La moción de censura
de Podemos, la mayor exigencia de responsabilidades políticas que se
puede lanzar contra un presidente del Gobierno, ya tiene el sello del
Registro del Congreso de los Diputados que permitirá iniciar su
tramitación. Ha sido presentada esta mañana por la portavoz
parlamentaria, Irene Montero, acompañada de seis diputados pero sin
rastro del líder del partido, Pablo Iglesias, aunque es el candidato a
nuevo presidente contenido en la moción.
Ha sido la dirección del grupo parlamentario la que adoptó la decisión de que él fuera el candidato, según ha explicado Montero. Una cuestión que no fue sometida a la militancia ni al Consejo Ciudadano de Podemos pero que la portavoz parlamentaria ha justificado en que «siempre hemos visto claro que era Pablo Iglesias la persona más preparada y con más apoyo popular para sacarla adelante». Según el último CIS, el líder de Podemos es el segundo líder nacional peor valorado, con una nota de 3 puntos, sólo una décima por delante de Mariano Rajoy.
«Queremos lanzar el mensaje de que hay una alternativa fuerte de país, una alternativa que no tolera más prácticas corruptas y una alternativa seria y firme que permite decir que aquí y ahora se puede echar al PP», ha subrayado Montero, pese a que la moción de censura nace perdedora.
Solo ERC y EH Bildu parecen apoyar una iniciativa que necesita la mayoría absoluta de la Cámara Baja (176 escaños) para poder ser aprobada. A día de hoy suma tan solo 82 diputados, menos de la mitad de lo necesario, que podrían ascender a 90 en el mejor de los casos, si el PDeCAT decidiera darle el «sí» la próxima semana. La portavoz de Podemos ha asegurado que buscará apoyos «hasta el último minuto» y que confía en que el resto de los grupos de la oposición cambie de opinión cuando lea el texto de la moción. Un escrito que solo se ha preocupado de negociar con ERC.
El registro ha activado la cuentra atrás para el debate de la moción de censura. La fecha sigue aún en el aire pero se producirá con el nuevo secretario general del PSOE ya elegido, tal y como quería Pablo Iglesias. No en vano, el líder de Podemos pretende usar esta iniciativa como un trampolín para construirse la imagen de único candidato alternativo al PP.
De hecho, Montero ha demostrado esta mañana que la moción de censura se dirige en la práctica tanto contra el Gobierno como contra el PSOE al incluir entre los ejes de su argumentario la idea de que todo aquel que no apoye su moción de censura estará sosteniendo a Mariano Rajoy.
Un razonamiento que, sin embargo, coloca a Podemos ante una clara incongruencia, dado que el pasado mes de marzo votó en contra de la investidura del socialista Pedro Sánchez. De hecho, fue necesario preguntar hasta tres veces a Montero si su formación sostuvo entonces el PP antes de que contestara la cuestión. Lo hizo justificando que Podemos no estaba de acuerdo entonces con el pacto suscrito entre el PSOE y Ciudadanos.
Pero con esta idea solo engorda la incoherencia ya que la formación morada no admite que los socialistas rechacen su moción de censura por no comulgar con el contenido del texto. Y ello pese a que el escrito incluye la declaración de España como un estado plurinacional, para contentar las exigencias de ERC. «España, como revela su historia, es plurinacional y así lo ha demostrado cada vez que ha podido expresarse libremente», defiende la moción de censura. «No asumir el reto democrático de la plurinacionalidad y encastillarse en un búnker autoritario significa, sencillamente, no entender España», prosigue.
Este planteamiento de la plurinacionalidad de España sí podría encontrar respaldo en el PSOE si el nuevo secretario general elegido fuera precisamente Pedro Sánchez. Y de buscar este resultado le acusó la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. Montero lo negó completamente asegurando que «no hay vida interna de ninguna formación política que esté por encima de las urgencias de nuestro país». Unas premuras que, sin embargo, llevan tres semanas esperando: el tiempo transcurrido desde que Iglesias anunció la presentación de una moción de censura urgente hasta su presentación final esta mañana.
Durante una rueda de prensa con micrófono y altavoz preparada inusualmente en el patio del Congreso, Montero realizó toda estas afirmaciones. Un espacio reservado habitualmnete para las declaraciones que se producen de manera improvisada ya que la Cámara Baja dispone de varios espacios acondicionados en el interior para ofrecer ruedas de prensa. Lo hizo para intentar aprovechar el sol primaveral que esta mañana bañaba Madrid, en un intento de reforzar esa imagen de esperanza del cambio que Podemos quiere representar. No logró, sin embargo, sacar todo el provecho que esperaba a este novedoso escenario ya que el montaje no estaba bien ajustado y el sonido se interrumpió en varias ocasiones.
