No Al Olvido

domingo, 21 de julio de 2019

# Masoquismo extremo..¿Tanto sacrificio para acabar gobernados por los comunistas?...Videos 2.Ignacio Garriga Vox...la Sexta vs Secta...!!!..!!!


Los españoles, siempre a lo grande. Nada de conformarnos con una burbuja. Aquí, dos: la inmobiliaria y la financiera. Con la entrada en el euro y el abaratamiento del crédito el país extravió la templanza. Comenzó una verbena de consumismo privado a cuenta de los bancos y las administraciones se lanzaron a dilapidar alocadamente: aeropuertos superfluos, autopistas desde la nada a ningún sitio, tonto-museos de arte moderno, palacios de exposiciones en lugares sin nada que exponer... El icono de aquella euforia fue el ladrillo. En 2007, en pleno zapaterismo, se construyeron en España 5,7 millones de viviendas (más que en EE.UU., con ocho veces más población). Un cuarto de los varones españoles trabajaban en la construcción o actividades relacionadas. El frenesí de la vivienda emponzoñó los balances de los bancos tutelados por la chapucera mano política: las cajas, sepulcros blanqueados en los que se dejaba hacer. Cuando la marejada de las «subprime» alcanzó las costas españolas, el país quedó arrasado. Oleadas de «eres», que de repente dejaban en la «puta rúe» a padres y madres de familia que consideraban seguros sus empleos. Calles enteras con bajos cerrados por quiebras. Personas de salarios medios que se habían comprado a crédito un gran Audi (y una moto, y un adosado, y unas vacaciones en China), incapaces de encarar sus deudas. Nadie daba un duro por España. La prensa prosocialista más ilustre -al borde de la quiebra y salvada por la gran banca- exigía al Gobierno conservador que solicitase el rescate ya. Financial Times no perdía ocasión de aguijonear a España. Ya en 2010 advertía que «el drama español será mayor que el griego». Dos mediáticos premios Nobel de Economía, Krugman y Stiglizt, delataban que el galardón les tocó en la tómbola y pronosticaban que España saldría del euro en breve. «The Economist» y «Liberation» competían a ver quién componía la portada más sardónica sobre la crisis española. «The New York Times» abría en julio de 2012 con un reportaje que contaba que los españoles pasaban hambre y se alimentaban en los contenedores de basura. La prima de riesgo llegó a 500 puntos y el paro, a cinco millones.
Ahora la prima está en 72 y el paro, en tres millones. El país vuelve a funcionar y calles y comercios bullen de actividad. España evitó el rescate de la Troika y el FMI. Ha saneado su banca con un préstamo europeo del que ya ha devuelto casi la mitad. Hoy duplica la tasa de crecimiento de Alemania y Francia. El sacrificio fue terrible, con una devaluación interna y mucho dolor económico. Pero los españoles dieron fe de un aguante extraordinario, una red de mutua ayuda familiar maravillosa, laboriosidad y un notable ingenio para reinventarse (atrás ha quedado el monocultivo del ladrillo). Entre todos -sociedad civil, empresas y el Gobierno de Rajoy- se logró algo extraordinario, una proeza de la que deberíamos sentirnos orgullosos. Por eso resulta lacerante, y muy estúpido, que ese mismo país esté barajando un Gobierno donde puede tener cabida el más nocivo y rancio comunismo, con su carga de analfabetismo numérico. Un caso único de masoquismo......Luis Ventoso

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