Estamos
asistiendo en los últimos tiempos a una cierta epidemia de violencia
familiar que nos pone sobre el tapete la pregunta de qué está ocurriendo
en la sociedad actual. Ésta es una sociedad con grandes progresos
técnicos y científicos y con avances, por ejemplo en medicina,
extraordinarios. Al mismo tiempo es una sociedad psicológicamente
desorientada, enferma, muy perdida en lo fundamental. Muchos de los
modelos de identidad que aparecen en los grandes medios de comunicación
están rotos, son incoherentes, exceptuando los futbolistas que llenan
casi todas las páginas y pantallas de medio mundo. Un psiquiatra es un
perforador de superficies humanas. Se sumerge en la ciudadela interior y
rastrea el porqué de muchas cosas. El gran escándalo de este principio
de siglo XXI es la perfección de los medios y la confusión de los fines.
Una sociedad que necesita tratamiento psicológico, pero que es muy
difícil ponérselo. Influir en la sociedad no es fácil, por la enorme
dispersión de medios de comunicación que existen. Decían los
antipsiquiatras de la segunda mitad del siglo pasado que para cambiar
algo en la sociedad, hay que escandalizar. Para evitar esta ola de
violencia y suicidios, sugiero dos grandes asuntos. Primero, luchar por
tener una personalidad bien estructurada, en donde los distintos
ingredientes se conjuguen de forma armónica. Segundo, tener un proyecto
de vida.Enrique Rojas
MRF
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