A Sánchez y a su gente, lo de mentir o tergiversar
les sale gratis. Es la narcotización de la sociedad,
así nos va. No obstante, nuestro deber es denunciar
cada una de esas falsedades. Ayer una de las muchas
vicepresidentas del actual Gobierno,
la egabrense Calvo, se deslizó por ese resbaladizo
terreno de invocar a los tribunales europeos
para justificar determinadas reformas del Código
Penal que, en realidad, son el pago a los
golpistas por su apoyo al Gobierno socialcomunista.
Insisto: estamos obligados a dejarlo bien claro.
España no es ni con mucho el país de la UE al que
la Justicia comunitaria más veces haya reconvenido.
Están por delante Italia, Francia y no digamos
ya Gran Bretaña. Pero es que además en algunos
de esos territorios, como por ejemplo Alemania,
partidos políticos como el de Junqueras o Puigdemont
están prohibidos y en Francia es delito conspirar
contra su integridad territorial. Así que,
señora Calvo, deje de mentir.
Solo tienen 120 escaños. No se puede
seguir gobernando contra la otra mitad de España...Bieito Rubido.
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