La iglesia de San Antonio acogió un funeral discreto, como siempre fue Celso López Gavela.
A Celso López Gavela lo definía el viernes su amigo José Álvarez de Paz como «un soñador discreto». Y en la discrección, quizá también en el sueño, despidió ayer Ponferrada a quien fue su alcalde durante 16 años.
Incinerados sus restos en la intimidad familiar, la iglesia de San Antonio, muy cerca del domicilio con vistas al parque del Plantío donde López Gavela vivió sus últimos años, acogió a las cuatro de la tarde un funeral que, salvo por la presencia de la alcaldesa, Gloria Fernández Merayo, y de buena parte de los concejales de la actual corporación —empezando por el portavoz y secretario local del PSOE, Olegario Ramón— de antiguos compañeros en las filas socialistas y algunos rivales políticos que también han desaparecido de la primera línea de la actualidad, no se diferenció en nada del que hubiera tenido cualquier otro vecino anónimo.
A Celso López Gavela, regidor entre 1979 y 1995 y hombre que no solía dedicarle tiempo a las inauguraciones, lo despidieron los alcaldes que le han sucedido en el gobierno de Ponferrada; Ismael Álvarez, en el extranjero, envió a sus dos hijos en su nombre, y se acercaron al templo Carlos López Riesco, Samuel Folgueral y la citada Gloria Fernández Merayo. Lo despidieron también alcaldes socialistas en activo como los de Vega de Espinareda, Camponaraya y Cubillos del Sil. Lo despidieron, en una ceremonia sencilla, gente que compartió escaño o ideas, o que defendió posiciones distintas; desde el exdiputado de UCD Manuel Ángel Fernández Arias, y el exdiputado popular y exaldalde de Toral de los Vados, Ángel Escuredo, en otro tiempo máximo dirigente del PP berciano, como el exsenador Fidel Cerezales, al de nuevo concejal, ahora en Ponferrada en Común, Miguel Ángel Fernández, el expresidente socialista del Consejo del Bierzo Ricardo González Saavedra, y la expresidenta y hasta hace unas semanas secretaria de la agrupación local del PSOE, Rita Prada, por citar rostros que ocuparon espacio en la prensa en los años en los que López Gavela estuvo activo y en los inmediatamente posteriores. Y lo despidieron, finalmente, muchos vecinos desde el anonimato que arroparon a su viuda, María del Carmen Escobar, y a sus hijas, Susana y Graziela, en un sepelio sin féretro y sin coronas de flores, austero, como era Don Celso.
Y Don Celso, así llamaban a aquel asturiano de Ibias que había llegado a Ponferrada a los 31 años para ejercer la abogacía y que en 1979 acabó siendo el primer alcalde elegido en las urnas después de cuarenta años de dictadura, dejó más huella de lo que indicaba ayer su funeral. Abrió el Polígono de las Huertas —«la miniciudad de servicios y cooperativas» con la que soñó, decía Álvarez de Paz— recuperó zonas verdes en poder de la MSP como el parque del Temple, levantó la Casa de la Cultura, tendió un nuevo Puente de Hierro que ahora también lleva su nombre y, entre otras cosas, plantó un parque arbolado, el de la Concordia en la ribera del Sil, que otra vez lleva en el nombre el talante de hombre dialogante que fue su impulsor. Y todo con la discreción de un soñador, sí, que como también escribía el viernes su sobrino el escritor César Gavela, vino de la aldea de El Bao, «de la nieve y el agua, de los bosques y la memoria».
Villar de los Barrios
La localidad ponferradina de Villa De los Barrios continúa inmersa en los actos de celebración de las novenas Jornadas del Santo Sepulcro y ayer por la tarde acogió uno de los actos más destacados de la programación: una procesión extraordinaria que hizo el mismo recorrido que se hace en Viernes Santo con la Urna Sagrada, la procesión del Santo Entierro. | dl...http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/..MRF
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