El grupo terrorista Daesh ha reivindicado la autoría del atentado que dejó 22 muertos, entre ellos varios niños, y 59 heridos durante un concierto de la cantante Ariana Grande en Mánchester este lunes por la noche. El grupo terrorista ha afirmado a través de un comunicado, cuya autoría no ha podido ser todavía comprobada, que un «soldado del califato» colocó «varios paquetes bomba» en varias concentraciones de «cruzados» en la ciudad británica.
«Con la gracia y el apoyo de Alá, un soldado del califato logró colocar varios artefactos en medio de una reunión de cruzados en la ciudad británica de Manchester, en venganza por la religión de Alá, en un intento por aterrorizar a los mushrikin (incrédulos) y en respuesta a sus transgresiones contra las tierras de los musulmanes», ha asegurado el grupo terrorista, en un mensaje publicado en Amaq y difundido por el grupo de Inteligencia SITE. El grupo que lidera Abú Bakr al Baghdadi afirma que habrá más ataques contra «los seguidores de la cruz y sus aliados», «con el permiso de Alá».
Todo comenzó a las 22.35 de la noche (una hora más en España) del lunes, cuando una bomba explotó en el recinto donde se celebraba el concierto de Grandes, una artista muy querida por el público joven. Lo cierto es que el ataque destaca por su crueldad extrema, dado que hasta la concentración pop se habían acercado, sobre todo, niños y adolescentes. Precisamente, la persona más joven asesinada es una menor de ocho años, Saffie-Rose Roussos. La otra víctima ya identificada es Giorgia Callander, de 18 años, vecina de Whittle-le-Woods, en Lancashire.
El atacante, un hombre que ya ha sido identificado pero cuyos datos no se han hecho públicos, es un suicida que murió cuando se hizo explotar. Un hecho que tuvo lugar a la salida del pabellón Mánchester Arena. Las pesquisas de la policía, que investiga la tragedia como «incidente terrorista», se centran en aclarar si actuó solo o si lo hizo como miembro de una célula radical. Los agentes han explicado que el terrorista empleó «un artefacto casero» para cometer la matanza. Algunos testigos hablan de que el suelo del lugar de la detonación había tuercas, tornillos y clavos, con los que habría cebado la bomba para hacer el máximo daño. Por el momento, solo un hombre de 23 años ha sido detenido en relación con el ataque. Además, otro varón también ha sido arrestado en el centro comercial Arndale de Mánchester, aunque, por ahora, no está vinculado con el incidente.
Para Reino Unido, el atentado contra el pabellón Mánchester Arena es el más terrible desde los ataques islamistas de Londres en 2005. Fue entonces cuando las autoridades británicas adoptaron medidas para evitar la venta de material susceptible de servir para la fabricación de artefactos explosivos. Pero esta vez no han evitado el ataque. En algunas web incluso circulan manuales de cómo hacer bombas caseras.
Tras el ataque suicida en el Arena, la policía de Mánchester llevó a cabo una detonación controlada de un objeto en el jardín de la catedral, a la 1.32 horas de la madrugada. Hoy se ha reforzado el dispositivo policial en toda la ciudad.
El atacante, un hombre que ya ha sido identificado pero cuyos datos no se han hecho públicos, es un suicida que murió cuando se hizo explotar. Un hecho que tuvo lugar a la salida del pabellón Mánchester Arena. Las pesquisas de la policía, que investiga la tragedia como «incidente terrorista», se centran en aclarar si actuó solo o si lo hizo como miembro de una célula radical. Los agentes han explicado que el terrorista empleó «un artefacto casero» para cometer la matanza. Algunos testigos hablan de que el suelo del lugar de la detonación había tuercas, tornillos y clavos, con los que habría cebado la bomba para hacer el máximo daño. Por el momento, solo un hombre de 23 años ha sido detenido en relación con el ataque. Además, otro varón también ha sido arrestado en el centro comercial Arndale de Mánchester, aunque, por ahora, no está vinculado con el incidente.
Para Reino Unido, el atentado contra el pabellón Mánchester Arena es el más terrible desde los ataques islamistas de Londres en 2005. Fue entonces cuando las autoridades británicas adoptaron medidas para evitar la venta de material susceptible de servir para la fabricación de artefactos explosivos. Pero esta vez no han evitado el ataque. En algunas web incluso circulan manuales de cómo hacer bombas caseras.
Tras el ataque suicida en el Arena, la policía de Mánchester llevó a cabo una detonación controlada de un objeto en el jardín de la catedral, a la 1.32 horas de la madrugada. Hoy se ha reforzado el dispositivo policial en toda la ciudad.
Las reacciones no se han hecho esperar. La campaña electoral ha quedado suspendida y a las 9 de la mañana hora local la primera ministra Theresa May ha reunido al gabinete COBRA que afronta los casos de emergencia. Mánchester, con un área metropolitana de 2,2 millones de habitantes, es la mayor ciudad del Noroeste de Inglaterra. Por su parte, su alcalde, el laborista Andy Burnham, ha hecho una declaración frente al ayuntamiento esta mañana: «No ganarán, permaneceremos fuertes. Tristes, heridos, pero somos más fuertes». Burham elogió la buena pasta de la gente de Manchester «que tras el ataque abrió sus casas a extraños, ese es el espíritu que prevalecerá, permaneceremos unidos».
