La Asociación de Minusválidos de Bierzo (Ambi) organizó ayer su tradicional paseo en silla de ruedas, con el que trata de reivindicar la mejora de la accesibilidad en Ponferrada. La asociación aprueba las acciones realizadas hasta el momento por el Ayuntamiento, que prepara una ordenanza de accesibilidad para seguir mejorando
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Las obras de reparación y reasfaltado de la avenida de Galicia de Ponferrada ya han llegado a su fin tras una inversión de más de 152.000 euros y no serán las únicas. La alcaldesa, Gloria Fernández Merayo, anunció ayer un paquete de actuaciones por 241.000 euros a acometer a lo largo de 2018. Serán seis obras en las calles que necesitan una las reformas más urgentes. «Hemos empezado por la que más tránsito de vehículos soporta en Ponferrada y seguiremos con otras que también presentan necesidades importante», explicó la regidora.
Así, el Ayuntamiento de Ponferrada invertirá cerca de 45.000 euros en la pavimentación de la calle Amalio Fernández y el entorno del pabellón de La Borreca, 21.600 euros en la pavimentación de la plaza Interior y las calles Guido de Garda y Rodríguez Yáñez; y 24.600 euros en la renovación de las aceras de la calle Almería de Flores del Sil. Del mismo modo, el paquete de acciones incluye también el bacheo de la segunda travesía del Teso de San Andrés de Montejos, por 30.600 euros; y la pavimentación de varias calles en Fuentesnuevas con un importe de 60.000 euros.La calles Batalla de Bailén y Batalla de Roncesvalles, Jacinto Benavente y Gustavo Adolfo Bécquer (Cuatrovientos) y la cuarta avenida y diagonal en Compostilla también será objeto de actuación y en este caso se invertirá algo más de 59.200 euros.
«Somos muchos y mal avenidos», reconoció el presidente del Consejo del Bierzo, Gerardo Álvarez Courel, en su discurso institucional para conmemorar el vigésimo aniversario de la declaración de Las Médulas como Patrimonio de la Humanidad. La de Courel fue una de las voces críticas que ayer se escucharon en el paraje, donde un suelta de globos y la presencia de un nutrido grupo de escolares de visita animaron la presentación de un hito conmemorativo en el mirador de Orellán. Minutos antes, el presidente del Consejo, había asegurado que las instituciones «no hemos sabido no hemos podido estar a la altura» y en ocasiones «se piensa más en el protagonismo que en conservar este tesoro». De ahí que reclamara más inversiones, orientadas también a «mantener y mejorar la calidad de vida de los vecinos que viven en la zona, pero no viven del turismo, sólo lo padecen». Mejores accesos, más servicios, vigilancia y seguridad deben acompañar a las políticas para impulsar el turismo y la investigación
Si ya estábamos mal, ahora podemos pasar a muy mal, estamos peor». Así de contundente fue el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín, en la comparecencia posterior a la reunión de la Oficina Técnica de la Sequía celebrada ayer. El pasado año hidrológico, clausurado en septiembre, cerró con un 40% de precipitaciones con respecto a un año normal y en los dos meses que han pasado del nuevo año hidrológico la situación empeora y «ya llevamos un 65% menos de precipitaciones». Sigue sin llover y, aunque de momento se mantiene el estado de alerta y no se pasa al de emergencia, Marín advirtió a los ayuntamientos de más 20.000 habitantes sobre la necesidad de disponer de un plan de emergencia para poder reaccionar debidamente, restringir el consumo e incluso determinar captaciones alternativas por si las actuales no fueran suficiente para atender la demanda.
«Si tenían que haber llovido 270 litros por metro cuadrado de media, han caído unos cien litros. Por primera vez desde que tenemos datos estamos en un año excepcional incluso para cumplir los caudales trimestrales. Es una situación totalmente anómala, los ríos están en unos caudales ecológicos bajísimos», aseguró el presidente del organismo de cuenca, explicando que, en algunos puntos de la demarcación, los caudales llevan un 90%. Esto no sólo obliga a controlar el consumo, sino también a aumentar los controles de los ríos ante posibles vertidos.En todo caso, Francisco Marín adelantó que «suponienod que el año 2017-2018 sea similar en aportaciones al que acabamos de cerrar, que lo que pase por el río sea similar a lo del año pasado, los núcleos de más de 20.000 habitantes no van a tener, en principio, ningún problema de abastecimiento». Pero para que esto sea así, tienen que llover más. «Como la tierra está tan seca, necesitamos que llueva más para que haya las mismas aportaciones a los ríos», dijo el máximo responsable de la Miño-Sil.
Marín quiere ser optimista y para ello tira de las predicciones realizadas por la agencia de meteorología americana que dice que «la segunda quincena de diciembre y los meses de enero y febrero van a ser más lluviosos de lo normal». Con las expectativas puestas en estos datos y dado que hay previsiones mucho menos positivas, la Confederación se prepara para un escenario mucho más recrudecido en el que los ayuntamientos tengan que aplicar esos planes de emergencia y determinadas restricciones. Con este fin ha convocado, para el día 13 de este mes, el Consejo del Agua, en cuyo marco se hará una simulación de que pasaría si la sequía sigue siendo tan pronunciado o, incluso, la situación empeora.
«Vamos a hacer una simulación de lo que pasaría si el año hidrológico fuera como el peor de la serie histórica dado que estamos en una situación difícil», adelantó el presidente de la Miño-Sil.
En la comparecencia de ayer, Marín también recordó que siguen adelante los trabajos de limpieza de los caudales para evitar inundaciones y problemas cuando lleguen las lluvias.
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MRF
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