Vara había
conseguido hasta ahora que el caso pasara desapercibido en Madrid donde
la corrupción, ya se sabe, habita en la Calle Génova, sede del PP, y
nunca en Ferraz, casa del PSOE.
El 22 de mayo, un día después de que el PSOE
elija a su secretario general, comenzará en Mérida, sede de la
Audiencia de Extremadura, el juicio contra tres máximos directivos
históricos de la institución ferial de la región: José Viñuelas, José Villa y Juan Francisco Cerrato, presidente, director financiero y administrador de la FEVAL.
La petición del fiscal es de nada menos que 25 años y seis meses de cárcel para Viñuelas, de 9 años y 6 meses para Villa y de 15 años y 6 meses Cerrato.
El fiscal les acusa de falsificación reiterada de documentos públicos,
malversación de caudal y prevaricación. Fueron detenidos en 2013 después
de una investigación que demostraba la alteración ventajista de la
contabilidad en provecho propio, contrataciones altamente sospechosas y
asesoramientos ficticios.
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Los tres socialistas que se
sentarán en el banquillo se montaron un centro tecnológico más virtual
que real en el que, eso sí, se instalaron una lujosa piscina y desde
luego un jacuzzi para su relajación personal ya que el trabajo en la
Feria les acarreaba al parecer un maldito estrés que precisaba del tratamiento terapéutico y acuático correspondiente.
Este grave escándalo en Extremadura ha pasado desapercibido en Madrid donde la corrupción, ya se sabe, habita en la calle Génova, sede del PP, y nunca en Ferraz, casa del PSOE
Viñuelas, según consta en el sumario, era enormemente generoso en la organización de mariscadas opíparas en su pueblo, Don Benito, del que llegó a ser alcalde. El hombre en cuestión es un político que primero pasó por la extinta UCD, que se hizo luego independiente y que terminó ya para siempre en el Partido Socialista.
En sus tiempos de dirección de la
Feria, los ahora enjuiciados, no se sabe si a partes igual, en
comandita paritaria o por cuenta y riesgo de cada uno, adquirieron un
finca en el término municipal de Navalvillar de Pela, finca cercana al
pantano de Orellana y que rápidamente empezó a cambiar su agreste
aspecto gracias sobre todo el encomiable trabajo de los jardineros y
peones que pagaba la propia institución.
El juicio (se piden un total de 46 años para los tres encausados) empieza cuando ya se conozca quién va a gobernar el PSOE
nacional y es desde luego y presuntamente, el mayor escándalo -hay que
escribirlo así- de corrupción que se haya conocido nunca en Extremadura.
El partido en el poder, el PSOE, ha reaccionado en
este caso protagonizado por sus acólitos utilizando la manida “trama
político-mediática”, que es el farisaico argumento con que los partidos,
casi siempre, han tratado de disimular sus vergüenzas internas.
El PSOE en este
aspecto tampoco se ha modernizado: ha recurrido a las generales de la
“sinley” para no reconocer sus pecados. El presidente de la región, el forense Guillermo Fernández Vara
no se ha mostrado especialmente crítico con estos tres desahogados pero
ha conseguido que esa tramoya de corrupción partidaria no cruce el
Guadiana, de forma que el escándalo ha pasado desapercibido en Madrid
donde la corrupción, ya se sabe, habita en la Calle Génova, sede del PP, y nunca en Ferraz, casa del PSOE.
La estrategia de Pedro Sánchez
Ahora, Pedro Sánchez, uno de los dos candidatos (candidato también de Podemos y de Putin, ya lo verán) a la Secretaría General del partido, está fundamentado toda su campaña en que la única manera de destronar al PP
y destruir por tanto a una organización repleta de innumerables
miserias, es que los ciento y pico mil militantes socialistas le elijan a
él porque, en caso contrario, si es Susana la
escogida, ésta, presa de sus corrupciones domésticas, los ERE y los
Cursos de Formación, no tirará una sola piedra sobre el desaprensivo Rajoy.
Sánchez ha olvidado ya que, según repite sin éxito alguno, su antiguo hombre de confianza, Antonio Hernando
la acometida del candidato contra el presidente en el debate habido
antes de las elecciones de diciembre de 2015, no atrajo ni un solo voto
para el PSOE; “Es más –dice Hernando-
tenemos constatado que los seguimientos diarios de los últimos días de
aquella campaña, arrojaban un notable descenso en la intención de voto
para nuestro partido”.
En el PSOE todos disimulan la verdad o por mejor decir la falsean sin reparos por ejemplo cuando manifiestan que después del día 21 todos serán una piña en torno al nuevo líder
Pero a Sánchez, el aspirante, repito, de Podemos a la poltrona del PSOE este aviso le trae por una higa, de tal modo que en los próximos días sólo se va a ocupar de una tarea: convencer a Patxi López de que se una a sus filas y que aparque su candidatura de la que no va a obtener ni un solo rédito personal. Sánchez
ya le ha ofrecido tres o cuatro puestos en sus filas, pero el vasco
impertérrito, anuncia a sus propios que de la competición sólo se
apartara literalmente: “si me hospitalizan”.
Claro está que las palabras y las
promesas son una cosa y otra muy distinta los hechos o mejor dicho las
suspicacias porque: ¿qué opinan ustedes de que la mano derecha del vasco Patxi sea Oscar López, portavoz socialista en el Senado y amigo íntimo de Sánchez? En el PSOE
todos disimulan la verdad o por mejor decir la falsean sin reparos, por
ejemplo cuando manifiestan que después del día 21 todos serán una piña
en torno al nuevo secretario. De risa.
El más auténtico es López, que
se harta de advertir que “aquí todos mentimos incluso cuando vamos al
médico. Es decir que nadie debe dar por seguro que los avales de tercer
candidato se conviertan en votos para Susana Díaz el próximo día 21. Patxi,
otra vez él, sugiere que ”ni el diez por ciento de mis seguidores si
cedo y me voy como me están pidiendo, se marcharán directamente con Susana”.
Así está la fiesta de la rosa a diez días de la elección con un PSOE auténtico (ya hay que denominarle así) en el que moran los viejos prebostes que odian a Sánchez
y que se estremecen ante la sola posibilidad de que la militancia se
vuelva a definitivamente loca y se incline por el nieto directo del
leninista Largo Caballero.
Hoy las apuestas están al cincuenta por ciento y la previsión de victoria de la faraona de Sur
no le aventa apenas un par de centenas más de votos que a su
contrincante, con lo cual el día 21 quedará un partido destrozado para
los restos al que mirarán con sorna los soviéticos de Podemos, alguno de los cuales como el sin par Garzón, el enterrador de Izquierda Unida, ya tiene dicho que “si logramos que Sánchez gane habremos terminado definitivamente con el PSOE”.
El pronóstico es algo más que una
amenaza: es una constancia de que la izquierda de este país puede
convertirse al ultraizquierdismo más brutal. Queda dicho y además por
boca ajena.
http://www.esdiario.com/
MRF
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