Adolfo Canedo explicó que si ahora mismo existe esa sentencia firme es porque desde el Ayuntamiento cambiaron de abogado y el letrado que se encargó del recurso ante el TSJ no aportó los argumentos claros que sí figuraban en la sentencia de primera instancia con la que el Ayuntamiento sí ganó la causa. Esto es, poco menos que no se preocuparon en copiar el argumentario y dejaron que los magistrados del TSJ actuaran en base a documentación que influía claramente en la sentencia final.
Así, un dato clave es que el TSJ valoró la ampliación del cementerio como si fuera «municipal», en lugar de hacerlo como si fuera «local». Esto es importante porque la ley indica que si es municipal debe guardar una distancia mínima de 100 metros, y si es local de 15 metros. En el caso de Cacabelos es un cementerio local, y todo venía avalado con informes técnicos, incluso de Patrimonio y del Procurador del Común. Por eso, según explica el ex alcalde popular Adolfo Canedo, los actuales gobernantes del tripartito «han dejado pudrir el tema para intentar darme una bofetada con el caso del cementerio, y el verdadero perjudicado aquí es el pueblo, por su culpa, por dejación».
Canedo niega que fuera arbitrario el pago de la finca expropiada a un particular y dijo que todo venia determinado por lo que marcaba la Comisión territorial de Valoración. También pregunta al alcalde socialista porqué comunica ahora una sentencia del TSJ de 2016, intentando hacer ver que influirá en las modificaciones del presupuesto. Adolfo Canedo recuerda que todas las sentencias contra él han sido archivadas y cuando se conozcan las pendientes arbitrará una demanda conjunta por responsabilidad contra sus demandantes. Puso como ejemplo, la acusación relacionada con movimientos de cuenta tras dejar la alcaldía, que fue archivada y que estima que fue una de tantas injurias contra él.
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El área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Ponferrada que dirige Pedro Muñoz ha puesto en marcha la campaña ‘Centímetro a centímetro’, considerado como un programa pionero de acompañamiento al desarrollo del niño durante el primer ciclo de educación infantil. «El objetivo de este programa es mejorar la calidad del servicio prestado en las escuelas infantiles, complementando a otros programas como el proyecto Tejiendo Redes, dirigido a educar en igualdad que se está desarrollando en las Escuelas y al Grupo de Crecer Felices que se desarrollará con el nuevo curso», indicaron. Comenzará en el curso 2017/18 a desarrollar este programa con el objetivo de ofrecer conocimiento a las familias sobre los cambios más importantes que sus hijos experimentaran en este primer periodo de escolarización.
Según explicaron ayer sus mentores, el programa ‘Centímetro a centímetro’ será desarrollado por la asociación Media2, de mediación y orientación familiar y consistirá en «sesiones formativas sobre temáticas relacionadas con aspectos sensibles de la educación del niño, tales como el periodo de adaptación, la socialización del menor, el aprendizaje para que coma solo, la retirada del pañal, afrontar las ‘pataletas’ y los celos entre hermanos», entre otros
Además, se contempla la puesta en servicio de un punto permanente de información pedagógica, para informar a los padres de cualquier aspecto sobre la educación de sus hijos desde el punto de vista familiar y adaptado al desarrollo evolutivo del niño. Este punto de información permanente estará atendido por la psicopedagoga y orientadora familiar Mónica Fernández. Según el concejal de Bienestar Social, Pedro Muñoz, el programa de acompañamiento al desarrollo del niño, unido a otras iniciativas, como la formación en inglés, los huertos ecológicos, la mencionada formación en igualdad, el programa lactabebé, de próxima implantación, va a determinar que las escuelas infantiles de Ponferrada se sitúen entre las mejores del país, tal y como ya están reconociendo los padres de, que en el pasado curso otorgaron una valoración media de 9,71 puntos sobre 10 en la escuela Mago Chalupa y 9,51 en la escuela Camino de Santiago.
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La despoblación rural, la secularización urbana, la falta de vocaciones y el envejecimiento de los sacerdotes que prestan sus oficios religiosos en el Arciprestazgo de Ponferrada y en el resto de pueblos de la Diócesis de Astorga llevó ayer al obispo, monseñor Juan Antonio Menéndez Fernández, a anunciar la creación de «unidades pastorales» para agrupar a las parroquias. Menéndez Fernández, que ha saludado personalmente a más de seis mil fieles durante la visita pastoral que desde marzo ha venido realizando al Arciprestazgo —en los municipios de Ponferrada, Priaranza del Bierzo, Carucedo y Borrenes— reconoció que «es necesario organizar de otra manera la atención pastoral en el medio rural» porque «la mayoría de las parroquias de la ciudad (y del entorno rural) está envejecidas y se necesita un revulsivo».
Y ese revulsivo, con el que se pretende atraer a los jóvenes a la religión católica, pasa por mejorar la coordinación pastoral, encargar a Cáritas un estudio sobre la realidad social de la comarca del Bierzo, perjudicada por la crisis de la mineria, y crear las llamadas unidades pastorales. «Es necesario agrupar las parroquias rurales para que, a pesar de la despoblación, se mantenga el testimonio cristiano», aseguró ayer el obispo en una nota y en una rueda de prensa convocada en la parroquia de La Encina antes de oficiar la Eucaristía en la Basílica con la que concluyó su visita pastoral.
Monseñor Menéndez también anunció que a partir de ahora, dedicará un día a la semana para desplazarse desde Astorga a Ponferrada, donde recibirá visitas y alentará la vida pastoral de las parroquias del Arciprestazgo.
Menéndez ofreció datos que demuestran la preocupación del Obispado por el envejecimiento de sus sacerdotes. En el Arciprestazgo del Boeza sólo hay 25 párrocos cuando debería contar con el doble. Y los que hay, tienen una edad media de casi 70 años. En la actualidad, sólo hay un párraco de 34 años y otro de 50, como los más jóvenes, a la espera de que el próximo domingo y después de que en los últimos años sólo se haya ordenado uno, dos nuevos sacerdotes adopten los hábitos, uno de Lillo del Bierzo, con 25 años, y otro de 34 años procedente de Colombia.
La despoblacón galopante afecta además al mantenimiento de las iglesias. Tres en el arciprestazgo se encuentran en serio riesgo de desplome; la de San Esteban de Valdueza, la de Orellán, y la capilla de Lombillo de los Barrios. En 28 parroquias de la diócesis «no hay nadie» y en otras doscientas la población es de 7.000 habitantes.
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MRF
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