Debe ser que la gomina que se aplica a diario en su cuero cabelludo tiene efectos secundarios. De lo contrario, no se entiende que el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, lleve sumadas dos mamarrachadas en menos que canta un gallo.
Si el 25 de enero de 2017 soltaba el disparate de que quiere en la ciudad una Academia Militar desmilitarizada, ahora ha ido más allá exigiendo la legalización del cannabis bajo el argumento de que sería un excelente negocio fiscal.
Por lo pronto, el regidor podemita ha convocado a una mesa de trabajo a técnicos municipales, expertos, médicos, pacientes y partidos políticos para regularizar los clubes cannábicos que existen en la capital maña de manera que se pueda fumar legalmente esta droga.
Y como no tiene reparo en sacar su lengua a paseo, esto es lo que decía el 27 de enero de 2017 en un acto con la prensa:
Hace 30 años se hablaba a fondo de este y otros temas, pero ha desparecido ese debate porque no interesa tener a la ciudad bien informada y animo a que lo calentéis los medios de comunicación. Santisteve añadía que:
Hay países que se han dado cuenta de que la autorregulación del cannabis puede ser un negocio desde el punto de vista fiscal. Desde luego, puede ser mejor que la economía sumergida y que las bandas organizadas se aprovechen de eso. Además hay cada vez más asociaciones corresponsabilizadas en evitar que el uso del cannabis pueda implicar a menores o personas con problemas mentales.
Y pedía que no se criminalizase a los consumidores:
Hay que evitar la criminalización de un sector joven que con su conducta bien informada no hace daño a nadie. En este país hace 20 o 30 años se hablaba del tema, pero parece que ese debate ha desaparecido. E insistía en que no se puede seguir instalado en la disyuntiva de si legalizar o no el consumo de cannabis:
Igual hay otros criterios que se pueden plantear en términos de autorregulación sin tener que plantear cuestiones de regulación porque hay mucho en juego. Por supuesto, la oposición, básicamente el PP, ya ha dejado claro que las palabras del alcalde de Zaragoza están avergonzando a los ciudadanos y dejando en ridículo a la ciudad a los ojos del resto de España.
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MRF
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