La Real Academia Española ha presentado el informe sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución, en el que defiende el uso del masculino genérico en lugar del desdoblamiento
Después de varios meses de trabajo, algún parón por «la falta de estabilidad del Gobierno» y dos sesiones del pleno de la Academia, ya está aquí, y aprobado por unanimidad. El informe de la Real Academia Española (RAE) sobre el lenguaje incluso en la Constitución, redactado a petición de Carmen Calvo, actual vicepresidenta primera del Gobierno, ha sido presentado esta mañana por el director de la Docta Casa, Santiago Muñoz Machado.
«Este es un informe obviamente importante», ha asegurado Muñoz Machado, pues «la Academia considera que, al ser la Constitución la primera norma de nuestro ordenamiento jurídico, que establece la organización de los poderes y la garantía de los derechos de los ciudadanos, su texto escrito debe ser un modelo del uso común del español».
La conclusión del informe ya era conocida: la Constitución no necesita una reforma en términos gramaticales ni inclusivos, pues se considera correcto y pertinente el uso del masculino genérico.
Una obligación para la Academia
Este trabajo no se trata de un caso exepcional, sino que está dentro de las «obligaciones y deberes» de la institución. «La Academia está siempre dispuesta a contribuir» para «mejorar el lenguaje de la política y la administración», ha aseverado.
Antes de desgranar los detalles del informe, el director de la Academia ha recordado que la referencia para el mismo ha sido toda la «comunidad hispanohablante», que a día de hoy está formada por unos 580 millones de personas. También ha subrayado que el informe es el resultado de un «estudio» de «gran meticulosidad», que se materializa en el grosor del mismo: más de 150 páginas, si contamos los anexos.
«La Academia no inventa el español, sino que es testigo del empleo colectivo mayoritario de la lengua», ha afirmado Muñoz Machado. Así, el trabajo no ha sido tanto dictar norma como comprobar cuáles son los usos mayoritarios del idioma a través de las herramientas de las que se disponen. Y en este sentido, el del lenguaje inclusivo, no ha experimentado grandes cambios en los últimos cuarenta años, a parecer de los académicos.
Lenguaje inclusivo: una definición
Machado ha explicado que el «lenguaje inclusivo, en el sentir de los expertos, puede interpretarse de dos formas distintas». La primera es aquella que entiende que las referencias expresas a las mujeres se tienen que hacer con palabras de género femenino. Es la posición que entiende que la fórmula correcta para referirse a todos los habitantes de España es «los españoles y españolas». También admite sustantivos colectivos de personas, como «la población española» o «el pueblo español», y términos nominales que abarquen a los dos sexos, como «toda persona española».
La segunda forma es la del masculino genérico, que entiende que no es necesario el desdoblamiento ni el uso generalizado de sustantivos colectivos. «Es la utilización de términos masculinos que integran claramente en su referencia a mujeres y hombres cuando el contexto deja suficientemente claro que esto es así. Por ejemplo: "Todos los españoles son iguales ante la ley"», ha dicho Muñoz Machado. «Esta segunda interpretación es la que se siguió en 1978 (...) El masculino es el término no marcado que abarca hombres y mujeres», ha expresado.
Muñoz Machado ha recalcado que «la Constitución usa el masculino inclusivo con mucha frecuencia», pues «es la manera en la que ha entendido el lenguaje inclusivo». Este uso «está verificado en múltiples estudios y en la práctica general de los hispanohablantes». Así, cuando en la Constitución se habla de españoles, niños, padres, hijos, jueces, electores, consumidores, militares, residentes, embajadores o alcaldes ha de entenderse que se está haciendo referencia a los dos sexos.
«Todos estos supuestos abarcan tanto a hombres como mujeres en el sentir general de la comunidad», ha subrayado. Eso era así en el momento de la redacción de la Constitución y «41 años después sigue siendo así». Por todo ello, «la Constitución esgramáticalmente impecable».
Mejoras
Muñoz Machado ha explicado algunos casos en los que sí se podrían hacer mejoras del texto constitucional. Por ejemplo, en el artículo 30.2: «La ley fijará las obligaciones militares de los españoles». Como «probablemente no fue hecha con carácter inclusivo por el constituyente», pues en principio refería solo a los españoles varones, «ahora debe interpretarse en el sentido inclusivo».
Más cambios que pueden contemplarse: en los artículos 39.2, 39.3 y 39.4 la Constitución utiliza como inclusivo los hijos y los niños. Sin embargo, en el 39.2 se hace referencia a las madres en contraposición de los padres, a los que nombra en el 39.3. ¿La receta? «Convendría utilizar una fórmula más explícita al comienzo del artículo 39.3 que dijera, por ejemplo, "tanto los padres como las madres"».
Aunque no tiene que ver con el género y el desdoblamiento, la RAE afirma que, en el artículo 49, se debería cambiar el término «disminuido» por «discapacitado», que «está más asentado».
También se sugiere desdoblar Rey y Reina, pues la Reina no aparece en la Constitución como titular de la Corona, sino como «consorte». Lo mismo ocurre con príncipe y princesa. Aunque pertinentes, estas no serían modificaciones urgentes, según ha matizado el director de la Academia.
En la Academia han estudiado la posibilidad del desdoblamiento, que no genera problemas gramaticales. Por ejemplo, en el caso de «presidente o presidenta del Gobierno». El problema que presenta es que habría que desdoblar en una serie de términos escogidos, y por ello se generaría una confusión, entendiendo que solo se hace referencia a las mujeres cuando se desdobla, y no en todos los casos. «Se podría generar una interpretación reductora de los derechos de las mujeres», alertó Muñoz Machado.
También está la opción de utilizar fórmulas sin género, como «quien ocupe la presidencia», que también se ha descartado. ¿El motivo? Que requiere «reiteraciones y paráfrasis».
En resumen: se ha apostado por una tercera opción, que es la de mantener los masculinos genéricos, tal y como «hacen las constituciones de todos los países que podemos tomar como ejemplo».
El caso de Venezuela
Estas han sido las constituciones de Chile, Colombia, México y Venezuela. Solo esta última, en su revisión de 2009, utiliza el desdoblamiento y el resultado es un texto aparatoso y poco práctico. Una muestra: «Solo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Presidente o Presidenta y Vicepresidentes o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional, magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional Electoral, Procurador o Procuradora general de la República, Contralor o Contralora General de la República...»
También se han estudiado algunas constituciones de lenguas románicas como las de Francia, Italia o Portugal. «En todas ellas se utilizan las mismas aplicaciones del masculino de interpretación inclusiva, tanto en plural como en singular», ha concluido Muñoz Machado.
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