El registro de la iniciativa obliga ahora a la Mesa de la Cámara Baja a tramitarla, y a su presidenta, Ana Pastor, a buscar fecha para debatirla si como parece, reúne los requisitos señalados en el Reglamento. La fecha se elegirá dentro del mes de junio dado que, como mínimo, deben transcurrir cinco días entre la presentación y la votación y el Congreso se encuentra inmerso en la tramitación de los nuevos Presupuestos Generales del Estado hasta el 1 de junio. Ninguna otra iniciativa, ni siquiera la moción de censura, tiene preeminencia sobre estos. La moción de censura de Podemos será la tercera que se celebra en la democracia. La primera tuvo lugar en 1980 impulsada por el PSOE contra Adolfo Suárez y la segunda se produjo en 1987 presentada por Alianza Popular contra Felipe González.
http://www.abc.es/
MRF
Ha sido la dirección del grupo parlamentario la que adoptó la decisión de que él fuera el candidato, según ha explicado Montero. Una cuestión que no fue sometida a la militancia ni al Consejo Ciudadano de Podemos pero que la portavoz parlamentaria ha justificado en que «siempre hemos visto claro que era Pablo Iglesias la persona más preparada y con más apoyo popular para sacarla adelante». Según el último CIS, el líder de Podemos es el segundo líder nacional peor valorado, con una nota de 3 puntos, sólo una décima por delante de Mariano Rajoy.
«Queremos lanzar el mensaje de que hay una alternativa fuerte de país, una alternativa que no tolera más prácticas corruptas y una alternativa seria y firme que permite decir que aquí y ahora se puede echar al PP», ha subrayado Montero, pese a que la moción de censura nace perdedora.
Solo ERC y EH Bildu parecen apoyar una iniciativa que necesita la mayoría absoluta de la Cámara Baja (176 escaños) para poder ser aprobada. A día de hoy suma tan solo 82 diputados, menos de la mitad de lo necesario, que podrían ascender a 90 en el mejor de los casos, si el PDeCAT decidiera darle el «sí» la próxima semana. La portavoz de Podemos ha asegurado que buscará apoyos «hasta el último minuto» y que confía en que el resto de los grupos de la oposición cambie de opinión cuando lea el texto de la moción. Un escrito que solo se ha preocupado de negociar con ERC.
El registro ha activado la cuentra atrás para el debate de la moción de censura. La fecha sigue aún en el aire pero se producirá con el nuevo secretario general del PSOE ya elegido, tal y como quería Pablo Iglesias. No en vano, el líder de Podemos pretende usar esta iniciativa como un trampolín para construirse la imagen de único candidato alternativo al PP.
De hecho, Montero ha demostrado esta mañana que la moción de censura se dirige en la práctica tanto contra el Gobierno como contra el PSOE al incluir entre los ejes de su argumentario la idea de que todo aquel que no apoye su moción de censura estará sosteniendo a Mariano Rajoy.
Un razonamiento que, sin embargo, coloca a Podemos ante una clara incongruencia, dado que el pasado mes de marzo votó en contra de la investidura del socialista Pedro Sánchez. De hecho, fue necesario preguntar hasta tres veces a Montero si su formación sostuvo entonces el PP antes de que contestara la cuestión. Lo hizo justificando que Podemos no estaba de acuerdo entonces con el pacto suscrito entre el PSOE y Ciudadanos.
Pero con esta idea solo engorda la incoherencia ya que la formación morada no admite que los socialistas rechacen su moción de censura por no comulgar con el contenido del texto. Y ello pese a que el escrito incluye la declaración de España como un estado plurinacional, para contentar las exigencias de ERC. «España, como revela su historia, es plurinacional y así lo ha demostrado cada vez que ha podido expresarse libremente», defiende la moción de censura. «No asumir el reto democrático de la plurinacionalidad y encastillarse en un búnker autoritario significa, sencillamente, no entender España», prosigue.
Este planteamiento de la plurinacionalidad de España sí podría encontrar respaldo en el PSOE si el nuevo secretario general elegido fuera precisamente Pedro Sánchez. Y de buscar este resultado le acusó la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. Montero lo negó completamente asegurando que «no hay vida interna de ninguna formación política que esté por encima de las urgencias de nuestro país». Unas premuras que, sin embargo, llevan tres semanas esperando: el tiempo transcurrido desde que Iglesias anunció la presentación de una moción de censura urgente hasta su presentación final esta mañana.
Durante una rueda de prensa con micrófono y altavoz preparada inusualmente en el patio del Congreso, Montero realizó toda estas afirmaciones. Un espacio reservado habitualmnete para las declaraciones que se producen de manera improvisada ya que la Cámara Baja dispone de varios espacios acondicionados en el interior para ofrecer ruedas de prensa. Lo hizo para intentar aprovechar el sol primaveral que esta mañana bañaba Madrid, en un intento de reforzar esa imagen de esperanza del cambio que Podemos quiere representar. No logró, sin embargo, sacar todo el provecho que esperaba a este novedoso escenario ya que el montaje no estaba bien ajustado y el sonido se interrumpió en varias ocasiones.
El registro de la iniciativa obliga ahora a la Mesa de la Cámara Baja a tramitarla, y a su presidenta, Ana Pastor, a buscar fecha para debatirla si como parece, reúne los requisitos señalados en el Reglamento. La fecha se elegirá dentro del mes de junio dado que, como mínimo, deben transcurrir cinco días entre la presentación y la votación y el Congreso se encuentra inmerso en la tramitación de los nuevos Presupuestos Generales del Estado hasta el 1 de junio. Ninguna otra iniciativa, ni siquiera la moción de censura, tiene preeminencia sobre estos. La moción de censura de Podemos será la tercera que se celebra en la democracia. La primera tuvo lugar en 1980 impulsada por el PSOE contra Adolfo Suárez y la segunda se produjo en 1987 presentada por Alianza Popular contra Felipe González.
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