Interior ya lo ha puesto en marcha en fase de pruebas. Los agentes que lo han probado están maravillados con sus mejoras para la lucha contra el crimen, el terrorismo y la corrupción.
El
año 2017 ha traído a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado un
nuevo sistema de escuchas telefónicas que tiene a los policías que ya lo
han probado maravillados con sus posibilidades en la lucha contra el
crimen, el terrorismo y la corrupción.
Se trata, según ha sabido ESdiario de
fuentes policiales, del Verint 12. De momento está en fase de pruebas
con suma discreción, pero que en cuestión de meses vendrá a sustituir al
actual, que data de los tiempos de José María Aznar -2001- y fue reformado con Alfredo Pérez Rubalcaba allá por el año 2010.
¿Qué cambia? El nuevo Sitel
(Sistema de Interceptación Telefónica) introduce mejoras operativas para
la labor de investigación de los agentes, nuevas herramientas e
información en tiempo real sobre los sujetos vigilados. Por ejemplo, los
movimientos geográficos de estos.
La Dirección General de la
Policía está aprovechando estas semanas para impartir cursos de
formación a los agentes de sus brigadas de Información, que son los
primeros que deben familiarizarse con el Verint 12. Y con muy buenos
resultados. También la Guardia Civil lo utilizará.
El nuevo sistema ayudará en las
investigaciones de ámbitos tan variados como el terrorismo internacional
-desgraciadamente tan de actualidad-, la corrupción política, el
narcotráfico o la trata de personas.
Siempre entre los límites del
artículo 588 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, según el cual las
escuchas ha de autorizarlas previamente un juez, y cuando hay razones lo
suficientemente motivadas. Aunque en casos excepcionales, casi siempre
ligados al terrorismo, puede hacerlo el ministro del Interior y después
dar cuenta al juez.
Sitel, ¿un gran hermano?
Por su carácter reservado, Sitel
siempre ha estado rodeado por un halo de misterio. E incluso por la
polémica política. En 2009, estando el PP en la oposición, Esteban González Pons denunció que el entonces ministro del Interior, Rubalcaba, estaba haciendo un mal uso del sistema, al que bautizó como "gran hermano".
El ahora portavoz popular en el
Parlamento europeo llegó incluso a pedir una ley orgánica que regulara
su uso y el derecho a la vida privada ante determinados avances de las
nuevas tecnologías. Sin embargo, aquello cayó en el saco roto del
Ejecutivo socialista y una vez que Mariano Rajoy llegó a La Moncloa tampoco lo removió.
http://www.esdiario.com/
MRF
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