Xavier García Albiol. Desafío frontal a España de Neus Munté. ..!!!!
El líder del PSOE busca reivindicarse. Ante los suyos. Y hacerlo en loor de multitudes. Y ello pasa por repudiar al presidente del PP. Busca lograr otra prórroga hasta el Congreso Federal.
En
la sede de Ferraz se detectaba desconcierto este pasado lunes tras
difundirse la reunión, que pretendía ser discreta, de la cúpula
socialista convocada por Pedro Sánchez para empezar a preparar el debate de investidura de Mariano Rajoy.
A su llegada a la cita, el entorno del secretario general buscó frenar
la tentativa de algunos barones de flexibilizar la postura de Sánchez y
relanzó el "no es no". Incluso se descartó la mera posibilidad de
convocar un Comité Federal después de las elecciones vascas y gallegas
para emprender un viraje y dar luz verde a la abstención.
En Sánchez ni siquiera surten efecto los deseos de desbloqueo de los votantes del PSOE,
tal como han expresado sucesivos sondeos: es incapaz de diferenciar
esos deseos de los de sus bases. El secretario general, me aseguran,
está más convencido hoy que ayer de los beneficios personales de
mantener el nudo gordiano. De ahí su rechazo a cualquier entente con el PP y su irresponsable alarde, días atrás, de negarse incluso a hablar con Rajoy.
Existe también la certeza entre mandos socialistas de que Sánchez tiene muy presentes, resonando en su cabeza, los reproches de Rajoy
cuando en marzo tachó de "fraude", "engaño" y "farsa" su intento de
investidura con final conocido de antemano. El líder socialista sufrió
su derrota sin poder hacer casi nada. La consistencia de la actual
cerrazón, juzga él, es su mejor arma.
El secretario general del PSOE
no sólo sortea el suelo resbaladizo sobre el que se mueve, sino que
cree a pies puntillas que lo de “sostenella y no enmendalla” le será tan
rentable a ojos de sus bases como para no temer cargar con el sambenito
de haber provocado las terribles terceras elecciones. De ello se
desprende que Sánchez tiene su mirada fija únicamente en lograr otra
prórroga hasta el Congreso Federal que debe celebrarse a finales de año.
O, en todo caso, hay la sensación de que está modelando sus
circunstancias particulares. Busca reivindicarse. Ante los suyos. Y
hacerlo en loor de multitudes. Y "ello pasa por repudiar a Rajoy", en palabras de un importante dirigente. La realidad de Sánchez cabalga exclusivamente en parámetros internos.
En vista de cómo se están dibujando las cosas, el PSOE desearía salir de la retaguardia a partir del 2 de septiembre para disfrutar de la escena de despiece de Mariano Rajoy
tras su fracaso en la investidura, con objeto de reclamarle -veremos el
efecto que tiene- su retirada de la carrera. Probablemente, el agrio
debate Sánchez-Rajoy de la campaña del 20-D puede quedar en nada comparado con las cosas que puedan oírse próximamente.
Ése
es un espectáculo que el jefe de filas socialista debería ahorrarnos a
todos los españoles, incluidos sus militantes. Aunque quienes le conocen
bien aseguran que es el escenario más probable. Quizá el tacticismo
pueda valer a Sánchez para parapetarse en Ferraz, incluso para orillar a sus barones, pero aboca al PSOE
a unos derroteros de los que puede salir enormemente fracturado. Tal es
el miedo que expresan insignes socialistas. Y lo que es peor, su falta
de altura de Estado sólo conseguirá alargar un periodo de incertidumbre
que va a tener, seguro, un alto coste. Sobre todo, para España.
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