La Diputación evita dar plazos para resolver los desprendimientos en el Oza y en Valseco.
La Diputación de León ha pedido ayuda al Estado a través de la Subdelegación del Gobierno para lograr la colaboración de una cuarta administración en el arreglo de la carretera de Peñalba, afectada por desprendimientos debido a la inestabilidad del terreno y cortada al tráfico desde mediados de mes. Así lo aseguró ayer el presidente provincial, Juan Martínez Majo, que viajó a los lindes del Bierzo para participar en la Romería de la Cruz de Ferro. Majo aseguró que hay buena disposición por parte de la Subdelegación, después de que la Diputación haya recabado ya el apoyo del Ayuntamiento de Ponferrada y el de la Junta de Castilla y León.
Al igual que sucede con la carretera de Valseco y Salientes, reabierta provisionalmente una pista tras el derrumbamiento sufrido poco después de Peñalba en un tramo de dos kilómetros, Majo no se atrevió a avanzar un plazo para el final de unas obras que dependen del estudio geológico que realiza una empresa de Madrid. «Hemos puesto todos los medios materiales y humanos en ello», afirmó ayer de la carretera de Peñalba, donde la Diputación asfaltará un vial alternativo por el Alto de la Cruz y reabrirá a intervalos el vial en próximos días, condicionado a la meteorología y a los trabajos.
En Valseco también afirmó que «la solución es muy compleja» y los técnicos todavía está analizando «cómo pivotar» la calzada, que debe rehacerse tras los socavones sufridos.
Corullón.
Los vecinos mejoran el horno comunitario, donde nunca han dejado de elaborar el pan.
En Hornija, a los pies de las laderas del wolfram en el municipio de Corullón, nunca han dejado de hornear el pan en el horno comunitario del pueblo. Pero desde el viernes, las hogazas saben más tiernas. Una fiesta popular sirvió para celebrar la recuperación del edificio que alberga el viejo horno con fondos del plan de pequeñas obras que administra el Consejo del Bierzo y la participación de la Junta Vecinal y del propio Ayuntamiento de Corullón.
El dinero ha servido para cambiar el tejado de pizarra, pero manteniendo la estructura en madera de castaño de la cubierta, chorreada con arena para limpiarla. Un voladizo más amplio para evitar la lluvia en las paredes, una puerta y una ventana nuevas, con herrajes rústicos, una tronera más grande para la salida de humos y la limpieza de la piedra de las paredes han cambiado el aspecto del inmueble. El pan que los vecinos comieron junto al pozo nunca supo mejor a leña.
El cambio de Gobierno congela el ordenamiento previsto para aliviar de tráfico el corredor de la León-Astorga.
La opción de desalojar la N-120 de tráfico pesado, a base de bonificar la entrada de camiones a la AP-71 adquiere cada día mayor tono de quimera; el Ministerio de Fomento ya no da cuenta del avance del convenio que tenía que desarrollar con la concesionaria de la autopista León-Astorga a fin de hacer efectivo aquel acuerdo a tres bandas que se concretó con el empeño de la Junta (dispuesta a soportar el coste de la operación) y la empresa que gestiona el peaje. El cambio de Gobierno parece haber agotado la voluntad de desarrollar esta medida, fijada como una situación de seguridad vial para aliviar de circulación las travesías de la carretera Nacional —con más aforo de cuantas discurren por la provincia— que a determinadas horas sin distinción entre día o noche es un agobio para la vida de los habitantes de estos núcleos de población afectados.
Los propios transportistas, la otra parte afectada por la medida, ya tienen referencia oficiosa de que el desvío no se va a llevar a efecto ni a corto ni a medio plazo. En los últimos meses con Iñigo de la Serna al frente de Fomento se dieron pasos administrativos con el fin de culminar y definir las condiciones en las que se debía acometer el desvío; la letra pequeña de la disposición, las cláusulas en las que, además del convenio con la empresa concesionaria de la autopista, resultaba indispensable la redacción que afecta a la competencia de la Dirección General de Tráfico. Se llegó a afinar una resolución para disponer el uso del desvío a la AP-71 acomodada al criterio de los profesionales del transporte, la estructura que podían emplear para acceder a las áreas de descanso o al repostaje en el trayecto afectado por el nuevo ordenamiento, según trasladó la propia Junta de Castilla y León por la reivindicación de los camioneros. El grueso del protocolo entre la administración central y autonómica dirigido a restar presión de tráfico a la vida cotidiana de las poblaciones afectadas por el curso de la nacional se resolvía con la bonificación de hasta el 75% del coste del paso de los camiones por el peaje de la León-Astorga (vehículos pesados del tipo 2, según se concretó en el acuerdo); la Junta aportaría 1,4 millones de euros al año para afrontar el paréntesis al que se iba a someter al transporte en la nacional, en el que iban a resultar afectados hasta 800 vehículos al día.
Se desarrolló el acuerdo para la León-Astorga en el mismo molde que se empleó para aplicar la medida en otros puntos del país: en la AP-68, en La Rioja; o para el desvío previsto entre la N-1 y la AP-1, que, como el de León, está pendiente también de resolución y del que tampoco da cuenta el Ministerio de Fomento.
El colectivo de transportistas, que asumió a regañadientes la determinación y los requisitos para el desvío que sólo iba a aceptar de buen grado bajo las condiciones de gratuidad (en el marco adoptado debían costear entre el 25% y el 29% del precio del peaje), toma con alivio este parón en el convenio, casi con la certeza de que la orden no va a llegar a aplicarse. El cambio en el ejecutivo lleva aparejada una nueva estrategia para mitigar los efectos de las autopistas de peaje en la movilidad que no está en la línea de promover los desvíos como soluciones de choque. Más bien, el objetivo está en el fin de las concesiones o en la aplicación de peajes encubiertos.
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