A las siete de la mañana, los agentes municipales que desde hace días tenían montando un dispositivo de vigilancia, vieron como empezaba a arder el Pajariel, más o menos frente al Auditorio Municial. A la vez, una llamada vecinal les alertaba también de que alguien subido en una bicicleta había salido de la zona. Se amplía el dispositivo y van comprobando que la persona de la bicicleta, por donde pasa, van apareciendo nuevos focos de fuego. Hasta un total de seis. Recorre la zona de La Cemba alta, pasa por la residencia de ancianos, el pabellón de Flores del Sil, La Placa, la terminal de Camiones y lo detienen en la glorieta del Cylog.
Fue puesto a disposición del juzgado de guardia, y según pudo saber este periódico, hay pruebas importantes y con un expediente policial suficientemente bien armado como para imputarle claramente un delito contra el medio ambiente por incendio forestal. Hoy se conocerá su futuro judicial.
Entre tanto, la Junta decía a última hora de ayer que la calidad del aire del Bierzo «va mejorando y mañana (por hoy martes) se espera que la situación sea prácticamente normal.
La intensa humereda impidió que buena parte del operativo aéreo no pudiera ser utilizado. De hecho, algunos helicópteros usaron la base de Cueto para parar, y desde aquí tampoco pudieron salir a la hora que quisieron.
Por su parte, el Ayuntamiento de Ponferrada recomendó a la población no hacer actividad física en colegios, clubes deportivos y escuelas municipales por culpa del humo. El Consejo Comarcal recomendó «precaución» y «mantener las ventanas cerradas para evitar la entrada de humo en las viviendas». Pidieron quedar en casa a bebés, ancianos y enfermos.
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El incendio forestal de Silván, con una estela negra de 10 kilómetros, calcina la vieja escuela y destroza casas y pajares Ponferrada, el Bierzo y el resto de la provincia amanecen y oscurecen sin ver el sol por la gran y tupida nube de ceniza.
En el Bierzo no amaneció ayer. Tampoco en buena parte del resto de la provincia. No hubo día. El sol no pudo con la gran boina de humo grisáceo y con sabor a rastrojos de eucaliptos, encinos, robles y matorrales, que apretujaba contra el suelo las cenizas de multitud de incendios forestales, que carcomen Galicia y las cuatro esquinas de la comarca.
Nunca se vio nada igual durante tanto tiempo. A las nueve de la mañana, a las tres de la tarde y a las seis, parecían todas la misma hora: la del oscurecer Ponferrada fue una ciudad, por momentos fantasma, cubierta por una neblina fina de humo que picaba en los ojos y rascaba en la garganta. Sus coches, sucios como en los históricos peores tiempos de la desaparecida montaña de carbón.
A primera hora, saltaban las alarmas y comenzaba a arder en la falda del monte Pajariel, sofocado a los mocos minutos, pero seguido de un reguero de focos a los que, presuntamente, prendió por Flores del Sil, La Placa y hasta cerca de la terminal de camiones un pirómano subido en una bicicleta y al que le dio el alto la Policía Local.
En Portela (Sobrado), también ardía a esas horas. Lo mismo que en Fuente de Oliva (Balboa), montes de Páramo y Matalavilla (Palacios del Sil), donde ya cumple días. Pero lo peor estaba en el pueblo de Silván (Benuza).
En Silván pasaron toda la noche en vela. Ardió la vieja escuela. El virulento incendio, con vientos muy cambiantes, arrasó casas viejas y numerosos pajares. Un desastre negro. Rafael Valle, jubilado de la industria por tierras catalanas y madrileñas, ahora vocal de la Junta Vecinal de Silván, era explícito: «Pasamos miedo. En la vida vi nada igual, aguantamos toda la noche y así evitamos una catástrofe».
El que vio el fuego más cerca de su casa fue Sebastián Gómez: «Esto es una barbaridad y una vergüenza», resume. Otro vecino se vio obligado a desalojar sus más de 50 cabras. Corzos, ciervos y jabalíes salieron despavoridos del monte.
Víctor San Miguel vive en Ponferrada, pero cogió el coche para ver a sus suegros en Silván: «El domingo colgué foto en Facebook de lo bonito que estaba el pueblo; hoy es una ruina negra», lamentaba. El alcalde, Agapito Encina, decía que fue provocado, en el vial hacia La Baña.
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El pasado fue un fin de semana movido para los agentes de la Policía Municipal de Ponferrada que, entre otras cosas, denunciaron a dos personas por desacato o falta de respeto a los agentes en el ejercicio de sus funciones. Además, tramitaron tres juicios rápidos contra el mismo número de conductores que circulaban con sus vehículos en estado de embriaguez, denunciaron a un establecimiento hostelero por permitir fumar a sus clientes y hubo una denuncia por consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública.
A todo ello se suma una segunda denuncia contra un local por no respetar el horario de cierre establecido en la licencia y la intervención en cinco accidentes de tráfico registrados en el municipio, de los que únicamente uno provocó heridos.
Los tres conductores enjuiciados por conducir bajo los efectos del alcohol fueron pillados en un dispositivo de control en el que se hicieron las perceptivas pruebas a 16 conductores.
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MRF

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