El líder de PSOE se mantiene en sus trece y quiere forzar a sus críticos a convertir el Comité Federal en debate político y no en uno sobre su futuro al frente del partido.
Erre que erre. Golpe de efecto de Pedro Sánchez para los que piensan que este sábado podría renunciar a la secretaría general del PSOE.
Horas antes del decisivo Comité Federal, el líder socialista compareció
por sorpresa ante los periodistas para reclamar que el cónclave tome
una decisión sobre la posición del partido ante una investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
En su primera aparición pública tras el golpe de mano del miércoles, cuando dimitieron 17 miembros de su ejecutiva, Sánchez
volvió a refugiarse en los militantes e insinuó que presentara su
dimisión si los barones le fuerzan a abstenerse en una futura
investidura del presidente en funciones.
Según ha dicho, lo que tiene que decidir el máximo órgano socialista es su posición ante una investidura de Rajoy, porque "ésta y no otra es la cuestión de fondo" y "el auténtico debate" que hay que tener.
"O se monta una gestora, como algunos pretenden, para que lleve al PSOE a que gobierne Mariano Rajoy
a través de la abstención, o deciden los militantes en un congreso y
mantenemos el no a Rajoy e intentamos un gobierno alternativo de cambio y
transversal, como aprobó el Comité Federal", ha señalado el líder del PSOE, que ha defendido que él no puede "administrar" una decisión que no comparta.
Fuentes socialistas han explicado después que, con este mensaje, Sánchez
ha querido "centrar el debate" de este sábado. No se trata de un cambio
del orden del día, han explicado, sino que se mantiene lo previsto en
la convocatoria de este jueves.
El líder socialista reconoció el "momento delicado" que atraviesa su partido por lo que volvió a defender su hoja de ruta:
primarias y un congreso extraordinario "cuando antes". En este sentido,
volvió a echarse en brazos de los militantes. "Voy a defender que la
puerta del voto de los militantes no se cierre", dijo, en una estrategia
contra los dirigentes territoriales que encabeza Susana Díaz.
La maniobra de distracción de Sánchez
y sus fieles parece clara: tratan de enmascarar el debate sobre su
continuidad al frente de la Secretaría General con el de la
gobernabilidad de España. "Se puede pensar en España y en el PSOE, hay tiempo", argumentó, frente a lo que este jueves manifestó la presidenta andaluza: que "ahora toca pensar en España".
Sánchez volvió a reiterar
por enésima vez su negativa a apoyar el desbloqueo y apostó de nuevo
por un gobierno "transversal, alternativo y creíble" presidido por él. A
su juicio, la abstención del PSOE abriría la puerta a la "legislatura del chantaje".
Por otra parte, Sánchez
no ha aceptado el dictamen de la mayoría de la Comisión de Ética y
Garantías que consideran que, de acuerdo a los estatutos del partido, la
Comisión Ejecutiva Federal está "disuelta" tras la dimisión de la
mayoría de sus miembros y han pedido que el Comité Federal designe a los
miembros de una comisión gestora.
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MRF