'Francia'
Uno
podría preguntarse por qué estas dos cabeceras, que dicen representar a
nuestra derecha sociológica, están más dispuestas que El País o El
Mundo a ponerse en ridículo como bayaderas danzando en honor de la
derrota de Le Pen.
Lo que pasó ayer tenía dos formas de titularse si el periodismo fuera esa cosa objetiva de la que siempre ha presumido la profesión, una breve y otra más larga y precisa: o 'Gana Macron' o 'Macron se impone a Le Pen por 30 puntos de diferencia'. Se admiten variaciones.
Pero, naturalmente, hablamos de la victoria del sistema -es decir, de todos los grupos mediáticos de peso- sobre un enemigo al que es virtuoso negarle el pan y la sal, así que nuestras cabeceras titulan en un gradiante de vileza que va de El País a La Razón.
Que nadie parezca alarmarse de que uno de los candidatos a la república francesa que ha pasado a la segunda vuelta, en una democracia, se le trate como a un apestado y que carezca de un solo órgano mediático que le trate con un mínimo de imparcialidad es, en sí mismo, bastante alarmante. Pero sigamos.
El País recurre al truco de la sinécdoque abusiva: 'Francia derrota al radicalismo'. Así, en general, Francia, como si hubiera derrotado a un ejército invasor. La fórmula es sencilla: cuando sale un resultado no apetecido -recordemos, por ejemplo, el caso del último referéndum italiano-, El País titulará que 'Italia está dividida'; cuando, en cambio, ganan los nuestros, como debe ser, es la nación entera la que ha conjurado el peligro. De un plumazo, un tercio de los franceses han dejado de ser 'Francia'.
Mis cuatro cabeceras recurren a la grata sinécdoque, siendo El Mundo el rotativo que más se aproxima a la fórmula de Prisa: 'Francia se pone en manos de Macron'. En esto tenemos que decir que El País acierta más al ignorar al vencedor y centrarse en el perdedor, y en ese sentido el titular de El Mundo se acercaría más a la verdad si pusiese: 'Francia se deja caer en manos de Macron'. Es decir, al menos los de Prisa tienen el buen sentido de admitir implícitamente que Macron es el vencedor por defecto, y que tanto hubiera dado que fuera Fillon o Hamon.
Saca El Mundo a primera, empotrada en el texto de la noticia principal, una llamada a una tribuna de Albert Rivera, 'El imparable triunfo del centro liberal'. Anoche se hacían risas en la red social Twitter sobre el oportunismo de Rivera de adjudicarse la victoria de Macron, pero yo estoy con él, al menos en que Macron tiene un gran parecido con el presidente de Ciudadanos: ambos son líderes de diseño de ideología vaga y acomodaticia. De lo que no estoy tan seguro es de que sea 'imparable' esta fórmula de acomodo político a los intereses de las élites.
Y llegamos a los más viles, ABC y, sobre todo, La Razón. Uno podría preguntarse por qué estas dos cabeceras, que dicen representar a nuestra derecha sociológica, están más dispuestas que El País o El Mundo a ponerse en ridículo como bayaderas danzando en honor de la derrota de Le Pen. La razón es clara: tienen que hacer méritos. Es la perpetua maldición de la derecha acomplejada, que permite a los otros mantener, por contraste, cierto aspecto de dignidad comparativa.
'Francia vota reinventarse dentro de Europa y del sistema', es el titular rococó de ABC. No puede ser más absurdo: si por algo ha votado Francia es por no reiventarse, por la continuidad, por más de lo mismo. Acompaña el retorcido titular una foto más simbólica de lo que podría parecer a simple vista: un Macron con la mano en el pecho entonando La Marsellesa. Es una traducción gráfica de eso mismo que afirmó el candidato, de que no existe una 'cultura francesa' porque, en efecto, el gesto de la foto es americano; no es la fórmula habitual en Francia ponerse la mano en el pecho al cantar o escuchar el himno nacional.
