A finales de los 80 y principios de los 90, el cantante lideró Soundgarden, una de las bandas más importantes de la época en cuanto a sonidos duros, y que germinó en ese ya legendario magma que fue Seattle por aquellos años. Con su single «Black hole sun», del álbum «Superunknown» (1994), el grupo alcanzó sus mayores cotas de éxito popular... con ese videoclip en la MTV que dio la turra hasta límites insospechados. Entre los fans la discusión estribaba entre qué álbum era el mejor: si ese o el anterior, «Bad motorfinger», más macarra e inaccesible. Soundgarden se caracterizaban por su sonido oscuro, un psico-heavy personalísimo, en donde despuntaba el estridente gallo del corral que era Cornell en aquel momento, considerado como una de las mejores voces de la historia del hard rock, según Hit Parade.
En inicios de los años 90, la competencia por esos lares del estado de Washington era dura. O profundamente estimulante. Porque se gestó una escena que se inscribió directamente en la historia de la música en letras mayúsculas: el grunge. Y tan vilipendiado a la vez, ya saben, por esa fácil caricatura sintética de camisetas de franela y tristeza. Soundgarden descollaban. Recuerden lo que se cocía en Seattle: aparte de Nirvana y Alice in Chains, ya mencionados, también andaban por allí tocando canciones melancólicas y ruidosas grupos como Pearl Jam, Screaming Trees, Mudhoney,... Y gustaban de formar grupos entre miembros de todos ellos, como Mother Love Bone, Mad Season o Temple of the dog (liderado por el propio Cornell).
A finales de 1994, tras publicar ese «Superunknown» que les catapultó en popularidad, su voz hizo crack. Y los límites de los chillidos a los que llegó esa garganta, que también podía sonar profunda, nunca volvieron a ser los mismos. Tenían una carrera sólida y muy exitosa, pero vocalmente este cantautor nacido en el seno de una familia católica en 1964 debía relajarse en su manera de cantar-gritar. En 1997, Soundgarden se separaría por diferencias estilísticas, y, antes de que naciera su siguiente banda, Cornell publicó «Euphoria morning» en solitario, mostrando una versión más calmada y menos negruzca de lo anteriormente ofrecido.
En el año 2001, el cantautor de Seattle se juntó con miembros de Rage Against The Machine (menos Zack de la Rocha), gracias a las maniobras del productor y celestino Rick Rubin, para fundar Audioslave, para lanzar tres álbumes y vender 7 millones de discos. Se separaron en 2007. En 2012, se produjo la reunión de Soundgarden, sacando ese «King animal», que les volvió a poner en el candelero del rock duro. Además, Cornell continuó sacando discos en solitario, hasta cuatro, pero de mucha menor resonancia... en todos los sentidos, dado el estado de sus cuerdas vocales tras el crack del 97.
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MRF
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