El dinero público es infinito, los empresarios son malos y esforzarse, sospechoso
En los años ochenta tuve la ocasión de viajar con mis compañeros de facultad a la Yugoslavia comunista. Por entonces el país hacía tímidos intentos de introducir un soplillo de economía capitalista. Por ejemplo, existían bares del Estado y otros de propiedad privada. Enseguida aprendimos dos cosas. La primera, la crucial para nuestros intereses tarambanas, era que cerveza se decía «pivo». La segunda fue que descubrimos que las tabernas privadas resultaban mejores que las estatales. Y es que, como concluye el sabio dicho popular, «lo que es de todos no es de nadie». El legítimo afán de ganar dinero es el móvil que anima a los empresarios y acaba generando empleo, bienestar y riqueza para la sociedad. Pero eso es lo que piensan acémilas como Stuart Mill, Adam Smith, David Ricardo, Hayek, Keynes, Bill Gates, Amancio Ortega, Warren Buffett o el propietario de la fábrica de Patatas Fritas Bonilla de La Coruña. Todos en la inopia. El que realmente entiende cómo operan los principios de una economía es Pablo Echenique, quien ante la ausencia por triste motivo familiar del matrimonio que manda en Podemos se encarga de presionar al presidente no votado Sánchez para que aplique un impuestazo. Según nos explica el gran Echenique, una mayor carga fiscal a los malvados que cobran más de 60.000 euros anuales traerá progreso, justicia social y una saludable redistribución de la riqueza. Y es que Echenique tiene claras diez verdades económicas: 1.- El dinero público no es de nadie y es ilimitado, y además brota por generación espontánea. 2.- Un país puede endeudarse sin límite, que aquí «no pasa na». 3.- Los empresarios son unos mangantes, que crujen a los currelas y en un mundo ideal no deberían existir. 4.- Abrasar a impuestos a quienes más se esfuerzan y más se han arriesgado es de justicia e impulsa el desarrollo de un país. 5.- La inversión exterior importa un carajo, y si el capital foráneo se asusta y se retrae porque la política tributaria comunistoide hace al país poco atractivo, pues peor para esos «tiburones». 6.- El ideal de todo ser humano es ser funcionario, y a ser posible no dar palo al agua. 7.- Hay que desconfiar de todo aquel que quiera progresar, ganar más, tener una casa mejor y enviar a sus hijos a un buen colegio (salvo que la beneficiaria y beneficiario sean de Podemos, que entonces da igual). 8.- El esfuerzo personal es franquista, antiprogresista y sospechoso. 9.- «De Venezuela podemos aprender muchas lecciones». 10.- La banca, la savia que vivifica una economía de mercado, es la peste; y el libre comercio, que permite prosperar a las naciones, sarna capitalista y globalizadora.
Echenique, que no aseguró a su asistenta para ahorrarse unos eurillos, es el gurú económico de guardia de otra singular eminencia, Sánchez, quien va tomando puntual nota de las lúcidas propuestas que presenta Podemos para nuestros bolsillos. Urgen unas elecciones, porque también están exhumando el rancio y dañino catecismo del despilfarro, la persecución del talento y el esfuerzo y la igualación rencorosa a la baja....Luis Ventoso
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