comité, por que su
designación proviene de muy distintos orígenes. Si los críticos se
inclinan por dar batalla, el Federal podría rechazar el preceptivo informe de gestión de Sánchez
y rechazar su calendario de primarias y el congreso. La lógica
desautorización debería llevar a la consiguiente dimisión del secretario
general. Pero, ¿y si este se aferra al cargo como teme y expresa en
privado Susana Díaz?
La situación sería dramática para los intereses del PSOE
en vísperas de los posibles terceros comicios. El 20% del Comité -para
ello tienen votos suficientes los barones- promovería una moción de
censura contra Sánchez. Con los votos de la mitad de la Ejecutiva más uno el líder sería depuesto y una gestora asumiría el control.
La actual Ejecutiva del PSOE, entre vocales y secretarios con área concreta, tiene 36 miembros tras la muerte de Pedro Zerolo y la dimisión de José Ramón Gómez Besteiro, imputado exlíder de los socialistas gallegos. Si los críticos con Sánchez suman 19 dimisiones, Sánchez tendría que marcharse. Y la posterior gestora podría transitar del no a la abstención y facilitar la investidura de Mariano Rajoy. Pero el riesgo de una escisión fatal sobrevolaría sobre el PSOE. Y el fantasma del PASOK, al que muchos apelan estos días, estaría ya deambulando por los pasillos de Ferraz.
Por eso, los barones se inclinan por una difícil pirueta, neutralizar a Sánchez y los suyos, colegiar las decisiones a adoptar y evitar como sea el fantasma de los terceros comicios.
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MRF
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