El juez procesa a los dos comunistas que fueron a combatir al Daesh Ocho personas son enviadas a juicio por formar un supuesto grupo criminal de apoyo al grupo terrorista kurdo PKK..!!!

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha propuesto juzgar a ocho personas del Partido Marxista Leninista-Reconstrucción Comunista por conformar supuestamente un grupo criminal de apoyo al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (el PKK, considerado una organización terrorista) en su lucha contra los yihadistas de Daesh. Dos de ellos llegaron a viajar a Siria como brigadistas para combatir en primera línea del frente contra Daesh. El magistrado cierra la investigación y les atribuye el delito de pertenencia a organización criminal, alguno de ellos en grado de dirigente, menos a uno de los procesados, Eneko Ibarretxe, a quien envía a juicio por el delito de tenencia de armas prohibidas.
Se trata de Pablo Díaz Ocampo y Álvaro Fernández Ruiz, que fueron arrestados en Madrid tras regresar de Siria a través de Alemania, la misma vía que utilizaron para el viaje de ida. El magistrado relata que ambos se integraron de forma temporal en una organización paramilitar presente en el norte de Siria, en la región de Rojava, que depende del PKK, participando «activamente» en los combates contra el autodenominado Estado Islámico durante seis meses. La misma organización les proporcionó a ambos instrucción militar.

El magistrado explica que uno de los ocho procesados, el investigado Roberto Vaquero Arribas, tomó la decisión de que dos miembros del grupo viajaran a Siria para combatir, «sabiendo que iban a integrarse en milicias dependientes de la organización terrorista PKK-KCK-, parte de cuyos traslados y mantenimiento posterior financió en colaboración con ciudadanos kurdos residentes en España y organizaciones extranjeras vinculadas ideológicamente al partido, y de que iban a recibir instrucción para entrar en combate contra la organización terrorista Estado Islámico». El juez considera a Vaquero el líder del grupo, y el fundador y secretario general del grupo Reconstrucción Comunista, la organización a la que pertenecen.
Según el relato de hechos del juez, este acusado se encargaba de seleccionar a los miembros del grupo, a quienes obligaba a portar armas, gracias a su carisma y su conocimiento de artes marciales. También se dedicó a supervisar la obtención de armas, defensas y explosivos, que eran almacenados de forma clandestina en la sede de la formación comunista en Madrid. El procesado califica este lugar de «sagrado», y allí se encontró una bandera de la organización terrorista del PKK, además de la del grupo español.
Uno de los procesados es un ciudadano turco que se dedicaba a captar voluntarios para el PKK y a difundir las actividades de esta organización terrorista, cuya simbología y consignas exhibió y que también participó en la financiación del viaje de los brigadistas. Otro miembro del grupo, el alemán Philipp-Alexander Hoher, ayudó a «hacer efectivo» el traslado de los dos brigadistas desde Alemania a Siria, «proporcionando contactos humanos e infraestructura para facilitar el mismo, con conocimiento de que iban a integrarse en milicias dependientes de la organización terrorista PKK y de que iban a recibir instrucción militar».
Aun así, el juez archiva la causa contra otros ocho investigados por estos hechos al concluir que su actuación «no constituye actividad delictiva punible, dado el ineficiente grado causal de su escasa contribución a la actividad ejecutada» por el grupo criminal. Contra los ocho procesados, la Fiscalía tiene ahora diez días para formular su escrito de acusación pidiendo la apertura de juicio oral o el archivo.
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MRF