El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha
vuelto a buscarle las cosquillas al Gobierno de Mariano Rajoy con su
agenda internacional. Tan solo unos días después de que Madrid tuviera
que elevar una nueva protesta formal por la enésima andanada de insultos
del líder venezolano al jefe del Ejecutivo español, al que llamó esta
vez «bandido» y «protector de delincuentes y asesinos».
No le quedó otro remedio al Gobierno español que convocar al embajador de Venezuela en Madrid, Mario Isea, para transmitirle nuevamente —es la sexta vez desde 2014— su malestar ante el empecinamiento del mandatario bolivariano en cargar contra Rajoy aprovechando cualquier pretexto.
Pero a todo esto no parece darle importancia el predecesor del pontevedrés en La Moncloa. Zapatero sigue adelante en su empeño de congraciarse con Maduro para lograr que acceda a una negociación verdadera con la oposición venezolana. Desde que comenzara su misión como mediador de la organización Unasur, Zapatero ha eludido pronunciarse sobre las diatribas del heredero de Chávez contra Rajoy. Todo lo contrario a lo que hizo en 2007 en la Cumbre Iberoamericana de Santago de Chile, en el famoso incidente del «por qué no te callas» que el Rey Juan Carlos le espetó a Chávez. En aquel entonces, Zapatero salió al paso de los ataques del mandatario bolivariano a José María Aznar.
Exteriores no se ha pronunciado sobre la oportunidad del encuentro de Zapatero con el jefe de un estado extranjero que arremete una y otra vez contra el del Ejecutivo español, pero no es esta la primera ocasión en la que la actividad exterior del que fuera secretario general del PSOE levanta suspicacias. En marzo de 2015 viajó al Sáhara Occidental para participar en un foro con el que Rabat pretendía legitimar sus pretensiones sobre la excolonia española, que Madrid prohíbe a sus diplomáticos visitar para no avalar las aspiraciones de soberanía marroquí, y ya antes el ministerio dirigido entonces por José Manuel García-Margallo había criticado que Zapatero va por libre y no sigue la línea oficial española. Con respecto a su actuación en Venezuela, no obstante, la postura, al menos públicamente, es la de que el Gobierno apoya los esfuerzos internacionales, en los que Zapatero participa, por alcanzar la reconciliación en el país y la liberación de los opositores encarcelados.
http://www.abc.es/
MRF
No le quedó otro remedio al Gobierno español que convocar al embajador de Venezuela en Madrid, Mario Isea, para transmitirle nuevamente —es la sexta vez desde 2014— su malestar ante el empecinamiento del mandatario bolivariano en cargar contra Rajoy aprovechando cualquier pretexto.
Pero a todo esto no parece darle importancia el predecesor del pontevedrés en La Moncloa. Zapatero sigue adelante en su empeño de congraciarse con Maduro para lograr que acceda a una negociación verdadera con la oposición venezolana. Desde que comenzara su misión como mediador de la organización Unasur, Zapatero ha eludido pronunciarse sobre las diatribas del heredero de Chávez contra Rajoy. Todo lo contrario a lo que hizo en 2007 en la Cumbre Iberoamericana de Santago de Chile, en el famoso incidente del «por qué no te callas» que el Rey Juan Carlos le espetó a Chávez. En aquel entonces, Zapatero salió al paso de los ataques del mandatario bolivariano a José María Aznar.
Antecedentes
La última entrevista de Zapatero con Maduro busca reactivar un proceso de negociación, el que mantienen gobierno y oposición, encallado desde el pasado mes de diciembre. Desde el antichavismo se han elevado voces que acusan al expresidente del Gobierno español de parcialidad y de estar con su actitud ayudando a Maduro a aferrarse al poder.Exteriores no se ha pronunciado sobre la oportunidad del encuentro de Zapatero con el jefe de un estado extranjero que arremete una y otra vez contra el del Ejecutivo español, pero no es esta la primera ocasión en la que la actividad exterior del que fuera secretario general del PSOE levanta suspicacias. En marzo de 2015 viajó al Sáhara Occidental para participar en un foro con el que Rabat pretendía legitimar sus pretensiones sobre la excolonia española, que Madrid prohíbe a sus diplomáticos visitar para no avalar las aspiraciones de soberanía marroquí, y ya antes el ministerio dirigido entonces por José Manuel García-Margallo había criticado que Zapatero va por libre y no sigue la línea oficial española. Con respecto a su actuación en Venezuela, no obstante, la postura, al menos públicamente, es la de que el Gobierno apoya los esfuerzos internacionales, en los que Zapatero participa, por alcanzar la reconciliación en el país y la liberación de los opositores encarcelados.
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