No Al Olvido

sábado, 8 de septiembre de 2018

# España y Turquía, los países donde más cargos cambian con la llegada de un nuevo Gobierno...Video..!partidopopular!!



Pese a entrar en la Moncloa con el propósito de “acabar con el 
enchufismo y la endogamia”, Sánchez ha continuado colocando en altos 
cargos de la Administración Pública a personas afines al PSOE

En 1912 Benito Pérez Galdós escribía que los políticos “no harán más que
 favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante 
con los farolitos…” En 2018 la experiencia confirma que cada vez que en España
 se produce un cambio de Gobierno, el Ejecutivo entrante coloca a sus afines
 en los altos cargos de la Administración y de las principales empresas públicas,
 muchas veces anteponiendo su trayectoria en los partidos a la experiencia en el sector.

“Han de pasar años, lustros tal vez, quizá medio siglo largo” para que
 el modelo cambie, decía el autor de los 'Episodios Nacionales'.
 Pero ni cien años han sido suficientes. Según pone de manifiesto 
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) 
en el estudio ”Goverment at a glance 2017”, España es el país de
 la Unión Europea donde más cargos cambian con la llegada de un nuevo Gobierno.
 Si se toman en consideración todos los Estados que forman parte del organismo,
 se sitúa en el nivel más alto junto a Turquía y Chile.
LA ROTACIÓN AFECTA HASTA EL 100% DE LOS ALTOS CARGOS

En general, 21 de los 35 países analizados realizan cambios que afectan 
entre un 95 y 100% a los secretarios de Estado, lo que parece razonable 
ya que son responsables de ejecutar la acción del Gobierno, con quien 
comparten su visión política. La excepción está en Canadá, Alemania, Japón, 
Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda y Noruega, donde
 la remodelación no afecta a más del 5% de los cargos.

Lo sorprendente es que en la mayoría de Estados no suelen producirse
 rotaciones en los altos funcionarios públicos. Solo en 5 países -Chile, 
Hungría, Eslovaquia, Turquía y España- la alteración alcanza a un porcentaje
 de entre el 95 y el 100%. En el caso de los altos directivos de las empresas
 públicas, únicamente Chile, Turquía y España cambian hasta el 100% de los mandos.

LOS RIESGOS DE LA POLITIZACIÓN DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

El resultado es la politización de la función pública, pues en 
lugar de atender con objetividad al interés de todos los ciudadanos,
 sirve al poder Ejecutivo. Como explica Jordi Solé Estalella, presidente 
de la Federación de Asociaciones de Cuerpos Superiores de la Administración Civil 
del Estado (Fedeca), en no pocas ocasiones el único mérito valorado para designar 
a los altos directivos es su “lealtad política”, ya que no es inusual que
 carezcan de “experiencia en el sector”. Esto da lugar a que se rodeen de una 
“legión de asesores sufragados por todos” que no serían
 necesarios si se nombrara al profesional adecuado.
Además, en el caso de los altos funcionarios, cuando cesan por la 
caída del Gobierno, rara vez vuelven a sus puestos de origen sino 
que suelen ser recolocados en “lugares de reposo” donde permanecen
 con una retribución mayor hasta que tienen ocasión 
de “volver a desempeñar altos cargos”, señala Solé.

EL CLIENTELISMO DE SÁNCHEZ ANIDA EN LA ADMINISTRACIÓN

Pese a llegar a la Moncloa tras la moción de censura con el propósito 
de “acabar con el enchufismo y la endogamia”, Pedro Sánchez ha continuado
 con este sistema clientelar. El 22 de junio, tan solo 16 días después 
de nombrar a sus ministros, puso a Vicente Fernández Guerrero 
–hombre de confianza de la ministra 
de Hacienda, María Jesús Montero- al frente de la Sociedad 
Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Holding que abarca 15 empresas
 -Correos, Navantia, Tragsa, Cetarsa, Hunosa, Ensa o Enusa, entre otras-
 con una plantilla de 73.000 personas. El día 26 su Consejo de Administración 
quedó constituido por diferentes vocales procedentes 
de las Secretarías de Estado del Gobierno.

Casi un mes después colocó al frente de Correos a Juan Manuel Serrano,
 su jefe de Gabinete hasta que llegó a la Moncloa –cuando 
fue sustituido por Iván Redondo-, y su principal apoyo durante las primarias.

Lo mismo hizo con el exministro socialista de Administraciones Públicas
 Jordi Sevilla, asesor económico de Sánchez y nuevo presidente 
del Grupo Red Eléctrica.
Llamativos también son los casos de Óscar López y de José Félix Tezanos.
 El primero es el nuevo presidente de Paradores de Turismo, pese a que no
 se le conoce ningún tipo de experiencia en la materia más allá de su carrera 
política. En cuanto a Tezanos, es el nuevo presidente del CIS. Histórico socialista,
 en el primer barómetro del centro bajo su dirección colocó al PSOE como el primer 
partido en intención de voto con una diferencia de 8 puntos respecto a la encuesta anterior.

EL DIRECTIVO PÚBLICO COMO REMEDIO A LA ROTACIÓN

Si bien este sistema de designación pudo tener sentido durante la 
Transición ya que los altos cargos administrativos procedían
 del Franquismo, hoy parece que no tiene otra razón de ser más que sustentar el clientelismo.

Por eso, desde la federación apolítica Fedeca, que aglutina a 47 asociaciones
 profesionales de funcionarios –desde abogados del Estados a inspectores de Hacienda
 o de la Seguridad social, entre otros-, apuestan porque se ponga en práctica
 la figura del directivo público que contempla el artículo 13 del Estatuto Básico 
del Empleado Público, cuya designación debe ceñirse a los “principios de mérito 
y capacidad y a criterios de idoneidad”, para poner 
fin al clientelismo que anida en la Administración
.https://www.cope.es/MRF

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