No Al Olvido

viernes, 18 de noviembre de 2016

¿Cómo iban a faltar el tonto de la camiseta o el cretino republicano?

El espectáculo de los podemitas en la solemne apertura de la XII legislatura celebrada en el Congreso de los Diputados y presidida por el rey Felipe VI ocupa este 18 de noviembre de 2016 los principales artículos y editoriales de la prensa de papel. Lo más suave que se les llama a los de Iglesias y compañía es que su actitud es "infantil". Y no es para menos:
En El Mundo, Santiago González tacha de tonterías en fase infantil el espectáculo montado por los podemitas en la solemne apertura de la XII legislatura celebrada el 17 de noviembre de 2016 en el Congreso de los Diputados:
La duodécima legislatura se inauguró según lo previsto: Posemos desarrolló su performance y su programa, algunos se levantaron a la llegada del Rey, otros no. Entre los que sí, estaban las cabezas visibles. Entre los que no, las mareas, extensiones, postizos y la tonta inflorescencia de IU. Ni unos ni otros aplaudieron, ni acudieron a saludar, ni salieron a la Carrera de San Jerónimo junto al resto de sus colegas para presenciar la breve parada militar. A falta de identificar sus responsabilidades, la democracia española siempre ha tenido problemas de carácter simbólico y estas tonterías en su fase infantil se han producido siempre.
Federico Jiménez Losantos critica la nula voluntad por parte de quien tuviera la responsabilidad de hacerlo, de no impedir el bochornoso espectáculo dado en el Congreso de los Diputados:
Sin embargo, el Parlamento volvió a ser incapaz de mostrar el decoro, la solemnidad y la ejemplaridad que exigía la ceremonia. Desconozco si el herrumbroso engranaje marianil que rige el movimiento tieso de Ana Pastor tiene programado actuar, reglamento en mano, contra rufianes totalitarios, cómplices del terrorismo (ETA o Alfon) o apologetas de la violencia contra el enemigo político y las trabajadoras embarazadas (Bódalo). Imagino que lo hará el día en que, desde la tribuna, un mastuerzo podemita orine sobre el diputado al alcance de su próstata. Si en vez de la bandera de la II República, que se distingue de la de la I en que es la de la Guerra Civil, no la nacional e histórica, alguien exhibe una bandera nazi contra el Rey, Pastor interviene, seguro. Pero mientras la Meona de Barcelona no sea la Dánae de Marianócrator, ella, quietecita. Y la nación, humilladita.
El editorial de El Mundo, a palos con los malcriados podemitas:
Se negaron a saludar o aplaudir al Rey -incluso en su recuerdo a las víctimas del terrorismo-, exhibieron símbolos republicanos y calentaron las redes con algunos mensajes del todo extemporáneos. Un comportamiento pueril que demuestra mala educación y, lo que es peor, nulo respeto por las instituciones. No se puede pasar por alto que Don Felipe es el jefe del Estado y cumple estrictamente las funciones que le otorga la Constitución.
En el ABC, Carlos Herrera tacha de tontos, cretinos y mamarrachos a los podemitas que montaron el circo en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo:
Nunca podrá faltar en toda escena política de alta o baja intensidad el Tonto Con Bandera Republicana, en este caso un senador, ni el Tonto con Camiseta Reivindicativa, en este caso el lamentable Cañamero, ni la Tonta del Tuit Perfectamente Estúpido, en este caso Carolina Bescansa, que comparaba las horas de agotamiento a las que sometió a su bebé con la presencia tranquila de las hijas de los Reyes en un acto que les es propio. Estamos rodeados por perfectos mamarrachos, como puede verse. Pero quienes rodean, o lo intentan, son muchos menos que los que se comportan educadamente en actos de Estado, no se olvide. El acto de apertura de la legislatura ha sido, una vez más, una ceremonia con la que consolidar la democracia. A pesar de los cretinos.
Ignacio Camacho afirma que la apertura de la XII legislatura ha dejado clara la división existente en el actual Parlamento español:
Dos bloques. La crisis ha dividido la política española en dos segmentos todavía desiguales separados por la línea fronteriza de la Constitución. O más bien ha ampliado el bando de la ruptura, antes limitado a los partidos soberanistas y al que ahora Podemos y sus socios aportan significativa masa crítica. Ya no se trata de la tradicional separación entre izquierdas y derechas, sino de una linde establecida por la aceptación de las instituciones y las reglas de juego de la Carta Magna. A un lado está el régimen de libertades, instituido en torno a la nación y el Estado, con sus símbolos de la Corona, el himno y la bandera. Al otro, una coalición cimarrona de fuerzas emparentadas por el empeño común de cuestionar el sistema.
ABC también considera infantil la reacción de los podemitas y sus confluencias y los despacha en media línea en su editorial:
Bochornoso espectáculo que, otra vez, ofrecieron Podemos y los nacionalistas de distinto pelaje, con sus intentos de provocación a Don Felipe y a las Cortes, tratando así de llamar la atención con sus salidas de tono, hasta el punto de no sumarse al aplauso que dedicó toda la Cámara a las víctimas de ETA, prueba inequívoca de su bajeza moral y de su vocación por convertirse siempre en infeliz anécdota. Lo importante nunca va con ellos, por eso lo mejor es despachar sus infantiles desplantes con un par de líneas.
El editorial de El País se adhiere por completo al discurso ofrecido por el monarca Felipe VI:
Felipe VI recordó la compleja situación que ha vivido España, que generó "inquietud y malestar en la sociedad, desencanto y distanciamiento de nuestra vida política en muchos ciudadanos y preocupación en nuestros socios y aliados". Es positivo que el Rey llame la atención a los políticos sobre los problemas que ha generado la falta de actitud para negociar y pactar. Y también es bueno que recuerde que la crisis de gobernabilidad se ha resuelto con responsabilidad y generosidad. Es el momento del diálogo permanente para avanzar en las reformas que requiere nuestro país.
La Razón ensalza el discurso de Su Majestad Felipe VI y añade que a mucho adanista político le tuvo que sentar a auténtico cuerno quemado:
Su Majestad el Rey, Felipe VI, pronunció ayer, en la solemne sesión de apertura de las Cortes de la XII Legislatura, un discurso que, a nadie se le escapa, respondía en su fondo y en su tono a una coyuntura extraordinaria de la vida política y social española como la actual. Sólo así se entienden en su exacta medida, más allá de las poses que buscan un protagonismo fatuo, los gestos de disgusto con los que algunos representantes del adanismo populista recibieron las palabras del Rey, saludadas con una larga y cerrada ovación por una Cámara puesta en pie, que sí se reconocía en el discurso y que representa a la inmensa mayoría de los ciudadanos y a sus instituciones democráticas.
Pedro Narváez sacude a los niñito de Podemos por creer que estaba en el patio del colegio en horario de recreo en vez de adoptar una pose institucional:
El Congreso se dividió ayer en dos partes de clara fotografía. De un lado, los hombres y las mujeres, unos más cabales que otros, y los niñatos y las niñatas, no por su edad, que ya empiezan a verse ridículos actuando como adolescentes, que sólo faltaban las risas enlatadas como en «The Big Bang Theory», sino por esa actitud de recreo en la facultad de los que aún no se han enterado de que el hecho de que estuvieran allí sentados es el resultado del respeto a las reglas, los símbolos y el protocolo moral de la democracia. No les voy a echar una regañina que para eso ya tienen al pitufo gruñón y porque al cabo no soy nadie para tamaña hazaña ética. Que hagan lo que quieran ¿Qué les podría trasladar un español cualquiera, como el que escribe estas líneas, más que la constatación de una vergüenza por no levantarse ante el Rey?
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MRF

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