Y La Razón, genuflexa, abre con un 'Merci la France!' que no podría comentar sin ganarme una querella.
http://gaceta.es/
MRF
Lo que pasó ayer tenía dos formas de titularse si el periodismo fuera esa cosa objetiva de la que siempre ha presumido la profesión, una breve y otra más larga y precisa: o 'Gana Macron' o 'Macron se impone a Le Pen por 30 puntos de diferencia'. Se admiten variaciones.
Pero, naturalmente, hablamos de la victoria del sistema -es decir, de todos los grupos mediáticos de peso- sobre un enemigo al que es virtuoso negarle el pan y la sal, así que nuestras cabeceras titulan en un gradiante de vileza que va de El País a La Razón.
Que nadie parezca alarmarse de que uno de los candidatos a la república francesa que ha pasado a la segunda vuelta, en una democracia, se le trate como a un apestado y que carezca de un solo órgano mediático que le trate con un mínimo de imparcialidad es, en sí mismo, bastante alarmante. Pero sigamos.
El País recurre al truco de la sinécdoque abusiva: 'Francia derrota al radicalismo'. Así, en general, Francia, como si hubiera derrotado a un ejército invasor. La fórmula es sencilla: cuando sale un resultado no apetecido -recordemos, por ejemplo, el caso del último referéndum italiano-, El País titulará que 'Italia está dividida'; cuando, en cambio, ganan los nuestros, como debe ser, es la nación entera la que ha conjurado el peligro. De un plumazo, un tercio de los franceses han dejado de ser 'Francia'.
Mis cuatro cabeceras recurren a la grata sinécdoque, siendo El Mundo el rotativo que más se aproxima a la fórmula de Prisa: 'Francia se pone en manos de Macron'. En esto tenemos que decir que El País acierta más al ignorar al vencedor y centrarse en el perdedor, y en ese sentido el titular de El Mundo se acercaría más a la verdad si pusiese: 'Francia se deja caer en manos de Macron'. Es decir, al menos los de Prisa tienen el buen sentido de admitir implícitamente que Macron es el vencedor por defecto, y que tanto hubiera dado que fuera Fillon o Hamon.
Saca El Mundo a primera, empotrada en el texto de la noticia principal, una llamada a una tribuna de Albert Rivera, 'El imparable triunfo del centro liberal'. Anoche se hacían risas en la red social Twitter sobre el oportunismo de Rivera de adjudicarse la victoria de Macron, pero yo estoy con él, al menos en que Macron tiene un gran parecido con el presidente de Ciudadanos: ambos son líderes de diseño de ideología vaga y acomodaticia. De lo que no estoy tan seguro es de que sea 'imparable' esta fórmula de acomodo político a los intereses de las élites.
Y llegamos a los más viles, ABC y, sobre todo, La Razón. Uno podría preguntarse por qué estas dos cabeceras, que dicen representar a nuestra derecha sociológica, están más dispuestas que El País o El Mundo a ponerse en ridículo como bayaderas danzando en honor de la derrota de Le Pen. La razón es clara: tienen que hacer méritos. Es la perpetua maldición de la derecha acomplejada, que permite a los otros mantener, por contraste, cierto aspecto de dignidad comparativa.
'Francia vota reinventarse dentro de Europa y del sistema', es el titular rococó de ABC. No puede ser más absurdo: si por algo ha votado Francia es por no reiventarse, por la continuidad, por más de lo mismo. Acompaña el retorcido titular una foto más simbólica de lo que podría parecer a simple vista: un Macron con la mano en el pecho entonando La Marsellesa. Es una traducción gráfica de eso mismo que afirmó el candidato, de que no existe una 'cultura francesa' porque, en efecto, el gesto de la foto es americano; no es la fórmula habitual en Francia ponerse la mano en el pecho al cantar o escuchar el himno nacional.
Y La Razón, genuflexa, abre con un 'Merci la France!' que no podría comentar sin ganarme una querella.
http://gaceta.es/
MRF
Es así de triste sí. Saludos
ResponderEliminar