El
espectáculo promete quedar en una patética orgía onanista. No hay manera
con el líder de Podemos, presto a disparar la temperatura política.
Ahora maniobra contra el PSOE.
Cada vez que trata de jugar la premier league sale lleno de moratones, hasta arriba de collejas. Pablo Iglesias
es un líder claramente rebasado en sus capacidades. Su moción-fogueo
tiene, desde luego, su aquel y pasará a los anales políticos como uno de
los episodios más chuscos. Órdago a la grande con cartas de envite a
chica.
Algo de revuelo interno hubo en Podemos ante una iniciativa de tal magnitud adoptada apenas 24 horas antes en una charla informal entre Iglesias
y su camarilla al término de la presentación de su alternativa
presupuestaria. En una esquina de una sala del Congreso se conjuró el
jefe de filas con Irene Montero, Nacho Álvarez, Alberto Garzón, Yolanda Díaz o Ione Belarra. La vaselina que aplica el entorno anima a Pablo Iglesias a restañar una herida cuya dimensión le niega reposo.
Es la herida de haberse estrellado en las elecciones generales de hace casi un año en la búsqueda de dar el sorpasso al PSOE pese a recurrir a la alianza con Izquierda Unida. Esa circunstancia cercenó la ambición de Iglesias de
emerger como la figura de referencia de la izquierda. Y ese deseo
resulta de tal magnitud que ha mejorado la ventilación del Gobierno, ha
devuelto la sonrisa al PP, pero ha irrumpido con una
patada en la puerta de cada del Pueblo. El objetivo es desgastar a los
socialistas, endosarles la responsabilidad de no participar en la caída
de Mariano Rajoy.
Hernando se cruzó con Garzón: “¿Qué tal, Alberto? ¿Ya tenéis organizado el Gobierno?” y contestó el de IU: “Nos falta el PSOE, pero lo tenéis vosotros”
Así lo constató el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando,
mientras esperaba su turno ante la sala de prensa del Congreso para dar
la réplica a la arrogante puesta en escena del plan de Pablo Iglesias. Pues bien, el corrosivo Hernando se cruzó entonces con Garzón y trató de calentarlo dejando caer una de sus pullitas: “¿Qué tal, Alberto? ¿Ya tenéis organizado el Gobierno?” Entonces, se desahogó el joven dirigente de la extinta IU: “Nos falta el PSOE, pero lo tenéis vosotros”.
Que tome nota quien deba. Para Iglesias
lo importante no es construir una alternativa sino hurgar en la
debilidad de un partido centenario volcado en un delicado proceso de
primarias. Véase como la maniobra levantó de sus asientos a los
candidatos, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López. En Podemos
están determinados a llevar la moción de censura al Pleno. Será la
tercera de la Democracia. Las dos anteriores ya fracasaron, pero con
resultados distintos.
Felipe González no tumbó a Adolfo Suárez, aunque emergió como líder. Antonio Hernández Mancha firmó su sentencia de muerte política ante González. Evidentemente, Pablo Iglesias aspiraría a visibilizarse como jefe de la Oposición. Una pregunta flota en el ambiente: ¿Entrará en su juego Rajoy? El grifo lo controla el presidente del Gobierno: “A Iglesias, ni agua”, repiten en La Moncloa. La tribuna de oradores será pues ocupada por su portavoz Hernando para que se entregue a la lucha cuerpo a cuerpo.
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MRF
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