La izquierda
pretendía dar un “golpe de Estado” aprovechando la marcha del alcalde
popular por enfermedad. Y se las prometía muy felices hasta que llegó el
partido naranja.
Tormenta
política en el Ayuntamiento de Albacete. Todo tras el intento de la
izquierda de sacar rédito político de una delicada circunstancia
personal que afecta al hasta ahora alcalde de la localidad, el popular Javier Cuenca. Cuenca anunció el pasado 24 de junio su decisión de abandonar el cargo por motivos de salud. Y apuntó a su teniente alcalde, Manuel Serrano, como su posible sustituto al frente de la corporación.
Aprovechando la situación de inestabilidad, el PSOE decidió urdir una trampa junto a Ganemos, la marca de Podemos, para desalojar al PP del máximo sillón municipal, para lo que los socialistas precisaban la necesaria complicidad de Ciudadanos.
Sin embargo, la formación naranja se ha negado a participar en el cambalache y ha dejado al portavoz socialista, Modesto Belinchón, con la miel en los labios de asaltar un cargo que no pudo lograr en las urnas.
De esta forma, los tres concejales del partido de Albert Rivera en Albacete garantizan que el PP siga ostentando la alcaldía. La aritmética del Pleno es la siguiente: el PP tiene 10 ediles; el PSOE 8, Ganemos 5, C's 3, y un edil que milita en el grupo de los no adscritos.
El socialista Belinchón ha criticado que con su negativa a apoyar y sumar el proyecto presentado por el PSOE y Ganemos, Ciudadanos
apoye "a quienes llevan dos años de incumplimientos reiterados, con
toda la oposición, pero incluso de los acuerdos de legislatura a los que
se comprometieron con Ciudadanos, cuando facilitaron por primera vez que el PP accediera a la Alcaldía".
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MRF
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