No Al Olvido

viernes, 22 de febrero de 2019

# Lo que no tiene recambio, Esta Tipa Se Llama así misma !!Demócrata!! Carmen Calvo llama a "redoblar los esfuerzos" el 8 de marzo contra Vox...Videos. 2 .!!!!




Inés Arrimadas en Waterloo es demagogia electoralista y Pedro Sánchez criticándola, exactamente lo mismo, porque intenta sacar tajada victimista en lugar de mirarse en el espejo del daño que a España le han hecho sus negociaciones con los independentistas. Inés ganó las elecciones en Cataluña y en nada lo han notado sus votantes. Ir a Waterloo es una escenificación, como todo en Ciudadanos, pero que Sánchez se atreva a dar lecciones parece el principio de un chiste malo.
Todo en Pedro Sánchez ha sido, es y será una campaña electoral. También en Albert Rivera. Como lo fue en Pablo Iglesias hasta que compró el chalé para Irene y los gemelos y se dio cuenta -gracias a Dios- de que la vida era otra cosa que sus absurdas proclamas venezolanas.
La llamada nueva política es una permanente campaña electoral, entre el narcisismo y el onanismo, siempre al cobarde amparo de la corrección política, sin ningún compromiso, sin ninguna profundidad, sin ninguna valentía.
Puede que algunos consideren que Alfonso Guerra está equivocado, pero a sus 73 años se ha tomado el trabajo intelectual de reflexionar sobre lo que le preocupa y de escribir un libro -escribirlo, no sólo publicarlo- titulado «La España en la que creo», en el que trata los peligros a los que como sociedad, y como nación, nos enfrentamos. Tanto ahora como escritor como cuando estuvo en el poder, Guerra ha defendido sus ideas con carácter, con honor, errando como todos en algún momento, pero con el peso de su convicción y sin el ridículo -y yo diría que humillante- miedo a que el espejo le diga un día que ya no es la más bonita. Lo mismo podría decirse de Felipe, de Suárez, de Fraga, de Aznar, de Rajoy y de una generación de políticos que cada uno desde sus ideas y desde su honda voluntad de servicio dedicaron su vida a España, dejando todos ellos aportaciones fecundas y valiosas.
El único político que hoy parece dispuesto a continuar esta tradición es Pablo Casado. Tiene todavía que acreditarlo, y si consigue llegar a La Moncloa tendrá una presidencia difícil que le pondrá a prueba del modo más extremo. Pero a diferencia de Rivera y Sánchez -no es que me olvide de Iglesias, sino que no le menciono porque está de baja- sabe distinguir entre lo fácil y lo que es correcto y tiene la determinación, política y moral, para llevarlo a cabo. Veremos si le acompañan la fuerza, el acierto, y la parte de suerte que siempre es necesaria.
Se enfrentará a dos presumidos petulantes que tratarán de distraerle con espejos, espejitos y maquillajes. Dos que se parecen tanto que, si suman, acabarán pactando por mucho que ahora -otra frivolidad- traten inútilmente de negarlo. Es importante que Casado esté atento y que mantenga la calma. Es importante para él pero sobre todo es importante para España. Los españoles necesitamos, especialmente en estos tiempos, un presidente que entre los decorados y la farsa sepa distinguir lo sustancial, lo esencial, lo que no puede romperse porque no tiene recambio.,,Salvador Sostres
https://www.abc.es/ MRF


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