Tres barones del PSOE –Aragón, Castilla-La Mancha y Asturias-acaban de sellar una alianza con otros tantos del PP –Castilla y León, Galicia y La Rioja- en contra de los privilegios del Gobierno con los nacionalistas. Los seis, al unísono, han exigido que se respete la Constitución –igualdad de todos los españoles y solidaridad interterritorial- y han advertido al presidente Pedro Sánchez que no admitirán amaños bilaterales con Cataluñaen materia de financiación autonómica.
La alianza quedó sellada este lunes en Zaragoza, en forma de declaración institucional firmada por esos seis barones de PSOE y PP en su calidad de presidentes de sus respectivos gobiernos autonómicos. Los tres del lado socialista han sido destacados críticos del sanchismo: el aragonés Javier Lambán, el asturiano Javier Fernández y el castellano-manchego Emiliano García-Page. Y los tres presidentes autonómicos del PP con los que ahora han hecho piña en este particular son pesos pesados de las filas populares: el gallego Alberto Núñez Feijóo, el castellano-leonés Juan Vicente Herreray el riojano José Ignacio Ceniceros.
Los seis han lanzado una advertencia coral contra cualquier intento del Gobierno central de alcanzar arreglos bilaterales de financiación con Cataluña. No es una sospecha al azar. Hace un mes, la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, dijo que el Ejecutivo de Sánchez está decidido a aumentar la inversión en Cataluña con una fórmula específica y exclusiva para esa región. Como informó ABC, eso podría suponerle a Cataluña, de media, una inyección extra de más de 500 millones de euros anuales, a costa del resto de España. Y, además, sigue estando en el horizonte la reforma del modelo de financiación autonómica, susceptible de ser utilizado por el Gobierno y la Generalitat para negociar en medio de la tensión independentista.
Constitución, solidaridad y multilateralidad
Este lunes, esos tres barones del PSOE y sus aliados del PP han dejado claro que no aceptarán maniobras de ese tipo, que no están dispuestos a tolerar sin más nuevos privilegios añadidos para Cataluña –y para los nacionalismos centrífugos en general, lo que incluye también al vasco-. Y, de paso, advirtieron a Sánchez que, si lo hace, se estará saltando la Constitución. Insistieron en que la reforma de la financiación autonómica ha de ser negociada de forma multitlateral, con el concurso de todas las autonomías en condiciones de igualdad y en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera. A él acudirán estos seis gobiernos regionales, cuando toque, con un discurso compartido: el nuevo modelo de financiación ha de dar más relevancia en la base de cálculo a los factores de despoblación, envejecimiento demográfico y dispersión territorial. Estas autonomías consideran que ahora están discriminadas económicamente por el Estado, porque ese envejecimiento y dispersión demográficas hace que les salga más caro prestar los serviccios sanitarios y educativos, sin que el Estado responda por ello.
Los seis presidentes autonómicos han insistido en presentar este frente común como un grupo «con vocación de permanencia», apoyado en -y al servicio de- la Constitución. Este nuevo ‘lobby’ autonómico ha sido definido por sus seis integrantes como «un éxito indiscutible para la Constitución y para los españoles», que busca «servir al interés general de nuestros ciudadanos» (Javier Lambán), que apuesta por «un autonomismo que es leal con la Constitución y con las instituciones del Estado» (Juan Vicente Herrera), que aboga por defender «los intereses territoriales, no los egoísmos territoriales» (Emiliano García-Page) y que quiere contrarrestar a «los nacionalismos que son un elemento de distorsión en el asunto de la financiación autonómica» (Javier Fernández).
La foralidad vasca y navarra, en entredicho
El presidente riojano fue todavía más lejos, sin que ninguno de los presentes enmendara su reflexión: «Me gustaría que los territorios forales se integrasen en los mecanismos de solidaridad», en referencia a atajar los privilegiados regímenes forales del País Vasco y Navarra.
El socialista García-Page fue rotundo al exigir al Gobierno «certidumbre constitucional». No se negó a reformar la Constitución para mejorarla siempre que se haga en aras al interés general de la nación en su conjunto. Pero advirtió que, futuribles al margen, «esta Constitución es estupenda» y ha de ponerse en valor y hacerse cumplir.
El frente trabado por esos tres barones socialistas junto a otros tantos presidentes de gobiernos regionales del PP es contundente en sus exigencias, pero ellos mismos se han esmerado en trufarlas de tono conciliador, de mano tendida ante el Gobierno de Sánchez. «Queremos ayudar al Estado», aseguró el presidente castellano-manchego. «Esta reunión no se plantea contra nadie», afirmó a renglón seguido. Pero remarcó: no puede ser que «los problemas del país» queden siempre a expensas de una negociación entre el Gobierno central y «alguna fuerza independentista que barre para lo suyo».
En un sentido similar, Lambán incidió en que el grupo creado entre estos seis presidentes autonómicos de PP y PSOE «pretende servir al interés general, a construir España de acuerdo con la Constitución, a cooperar entre autonomías para hacer país de manera más acompasada entre todos, para hacer que todos los españoles tienen acceso a los mismos servicios vivan donde vivan. En definitiva, a desarrollar los principios constitucionales, que es muy importante en este momento». Por eso, concluyó Lambán, «esta reunión es un éxito indiscutible para la Constitución»...https://www.abc.es/ MRF
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