No Al Olvido

sábado, 7 de enero de 2017

EEUU.Los medios de EEUU y Europa ocultan la noticia: El autor del tiroteo en Florida es un converso al islam vinculado al Estado islámico


“El progresismo es un juego a la carta más alta, pero no es siempre fácil saber cuál manda en cada ocasión. Si los inuit canadienses cazan orcas con fusiles, ¿qué puede más, el sacrosanto derecho a la propia cultura indígena o el venerable respeto a la biodiversidad? Si un rapero negro suelta barbaridades sobre los gays, ¿qué prevalece, la expresión genuina y transgresora de una minoría racial oprimida o la exaltada causa LGTB? Es importante mantener un ojo en el marcador, porque un fallo puede resultar fatal para el aspirante a vocero progre, y el valor nominal de las cartas cambia con frecuencia según los intereses de nuestros mandarines”, escribía no hace mucho el solvente periodista Carlos Esteban.

Viene esta reflexión a cuento del tiroteo ocurrido ayer en el aeropuerto de Fort Lauderdale (Florida) y que acabó con la vida de cinco personas. El exmilitar Esteban Santiago Ruiz, un joven de 26 años nacido en Nueva Jersey aunque de origen puertorriqueño, es el hombre señalado por el senador por Florida Bill Nelson como el presunto autor del ataque.
Algunos medios han apuntado que el presunto atacante fue miembro de la Guardia Nacional y estuvo destacado un año en Irak. Algo que, horas más tarde y después de contrastar si la documentación pertenecía a otra persona, ha confirmado el FBI en una rueda de prensa.
El hermano del sospechoso, Bryan Santiago, declaró a NBC News que el presunto atacante creció en Puerto Rico, en donde sirvió en la Guardia Nacional, luego fue destacado en Irak y posteriormente se mudó a Alaska, donde trabajó como guardia de seguridad.
«Era una persona normal, espiritual, una buena persona», ha manifestado el hermano, quien reveló que Esteban Santiago sufría desordenes postraumáticos tras su experiencia en Irak.
El canal CBS ha señalado que en 2011 y 2012 Santiago fue investigado por pornografía infantil, aunque no hubo evidencia suficiente para acusarlo, y que en noviembre de 2016 entró en una oficina del FBI en Anchorage (Alaska) y dijo que estaba siendo obligado a enrolarse en las filas del Estado Islámico (EI).
Lo que los medios no cuentan, lo que la ‘Administración Obama’ no dice, es que el autor de los disparos se convirtió al islam hace aproximadamente un año y que recientemente juró lealtad al Estado Islámico. Incluso ha aparecido una fotografía suya, en la que aparece con pañuelo palestino, barba a la usanza yihadistay el dedo índice levantado. La foto no ha sido publicada por ninguno de los principales medios de aquel país. Fuentes cercanas a Donmald Trump aseguran que la policía estadounidense encontró varios vídeos del ISIS en su móvil.
Este juego masoquista lo hace posible la connivencia de nuestros líderes, que están demostrando ser nuestros peores enemigos, y unos medios convencionales al servicio de similar ideología. Es decir, que tras un más que presunto ataque terrorista contra víctimas elegidas de forma aleatoria, lo fundamental es el curriculum profesional del autor de los disparos, mientras que su más que presunta vinculación al islamismo yihadista se convierte en una cuestión accesoria que ni siquiera se menciona.
En Europa, y por lo que vemos también en Estados Unidos, la policía tiene instrucciones de callar, ocultar, minimizar los delitos cometidos por los islamistas. Proteger a sus compatriotas ha pasado a ser una preocupación menor para los gobiernos globalistas a uno y otro lado del Atlántico.
Nuestros líderes no van a reconocer en ningún momento que su política ha sido desastrosa y que la multiculturalidad, lejos de fortalecer y enriquecer a las sociedades que la padecen, son una fuente histórica de fragmentación social y conflicto, con lo que es inevitable que la escalada de atentados siga creciendo y que las autoridades y los medios afines sigan ocultándolos, cada vez con mayor eficacia.
Ayer noche, algunos medios norteamericanos se atrevieron a apuntar la naturaleza islámica del crimen en el aeropuerto de Florida. Hoy la noticia ha desaparecido como por arte de magia. Se ha optado por priorizar el origen “hispano” del asesino y su antigua vinculación con el Ejército, y también por retratarlo como un “trastornado” . Uno más.
Hay que ocultar la verdad a cualquier precio. Al menos hasta el día 20 de enero, fecha que puede y debe marcar el inicio del verdadero cambio que Estados Unidos necesita.
 http://www.alertadigital.com/ 
MRF

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