El nuevo líder del PP marca sus exigencias al presidente del Gobierno en casi tres horas de reunión, pero evita pedir elecciones anticipadas
Pedro Sánchez y Pablo Casado mantuvieron ayer su primera reunión desde que el PSOE accedió al Gobierno a través de la moción de censura y desde que se produjo el relevo en el liderazgo del Partido Popular.Un encuentro que Pablo Casado definió como «cordial en lo personal», pero en el que el nuevo líder del PP puso sobre la mesa de forma «exhaustiva» las «exigencias» de su partido. Sin descender de la escalinata, el presidente del Gobierno recibió al presidente del PP.
Un encuentro que Pablo Casado definió como «cordial en lo personal», pero en el que el nuevo líder del PP puso sobre la mesa de forma «exhaustiva» las «exigencias» de su partido. Sin descender de la escalinata, el presidente del Gobierno recibió al presidente del PP. Un primer encuentro entre ambos que se produce tras solo 12 días de Pablo Casado al frente del principal partido del país. La reunión arrancó unos minutos después de las cinco de la tarde y terminaba cerca de las ocho de la tarde, tras casi tres horas de reunión. Un primer encuentro entre ambos que se produce tras solo 12 días de Pablo Casado al frente del principal partido del país. La reunión arrancó unos minutos después de las cinco de la tarde y terminaba cerca de las ocho de la tarde, tras casi tres horas de reunión. Desde el Gobierno se evitó hacer una comparecencia pública tras el término de la reunión. El presidente del Gobierno simplemente escribió un tuit en Twitter en el que aseguraba que había solicitado realizar «una oposición responsable y leal en cuestiones de Estado». El presidente del Ejecutivo citó entre esas cuestiones en las que demandaba la colaboración del PP la migración, la política europea, la violencia de género o infraestructuras.
Pablo Casado compareció en La Moncloa para asegurar que el PP realizará una oposición «firme y responsable», aunque lo cierto es que los campos en los que se vislumbró que sería posible un acuerdo entre los dos principales partidos se reducen a la violencia de género. También aseguró Casado que el PP apoyará «cualquier política de conciliación en política europea en materia de inmigración», siempre que se apueste por una política que haga compatible la cooperación con los países de origen con la «imprescindible seguridad fronteriza».
Apoyo en el 155
El nuevo presidente del PP planteó que desde su posición «va a colaborar lealmente en la garantía de la unidad de España y en el respeto a la Constitución». Casado exigió a Sánchez mostrar «fortaleza» frente al independentismo, pero advirtió que «sin apaciguamiento».
Casado advirtió en su comparecencia que «no cabe ninguna cesión en lo que refiere a la recuperación de estructuras de Estado», y expresó de soslayo sus dudas con la estrategia política del Gobierno: «Me quiero fiar, por no decir que no me fío, de que política del Gobierno va a ir en esa dirección» de no permitir una escalada independentista. El líder del PP dijo claramente que Sánchez está «a tiempo están de no equivocarse» y que se acabará el «periodo de gracia» del PP al nuevo Gobierno «si hay cualquier cesión al independentismo». Preguntado por el límite de su paciencia con el Gobierno Casado dijo que «en el asunto de Cataluña no vamos a pasar ni una», y le ofreció los votos del PP en el Senado para poner en marcha un nuevo 155 más intenso que el anterior. Pero pese a estas dudas Casado evitó pedir elecciones para «no enredarnos en peticiones que solo dependen del que puede firmar el decreto», pero sí dijo que el PP «está listo para unas elecciones».
El líder del PP puso encima de la mesa sus propuestas de «fortalecimiento institucional», como la reforma del Código Penal para recuperar el delito de rebelión impropia.Entre esas exigencias Casado introdujo la referente a la política antiterrorista: «El PP no va a permitir ningún acercamiento de presos de ETA a cárceles del País Vasco. Nuestra posición va a ser absolutamente frontal». Casado informó al presidente de que va a plantear una propuesta de ley de memoria, dignidad y justicia «para evitar que pueda haber enaltecimiento a terroristas» , refiriéndose a la liberación el próximo 5 de agosto del etarra Santi Potros.
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