[Sigue en directo la última hora sobre el atentado en Mánchester]
Pánico en el pabellón
La bomba estalló en el vestíbulo del auditorio de conciertos, el más grande de Mánchester de su tipo, con aforo para 21.000 personas. Ese hall está cercano a las taquillas y sirve de acceso a la cercana estación ferroviaria Victoria. Las personas que hacían cola para volver a su casa en el transporte público se vieron alcanzadas por una terrible explosión.«Todo el edificio tembló y había cuerpos y sangre por todas partes», cuentan los testigos. «La gente intentaba ponerse de pie como podía escapar». «Se veía a personas caminando heridas de metralla». «Algunos grupos buscaban a sus amigos o familiares». Son algunas de las frases que resumen el horror de la escena. La explosión dejó primero una llamarada y luego llenó de humo la zona. De inmediato pasó a percibirse la enorme devastación. «Me volvía loca. Todo el mundo empezó a gritar. No vimos la explosión, pero sentimos el olor a quemado», explicó una madre que había acudido al concierto con su marido y sus tres hijos.
Tras la deflagración se produjeron de inmediato 240 llamadas a los servicios de emergencia y pronto llegaron al estadio 60 ambulancias y 400 policías.
Particulares y hoteles ofrecieron en Mánchester, a través de internet, habitaciones a los asistentes al concierto de Ariana Grande. En Twitter, la etiqueta «RoomForManchester» («Habitación para Maánchester») se ha convertido en uno de los temas más comentados en la popular red social, en la que miles de usuarios han publicado sus anuncios de ayuda. Además, muchos taxistas de la ciudad se han acercado a los aledaños del recinto para ofrecer viajes gratis a los asistentes.
La policía de Manchester ha habilitado un teléfono de información: 0161 856 9400. En twitter la etiqueta #MissingManchester sirve para ofrecer información sobre las víctimas.
Según las primeras informaciones, el consulado español no tiene constancia de víctimas españolas. También hay una etiqueta #RoomForManchester en la que se invita a los vecinos de la ciudad a acoger a las personas que lo necesiten en relación al atentado. La reacción de los ciudadanos de Manchester fue magnífica, con muchos abriendo las puertas de sus casas anoche a personas que salían conmocionadas del coliseo.
Desaparecidos
Ariana Grande, artista originaria de Boca de Ratón, en Florida, ha manifestado que está «rota»: «me siento tan apenada que no puedo hablar». En algunas imágenes puede verse deambulando a adolescentes ataviadas con orejas de conejo fosforescentes, lo que da idea del ambiente lúdico y un poco tierno que imperaba, ajeno al terror que aguardaba a la salida.La situación más angustiosa es ahora la de algunos padres, que buscan desesperadamente a sus hijos. Esta mañana en BBC radio, una madre, Charlotte Campbell, daba cuenta de sus dramáticos esfuerzos para intentar dar con su hija Olivia, de 15 años: «Ella estaba en el concierto y había visto ya a los teloneros cuando me dijo que lo estaba pasando de maravilla y me dio las gracias por haberla dejado ir. Estaba con su amigo Adam, que apareció a la media hora en un hospital, pero ella aún no ha aparecido. He telefoneado a todo el mundo: hospitales, policía, centros de niños… Su padre está allí buscándola y también algunos amigos. La gente tiene su foto. La llamo a su teléfono, pero está muerto».
Alarma antiterrorista
El atentado, que aunque no se ha dicho todavía será a buen seguro obra del fanatismo islamista, es el más brutal desde julio de 2005 en Londres, que costó 52 víctimas, con bombas yihadistas en un autobús de dos pisos y una línea de metro.El Reino Unido está en el segundo nivel máximo de alerta desde agosto de 2014. El país sufrió su anterior atentado el pasado 22 de marzo en Londres, cuando un ciudadano británico de credo yihadista arrolló en el Puente de Westminster con un coche a dos docenas de personas y más tarde apuñaló a un guardia de la verja del Parlamento provocándole la muerte. En total murieron seis personas, incluyendo el atacante.
La Policía británica y el servicio de información del MI5, considerados entre los mejores del mundo, han prevenido docenas de atentados. Tras el ataque se Londres de marzo se ha producido un goteo constante de redadas, algunas desarticulando a células con planes avanzados para atentar.
En las calles se ha mantenido siempre la normalidad. Se han reforzado mucho los controles policiales, en especial en metros, estaciones de trenes, puertos de ferrys, y aeropuertos, pero sin atosigar al público. Las autoridades, incluido el ex primer ministro Cameron, han reconocido una y otra vez que Gran Bretaña podría sufrir en cualquier momento un ataque de las dimensiones que han padecido Francia, Bélgica y Alemania. El país es uno de los que cuenta con más cámaras de circuito cerrado de televisión en las calles.
Es inevitable no recordar que el atentado ocurre a las puertas de las elecciones. Lo previsible, dado la cultura política británica, es que no sea utilizado políticamente. En la campaña del referéndum sobre la UE, el pasado 23 de junio, un radical neonazi apuñaló hasta la muerte a la diputada laborista Jo Cox, una firme europeísta, pero nadie utilizó lo sucedido en la liza política.
Theresa May ha sido ministra del Interior durante casi siete años y ofrece mayor solvencia en temas de seguridad que Jeremy Corbyn, un pacifista de izquierdas que el pasado fin de semana se vio envuelto en una polémica cuando en una entrevista en la BBC rehúso varias veces a preguntas del presentador a condenar al IRA, la organización terrorista irlandesa que tanto dolor causó en Irlanda el Norte y la propia Inglaterra.
http://www.abc.es/
MRF
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