Gobierno y Generalitat se reúnen hoy en Barcelona para tratar, entre otras cosas, la situación de los presos preventivos y celebrar un referéndum de secesión
Sin grandes expectativas por ninguna de las partes, más allá de no romper la baraja antes de empezar la partida. En ese marco se desarrollará hoy en Barcelona la primera reunión de la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, que no se celebraba desde el año 2011.
Pedro Sánchez insiste en su política de distensión con las autoridades autonómicas catalanas pese a que desde el otro lado escasea la reciprocidad. Tras las palabras de Carles Puigdemont el pasado fin de semana, en las que instaba al presidente del Gobierno a «hacer los deberes» y pasar «de las palabras a los hechos», en el Gobierno se preparan para una más que probable escalada del conflicto en otoño, con motivo del aniversario del 1 de octubre y el juicio del proceso independentista ilegal que se espera para finales de año. Pero, por el momento, el Gobierno quiere mantener el tono y su estrategia, como parte fundamental para construir su relato político. Cuando haya que ir a elecciones Sánchez quiere hacerlo pudiendo presentar como aval al menos haberlo intentado.
Como en todos los contactos previos de las últimas semanas salir de la reunión con las relaciones abiertas ya será considerado un éxito. Desde el Gobierno no se esperan grandes acuerdos en esta primera reunión, pero la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, valoró ayer como un paso adelante «que nos sentemos en un mismo sitio y hablemos». La número dos de Sánchez destacó que la reunión supone volver a «una situación de la que nunca deberíamos haber salido», y que «se tiene que valorar» que se revise que «un hecho normal que se había convertido en anormal».
Durante días las partes se fajaron en la elaboración de un orden del día para esta primera reunión. Ambos ejecutivos cedieron en parte, aunque ha sido Sánchez quien más se ha dejado por el camino. Mientras la Generalitat de Cataluña insiste en hablar de la situación de los presos preventivos y de un referéndum de secesión, la gran aspiración del Gobierno es que el gobierno catalán vuelva a los órganos de cooperación multilaterales.
Dos puntos clave
El orden del día pactado es mucho más sutil, y deja claro que son «consideraciones» de cada una de las partes. No habrá ningún avance al respecto. En una muestra de que ambos gobiernos necesitan tiempo, por el momento se contentan con «hablar», aunque no haya entendimiento a la vista.
Entre los 13 puntos del orden del día hay dos puntos clave. Según se explica desde el departamento de Batet, es en el punto 6 del orden del día donde se accede a una demanda que hacía el consejero de Acción Exterior, Ernest Maragall. Ese punto hace referencia a las consideraciones de la Generalitat sobre la situación política en Cataluña. Y se divide en dos subapartados; la primera referida a «derechos y libertades», donde los independentistas insistirán en la libertad de los presos preventivos.
El segundo apartado de ese punto se referirá a las «vías de participación democrática de los ciudadanos catalanes en las decisiones sobre su futuro político». Sobre este último apartado el Gobierno señala que la redacción es «suficientemente amplia» como para que cada parte haga su interpretación. Desde el Ministerio de Batet son claros: «Este punto se incluye a petición de la Generalitat, pero eso no significa abordar ninguna negociación. Y aquí se les dirá cuál es la posición del Estado, y es que no se va a negociar el derecho a decidir».
El punto 7, en cambio, es una demanda del Gobierno de España, que hará las «consideraciones del Estado en relación con la participación de la Generalitat en los órganos multilaterales de cooperación y coordinación». Lo que pretende el Gobierno es que el gobierno catalán corresponda a la política de distensión volviendo al Consejo de Política Fiscal y Financiera para negociar el nuevo modelo de financiación autonómica. Algo que ayer la Generalitat volvió a incumplir. Esa es la aspiración del Gobierno y que eso se extienda también a una futura conferencia de presidentes autonómicos que el Ejecutivo de Sánchez planea convocar después del verano.
La vicepresidenta celebró ayer en cambio que la Generalitat estuviera representada en la reunión de la conferencia sectorial de igualdad. Estuvo representada por la secretaria general de presidencia, pero Calvo explicó que la consejera Elsa Artadi la llamó personalmente para excusar su presencia porque tenía reunión del Govern. Pero esa aspiración del Gobierno está muy lejos de cumplirse, ya que el nacionalismo insiste en mantener una relación bilateral.
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