El PP negocia el documento presentado por Vox, sobre todo en inmigración y LGTBI
Mañana, a última hora de la tarde, habrá nombre y fecha para la investidura del jefe o jefa del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Lo decidirá Juan Trinidad, el presidente de la Asamblea, después de oír a todos los partidos –hay seis posibilidades, políticas y aritméticas– entre hoy y las seis de mañana. El PP quiere llegar a esa fecha con un acuerdo cerrado sobre gobernabilidad. En la cúpula del partido desean presentar este pacto ya cerrado cuando Murcia –pendiente aún de decidir su Ejecutivo regional– vote en la tarde del martes. La candidata popular a Madrid, Isabel Díaz Ayuso, confía en que sus socios –con los que ha estado manteniendo contactos todo el fin de semana– no la manden a septiembre.
Los populares negocian el documento presentado por Vox la semana pasada y presentarles hoy su propuesta. La idea es limar asuntos como los referidos al colectivo LGTBI y la educación, de modo que se consiga la tranquilidad de aquellos padres que puedan sentirse molestos con algunos contenidos, pero siempre llegando a un consenso universal, respetando también la autonomía del profesor. Sería equilibrar la figura del PIN parental, sin retroceder en los derechos conseguidos hasta la fecha (en los que también trabajaron anteriores gobiernos populares); pero también conjugando el derecho de los padres a que sus hijos reciban información afectivo-sexual según sus convicciones morales. Eso sí, sin renunciar a la autoridad del docente y a la información básica. Se trabaja, por lo tanto, en buscar un equilibrio, algo que no es fácil.
El otro asunto importante que aborda el documento de Vox es el de la inmigración: por un lado, hay asuntos como el de los menores no acompañados, a los que propone repatriar, pero que están sometidos a convenios internacionales del niño y a legislación estatal; se estarían invadiendo competencias que no son autonómicas. En cuanto a la prestación sanitaria pública, está garantizada para todos, legales o ilegales. Eso sí, el PP pretende modular el «turismo sanitario», en colaboracion con el Estado, de manera que el sistema esté ajustado.
Hay otros puntos de lo propuesto por Vox, en materia de fiscalidad (el PP ha sido el primero en apostar por la bajada de impuestos, pero aquellos en los que la ley lo permite); la revisión de las subvenciones; o una viceconsejería de Natalidad, en los que el acuerdo con Vox debería ser más fácil.
Según lo que ocurra, Trinidad tiene varias posibilidades. Por ejemplo, que entienda que ningún partido tiene apoyos suficientes y convoque un pleno sin candidato, donde sólo se exponga la posición de cada grupo sin votar a nadie, pero que sirva para poner en marcha el reloj: sólo habría dos meses de plazo, hasta septiembre, para negociar apoyos suficientes o habría que convocar repetición electoral.
El PSOE lo intenta
Lo cierto es que Madrid está pendiente de un juego de carambolas. La formación naranja se niega a negociar nada con los de Rocío Monasterio y rechazó tajantemente los puntos programáticos que el partido conservador propuso el miércoles. Confía, de hecho, en poder llevar adelante un proyecto de «centro liberal» exclusivamente con el PP, y carga sobre Vox la responsabilidad de apoyarlo o bloquearlo, abriendo así el paso a un posible gobierno del socialista Ángel Gabilondo. O incluso a la repetición electoral. Éste ya ha anunciado que se va a postular como candidato, como partido más votado y por ser en la actualidad el bloque que más apoyos suma, uniendo a los suyos los de Más Madrid y Unidas Podemos. Cs prefiere al PP, pero con toda la intención no ha cerrado del todo la puerta de una aproximación al PSOE. Es sólo un resquicio, pero está ahí.
De hecho, Trinidad tendrá que decidirse entre las diferentes posibilidades. Hay media docena de combinaciones políticas y aritméticas. Una primera es que PP y Ciudadanos unan sus votos en una investidura. El resultado no es suficiente: son 56 apoyos, con lo que los votos en contra (37 de PSOE, 20 de Más Madrid y 7 de Unidas Podemos) serían más, y eso contando con que Vox se abstuviera. Una segunda posibilidad es que PP y Vox decidieran presentar solos la investidura: tampoco sería posible porque sólo suman 42 diputados y los «noes» volverían a superarlos.
La tercera uniría los apoyos de todo el bloque conservador: PP (30), más Ciudadanos (26), más Vox (12) suponen unos imbatibles 68 votos, por encima de la mayoría absoluta (67). La incógnita está en si esta opción será posible, dado que Vox puso como condición para aportar sus apoyos que se firmara un documento a tres con unas medidas programáticas comunes.
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